Apesar de que parece que el amor no vive su mejor momento (caen las bodas: ahora son solo 3,3 de cada 1.000 los españoles que deciden dar el paso y más de la mitad de ellos acaban divorciándose), bloquear San Valentín ya es un clásico. Y recordando que todos los santos tienen octava, cada vez tiene más adeptos, más diversidad de propuestas y más días para celebrar este Día del Amor y la Amistad en onomástica al sacerdote y mártir del siglo III que casó a cientos de parejas en secreto desafiando la prohibición del matrimonio entre jóvenes dictada por el emperador romano Claudio II. Ejecutado el 14 de febrero del año 270, sobre su tumba creció un almendro de flores rosadas que a día de hoy siguen siendo el símbolo del amor.
La experiencia Endless Love incluye spa, masaje, cena y noche
Así que por San Valentín, ni chocolate ni rosas, o sí, pero cada vez buscando un algo más. Un plus como el que con el nombre de Endless Love (como la canción escrita por Lionel Richie y grabada originalmente como un duelo entre él y Dianna Ross), ofrecen en el InterContinental (Rius i Taulet, 1-3) en la que es probablemente la más larga y romántica experiencia para este día, o los próximos, que ya se ha dicho, los santos tienen octava. Es una celebración de casi 48 horas que incluye un tratamiento en pareja en el Spa InterContinental, cena o almuerzo en su restaurante Arrel y un cóctel especial en su espacio Gebre.
Además del obligado paseo nocturno por su jardín sostenible en la azotea, otra opción, sin salir de este hotel acostumbrado a recibir celebridades de todos los ámbitos es Quirat, la cocina en estado puro liderada por el Víctor Torres (fue el cocinero más joven de España en ganar una estrella Michelin en Les Magnòlies y este año la ha conseguido también para Quirat) que puede degustarse en dos menús. El 18K (increíble la perdiz en tres tiempos) cuesta 110 euros por persona y el 24K (más largo y con, entre otros muchos aciertos, el fricandó de ventresca de atún y castaña o el cap i pota con espardenyes ), a 160 euros por persona.
El Museo Bansky propone la inmersión total en la obra del enigmático artista
También en Barcelona, pero enfocado ya más al tardeo (este fenómeno que va a más surgió en El Cuco, un local que en 1992 implantó la moda de salir de copas o tapas por la tarde), Casa Seat celebra un afterwork (otra tendencia al alza, la de compartir ratos, tapas y copas con los compañeros de trabajo) de San Valentín de la mano de El Tardet con rumba, dj, speedating y una pitonisa del amor.
Y pasando de la música al arte, el Museo Bansky (Trafalgar, 34) propone la inmersión total en la obra del enigmático artista con sus 130 piezas más importantes que muestran su capacidad para dominar las diferentes técnicas, polemizar con todo tipo de temática y hacer que siempre acabe triunfando el amor. ¿Amor o osadía? ¿Arte o vandalismo? ¿Provocación o revolución? En este espacio dedicado al más escurridizo de los artistas sugieren averiguarlo con un paseo en pareja (o trío, mejor con guía) o con un taller de arte para aprender la técnica del maestro del arte callejero usando plantillas y sprays.
En Parés Baltà proponen maridar chocolate y vino de rosas
También tienen su pack específico de San Valentín el hotel Neri (seis apartamentos de lujo en una casa aristocrática del siglo XVIII y un restaurante en pleno corazón de la ciudad), el recién renovado Majestic Hotel & Spa Barcelona (con planes para todos los bolsillos) y Aire Ancient Baths, que ofrece su Lovers Connection y Words of Love para dos, en sus templos del Born y Vallromanes.
Y si en el Observatorio Fabra ofrecen cenar bajo las estrellas siempre que el tiempo y las reservas (hay cola) lo permitan, unos kilómetros más allá, pero sin salir de la provincia de Barcelona, la bodega Parés Baltà, en Pacs del Penedès, enamora con el maridaje de chocolates con la delicadísima bebida (¡con pétalos de rosa!) Inventada por Marta Casas, galardonada con el título Enólogo del año por el Master of Wine Tim Atkin.
Otra propuesta puede ser una salida al atardecer en velero
Y para todos aquellos que prefieran el mar y no la tierra, Cool Sailingbcn propone salidas en velero al atardecer que pueden alargarse tanto como se quiera y amenizarse con cena y concierto privado. ¿Desde dónde y hasta dónde? Todo se negocia con el precio.
