Una producción para las fiestas que no sobresale pero tampoco molesta.
Crítica
'Doce citas antes de Navidad', una nueva propuesta de Movistar Plus+, resulta bastante aceptable considerando su procedencia de Hallmark, la cadena conocida por sus filmes navideños de cuestionable calidad.

'Doce citas antes de Navidad' tiene seis episodios.

Ser asociado con Hallmark a menudo parece ser una sentencia de muerte para la creatividad. La compañía, establecida en 1910, no solo comercializa tarjetas de felicitación ingeniosas o emotivas en EE.UU., sino que también adquirió una participación en una cadena de televisión en 1998, la cual, hasta ese momento, se dedicaba a la producción de dramas familiares y promovía principios cristianos.
Ese canal, renombrado posteriormente como Hallmark Channel, se apartó de su vertiente más religiosa y moralista para enfocarse principalmente en ser agradable, si bien esas convicciones continuaron siendo parte de su esencia de manera más discreta. Con el transcurso del tiempo, se distinguió por establecer una costumbre: la creación de películas navideñas de baja calidad para televisión, llegando a producir hasta 40 títulos en 2022 (una práctica que Netflix está adoptando actualmente en el ámbito global).

Era bastante directo. Si alguien deseaba encontrar una película de comedia romántica para echarse una siesta, protagonizada por una actriz conocida que quizás había pasado desapercibida, podía recurrir a las películas navideñas de Hallmark. Su característica distintiva era la decoración festiva por doquier, los besos bajo el muérdago, los parientes entrometidos, los actos de bondad, actuaciones aceptables y guiones que evitaban tanto la calidad como la originalidad.
As the company itself openly acknowledged, the challenge was to avoid extremes: they couldn't be excessively amusing or overly dramatic. They were the audiovisual equivalent of plastic candles: you grasp their meaning, yet fundamentally, they lacked any genuine warmth.

Doce citas antes de Navidad, que Movistar Plus+ estrena este sábado justo a tiempo para las festividades, proviene de esa factoría de películas navideñas conocida como Hallmark. Se trata de una de sus escasas producciones televisivas y, comparada con las tv-movies, resulta prácticamente un prodigio. Cuenta con una actriz competente en el papel principal: Mae Whitman, quien había cautivado a la crítica entre 2010 y 2015 como la descendiente de Lauren Graham en Parenthood.
Cada local que se muestra en la serie parece contar con fondos inagotables para adornar cada espacio con adornos nevados, bastones dulces, pinos completamente frondosos y luminarias vibrantes, como si el planeta entero perteneciera a un culto presidido por San Nicolás. No obstante, dentro de los criterios inaceptables de la compañía, estos seis capítulos resultan aceptables.
Kate, una creadora de patrones para tejidos, se encuentra sin ideas. Reside en un encantador pueblo británico y, tras el percance de moto de su progenitor, ha asumido la tarea de atenderlo, posponiendo su vida afectiva. Por ello, Laura, su amiga íntima, la apunta sin su conocimiento a un concurso de vivencias amorosas: este diciembre, deberá participar en doce encuentros románticos y, con algo de fortuna, podrá celebrar la Navidad con quien podría ser el amor de su existencia.
Kate, naturalmente, no tiene fe en el procedimiento hasta que comienza a intercambiar mensajes con un periodista encantador que participa en el mismo programa de citas (y con la mirada algo molesta de Callum, su mejor amigo de siempre, quien posee la cafetería más acogedora de la localidad).
La escritora Erin Rodman, creadora de La casa de Navidad (el primer filme del canal con una pareja gay como personajes principales), utiliza los seis capítulos para explorar las razones detrás de las acciones y encontrar algo de atractivo en medio de tanta artificialidad. Doce citas antes de Navidad no posee la capacidad de mejorar las celebraciones, pero, como mínimo, no resulta ofensiva.

