Un equipo de investigadores del Institut de Recerca Sant Pau (IR Sant Pau) ha demostrado que el biomarcador p-tau217 en plasma, obtenido a través de análisis de sangre, permite predecir la progresión clínica de la enfermedad de Alzheimer incluso en las fases más tempranas, cuando los síntomas todavía no son evidentes.
El trabajo, publicado en la revista Neurology, refuerza el papel de las pruebas sanguíneas en el futuro del diagnóstico y seguimiento de las demencias, ha informado este lunes el Hospital Sant Pau de Barcelona.
La investigación, realizada en el marco de la cohorte Sant Pau Initiative on Neurodegeneration (Spin), incluyó a 731 personas con y sin deterioro cognitivo con un seguimiento de media de hasta 10 años.
El marcador p-tau217 permite anticipar el ritmo de deterioro cognitivo
Los investigadores analizaron los niveles de p-tau217 —una forma específica de la proteína tau asociada a la neurodegeneración— y observaron que este marcador no solo se correlaciona con la presencia de Alzheimer, sino que también permite anticipar el ritmo de deterioro cognitivo y la conversión a fases más avanzadas de la enfermedad, incluida la demencia.
Ignacio Illán, investigador del Hospital de Sant Pau y director del estudio, ha asegurado que este marcador tiene “un enorme potencial” como herramienta clínica, puesto que identifica con precisión la enfermedad de Alzheimer y permite estimar su velocidad de progresión.
La primera autora y neuopsicóloga investigadora Judit Selma-González ha señalado que este biomarcador permite identificar a personas que “aún no tienen síntomas cognitivos, pero presentan un mayor riesgo de desarrollarla a corto o medio plazo”.
Menos invasivo
Hasta ahora, los biomarcadores más fiables para detectar y monitorizar el Alzheimer requerían técnicas invasivas como la punción lumbar o la tomografía por emisión de positrones, pero este biomarcador supone una alternativa no invasiva, más accesible y económica.
El estudio permitió comprobar que los niveles de p-tau217 aumentaban progresivamente desde las fases de demencia preclínicas hasta las avanzadas, y que se asociaban de forma independiente con un mayor riesgo de deterioro cognitivo. El marcador también mostró mejor capacidad pronóstica que su equivalente en líquido cefalorraquídeo, la p-tau181, utilizada ampliamente en la actualidad.
Los investigadores creen que la posibilidad de usar un análisis en sangre para determinar ese estado clínico y monitorizar la progresión supone un paso importante hacia una medicina más personalizada y precisa.

