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Solo uno de cada diez españoles con trastorno mental recibe un tratamiento adecuado

Salud mental

Una investigación revela que la cobertura sanitaria de los trastornos mentales en Europa es insuficiente

Únicamente el 18% de los casos de depresión se aborda adecuadamente 

CC0

Solo una de cada tres personas con cualquier clase de trastorno mental recibe tratamiento en España, pero menos del 12% recibe un tratamiento adecuado. Datos alarmantes que se desprenden de un estudio sobre la tasa de cobertura de servicios sanitarios para trastornos mentales de adultos en Europa.

La cobertura es escasa e insuficiente, concluye el trabajo, una revisión sistemática sobre toda la literatura de los últimos 25 años relativa al uso de servicios sanitarios en los 54 países que componen la región europea de la OMS, publicado en The Lancet Regional Health-Europe.

En algunos países, el porcentaje de personas con alguna patología mental diagnosticada que reciben tratamiento es prácticamente nulo y, en general, todo el continente suspende. Respecto a los datos de España, únicamente el 30% de las personas afectadas recibe algún tratamiento, aunque en menos del 12% de los casos es una terapia mínimamente correcta, explica Jordi Alonso, coordinador del grupo de investigación en servicios sanitarios del hospital del Mar, en Barcelona, y catedrático de la UPF.

Los países nórdicos y los del centro de Europa presentan mejores indicadores”

Jordi AlonsoInvestigador Hospital del Mar

En España se trata el 28% de los casos de depresión mayor, de los que solo el 18% reciben un abordaje adecuado. Con relación a la ansiedad, los porcentajes son, respectivamente, del 29,5% y el 12%.

El abordaje más deficiente corresponde a los trastornos por uso de sustancias y alcohol, con tratamiento adecuado en solo el 5,2% de los afectados. “Aunque hay bastantes centros de asistencia a drogodependencias, hemos encontrado un vacío de cobertura”, explica el doctor Alonso, firmante del estudio junto a investigadores de la OMS, la Universidad de Verona, la London School of Economics, el King’s College y la Global Mental Health Peer Network.

Trastornos por alcoholismo y sustancias, la atención más deficitaria 

Getty Images

La primera sorpresa para los investigadores no ha sido la insuficiente cobertura sanitaria de los trastornos mentales, sino la falta de estudios sobre el acceso a los servicios sanitarios. De los 54 países analizados, 40 carecen de datos sobre todos los trastornos. En España, por ejemplo, no hay datos sobre la cobertura sanitaria de la psicosis.

“Hay muy poca información sobre el acceso a los servicios sanitarios de personas con trastorno mental”, afirma Alonso, que propone la realización de entrevistas a pacientes cada diez años con métodos validados, además de estudios de seguimiento periódicos para dar robustez a estas encuestas.

Segunda sorpresa de los investigadores después de analizar unos 300 artículos a fondo: el suspenso generalizado en las coberturas. Únicamente en los trastornos graves, como es el caso de la psicosis, los países europeos consiguen niveles elevados de cobertura, de entre el 50% y el 90%, aunque algunos presentan tasas realmente bajas.

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En otras patologías, como la depresión mayor, el 36% han recibido tratamiento en Bélgica, pero solo en el 11% ha sido adecuado. La cobertura de la ansiedad oscila entre el 47% de Suecia o el 7% de Bulgaria. En los trastornos por uso de sustancias o alcohol la cobertura es ínfima en todo el continente, y en el caso de los trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) los datos son tan escasos que impiden analizar la situación.

La disparidad entre los diferentes países es muy elevada. “Los nórdicos y los del centro de Europa presentan mejores indicadores, pero tampoco son tan diferentes de los de Francia, España o Italia”, apunta Alonso. En conjunto, los datos “ponen en peligro el objetivo de la OMS de conseguir un incremento del 50% de la cobertura del tratamiento”, añade.

Además de un monitoraje europeo harmonizado y continuo de los trastornos mentales, los investigadores reivindican más financiación para la salud mental, con más profesionales, descentralización de servicios y su integración en la atención primaria.