First Dates se ha convertido en el lugar idóneo para encontrar el amor. Cada noche, las puertas del emblemático restaurante de Cuatro se abren para recibir la visita de una nueva tanda de comensales dispuestos a encontrar a su media naranja. Uno de los protagonistas de la noche del martes era Manuel (86), un electricista y fontanero jubilado de Girona que no era amigo de los vicios.
''Nunca me han gustado porque me perjudican la salud y el bolsillo. Nunca he querido gasta dinero en un cerveza'', confesaba. Su objetivo en el programa era encontrar una mujer para tratarla como una reina. ''Pero que sea limpia. Mi baño no huele a pis'', pedía.

Manuel en 'First Dates'
Su cita era Elena (88), una cocinera y empresaria jubilada de Girona que no se llevaba la mejor de las impresiones a su llegada. ''Se conserva bien, pero es muy bajito'', sentenciaba. Tras intercambiar sus primeras palabras, la presentadora acompañaba a la pareja hasta su mesa, donde comenzaban la velada poniéndose al día de sus vidas.
La soltera reconocía nada más comenzar que una de sus grandes pasiones era pasar el día en el bingo. ''A mí no me va'', confesaba el soltero a la vez que dejaba claro que no tenía ningún vicio. ''Yo salgo muy poco y a mí los bares no me gustan'', decía. ''Pues mi copita de vino al mediodía no me la quita nadie'', confesaba ella. ''No le gusta salir ni el bingo...es un muerto'', sentenciaba la catalana ante el equipo.

Elena y Manuel en 'First Dates'
Poco después, Elena reconocía que llevaba más de media vida divorcia y que se había acostumbrado sin problema a su vida de soltera. ''La soledad es muy mala'', afirmaba él. ''Yo no la encuentro mala. Yo no podría vivir con nadie'', dejaba claro la soltera a la vez que confesaba que buscaba solo una amistad. ''Si no quiere convivir, ¿qué quiere, que vaya los viernes y esté hasta el lunes en su casa? No sé para qué viene aquí'', sentenciaba él.
La cita avanzaba, pero la complicidad entre ambos seguía sin aparecer. El soltero, por su parte, no paraba de recordar la figura de su mujer, asegurando que no estaba hecho para vivir en soledad. ''La mujer es su pasado'', decía ella. Por si esto no fuera suficiente, Elena ponía el grito en el cielo al ver que Manuel no se cortaba en hablar con la boca llena. ''Cuando come, le sale la comida por la boca'', confesaba ante el equipo.

Manuel y Elena en 'First Dates'
En la recta final, los solteros se desplazaban hasta el reservado del programa, donde era aún más evidente que Elena no estaba muy por la labor de comenzar una historia de amor con Manuel. Pero el catalán sí estaba decidido a intentarlo. ''A mí sí me gustaría tener una segunda cita para vivir y cuidar el uno del otro'', confesaba en la decisión final. Pero la catalana le cerraba las puertas al amor porque no quería convivir con nadie.