Blanca Suárez revive el día que sus padres casi la pillan en pleno lío adolescente con su primer novio: “Estábamos en la cocina y oí la puerta"

'La Revuelta'

La actriz presentó ‘La huella del mal’ entre fósiles, basura antártica y una anécdota íntima: su primer lío adolescente casi termina con sus padres pillándola en plena acción

El lado más personal de Blanca Suárez: desde sus inicios como actriz a los hombres de su vida

Entre fósiles y microplásticos, Blanca Suárez también desenterró una anécdota de adolescencia que casi acaba en pillada

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RTVE

Blanca Suárez volvió a casa. Porque La Revuelta ya es eso para ella: un lugar en el que, entre fósiles y coñas, se le escapa la vida como a su perro Pistacho, que con trece años, cataratas y una parálisis facial “nos va a enterrar a todos”. Blanca entró saludando con un “¡Len, Len, Len!”, como quien regresa al barrio. Y Broncano se lo agradeció: “Has venido muchas veces, y este programa a veces es una tremenda mierda, así que gracias por seguir viniendo”.

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La actriz presentó su nueva película, La huella del mal, un thriller policiaco ambientado en Atapuerca, donde su personaje, la inspectora Guzmán, investiga un asesinato ritual con ecos de la prehistoria. Pero claro, si vas a La Revuelta, hay que regalar. Y ella se presentó con réplicas de cráneos fósiles, datos de arqueología, y una reflexión: “¿En qué momento nos convertimos en unos putos asesinos?”. Pregunta que dejó en el aire, justo antes de soltar la segunda parte del regalo: una muestra de plástico encontrada en la Antártida, de 1980, traída por su amigo Miguel, investigador de microplásticos. “¿Qué estamos haciendo?”, se preguntó.

“Fue un ¡guau!”

La anécdota adolescente que Blanca aún no ha contado en casa

Pero no todo iba a ser ciencia. Para compensar, Blanca abrió la puerta a una de esas anécdotas de adolescencia que todos tememos contar y todos queremos escuchar: aquella vez que sus padres casi la pillan “haciendo lo que se podía, donde se podía y como se podía”, en la cocina de casa. “Oímos la puerta abrirse, calculamos segundos mentales hasta que llegaran, y... ¡corre!”. No llegó a ser “tremenda culeada”, pero casi. “Fue un ¡guau!”. Desde entonces, confesó, aprendió a perfeccionar la técnica y a ser más precavida.

¿Y qué tal el presente? “Este mes estoy remontando”, dijo entre risas. Porque entre rodajes, virus y kilómetros, la actriz reconoció un abril flojito en lo sexual: “Blanca Suárez sin follar, lo que nadie quiere ver”. Lo dijo ella. Con mocos y todo. Pero con humor. Porque para eso va a La Revuelta, para reírse, para reírnos. “Estoy remontando”, aseguró. Y Broncano, a modo de cierre, le dio el empujón definitivo: “Este fin de semana va a llover. Puedes ir al cine a ver La huella del mal... o a follar. Tú ya has visto la peli”.

Un regreso cargado de fósiles, plásticos y verdades incómodas. Blanca Suárez, entre lo prehistórico y lo personal. Entre la inspectora Guzmán y la chica que aún se ríe de sus propias anécdotas adolescentes. Y sí, también entre el cine y la cocina.

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