Una soltera de Barcelona se lleva un tremendo chasco a su llegada a 'First Dates': ''Me cuesta mirarle al pelo y a la boca, no se cuida''

Decepción total

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Ana en 'First Dates'

Ana en 'First Dates'

Mediaset

El espacio de citas más popular de la pequeña pantalla, First Dates, abría sus puertas una día más. En la noche del martes, Carlos Sobera y Laura Boado daban la bienvenida a una nueva tanda de comensales que llegaban con la ilusión de encontrar a una persona especial y con las cosas claras. Este era el caso de Ramón, un informático de 57 años afincado en Barcelona que se definía como una persona muy romántica. 

''Siempre me han gustado las historias de princesas y príncipes. Pienso que si el amor es auténtico, duras toda la vida con esa persona'', confesaba. El soltero siempre había tenido suerte en el amor, hasta que un día su mujer decidió dejarle: ''Se cansó, no podía mas''. Tras hacer frente a este doloroso momento, Ramón estaba de nuevo abierto a encontrar a una persona igual de romántica que él.  

Ramón en 'First Dates'

Ramón en 'First Dates'

Mediaset

Su cita era Ana, una empresaria de 57 años afincada en Barcelona que se consideraba una persona auténtica. ''No quiero perder el tiempo. No quiero ser una actriz, quiero ser la protagonista de mi vida'', confesaba. Una cualidad que demostraba a su llegaba al restaurante, donde era incapaz de ocultar su tremenda decepción al conocer a su cita. ''Me cuesta mirarle al pelo y a la boca, no se cuida. Si no puedo mirar a los ojos y mirar dentro...Hay una barrera'', aseveraba. 

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Una impresión que nada tenía que ver con la Ramón. ''Me ha gustado, físicamente está bien'', comentaba el soltero ante el equipo. Hechas las presentaciones, Carlos Sobera acompañaba a la pareja hasta su mesa, donde comenzaban la velada hablando de sus aficiones. La catalana desvelaba que uno de sus pasatiempos favoritos era montar a caballo, algo que tenía en común con el soltero. 

Ramón y Ana en 'First Dates'

Ramón y Ana en 'First Dates'

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Desafortunadamente, los caballos iban a ser de lo poco que tenían en común, ya que el soltero poco a poco comenzaba a darse cuenta de que Ana no iba a ser la protagonista de su historia de amor. ''Yo le hablaba, pero me ha parecido una persona tímida o reservada o igual no le he caído bien'', comentaba él. Por si todo esto no fuera suficiente, el soltero se llevaba un nuevo chasco al descubrir que Ana no practicaba ningún deporte. ''Me gustan las personas deportistas, activas y con alegría. Y la he visto muy parada'', aseveraba. 

''No va con mi forma de ver la vida''

En un punto de la velada, ambos descubrían que tenían otra cosa en común: su pasión por el crecimiento y desarrollo personal. ''Yo he hecho el curso de maestro de reiki'', decía, dejando a la soltera impactada. ''Me ha sorprendido que le interesara esta técnica energética, pero claro es como una vaca que te da 70 litros de leche y con una coz te la tira toda'', afirmaba entre risas.  

Ramón y Ana en 'First Dates'

Ramón y Ana en 'First Dates'

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En la recta final, los solteros se desplazaban para bailar hasta el reservado del programa, donde demostraban que lo suyo estaba condenado al fracaso. ''He intentado acercarme, pero no ha habido forma'', sentenciaba él. ''Lo valoro, lo respeto y no puedo decir nada mal de él, pero no va con mi forma de ver la vida'', aseveraba ella. Finalmente, los solteros rechazaban tener una segunda cita por falta de química. 

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