Algunos prefieren organizar una pedida de matrimonio en lugares elevados o con paisajes espectaculares, pero otros descubren demasiado tarde que lo más seguro es hacerlo en tierra firme.
El riesgo de perder algo importante aumenta cuando el mar está de por medio, y más si todo depende de la coordinación de varias personas. Un hombre lo comprobó en primera persona durante un viaje en barco que debía ser el marco perfecto para pedir matrimonio.
Mala puntería
En vez de acercarse a darlo, decidió lanzarlo
La pareja se encontraba junto a la barandilla, con el atardecer de fondo. Él se arrodilló y la miró, dispuesto a dar el paso. Todo seguía el plan trazado hasta que decidió pedir la alianza a quien parecía ser su padrino y mejor amigo.
Según las imágenes, el padrino no se acercó para entregarla, sino que optó por lanzarla en dirección a su amigo. La trayectoria no salió como esperaba y la caja con el anillo pasó por encima del hombro del novio antes de caer directamente al agua.
El gesto dejó sin la joya a la pareja y convirtió la pedida en un momento completamente distinto al imaginado. La reacción inmediata fue de desconcierto, mientras el anillo desaparecía bajo las olas. Sin embargo, uno de los presentes se tiró al agua para ver si lograba encontrar la caja antes de que fuera demasiado tarde.
En redes sociales, varios usuarios comentaron el error, algunos bromeando sobre la puntería del padrino y otros lamentando la pérdida del anillo. Uno de ellos escribió que “quizás era mejor haberlo hecho en un restaurante”. Otro señaló que “el mar no perdona si se le ofrece un regalo así”.
Las reacciones se multiplicaron, con mensajes que recordaban lo difícil que sería recuperar el anillo y otros que se centraban en la incomodidad del momento para la pareja. Entre las opiniones más repetidas aparecía la idea de que organizar una pedida en un entorno tan inestable siempre implica un riesgo que puede arruinar el plan en cuestión de segundos. ”¿Lo encontraron?”, preguntó otro, algo que sigue sin respuesta a día de hoy.
El anillo, seguramente, no volvió a aparecer y la propuesta quedó sin final feliz sobre el barco. Queda la duda de si la pareja repetirá el momento en otro lugar, pero esta vez con la seguridad de que todo lo que importe esté bien agarrado.

