Dos meses tras la propuesta de paz de Donald Trump, que anticipaba la salida de Israel y la desarticulación de Hamás, la situación en Gaza se encuentra lejos de la armonía. Helena Pelicano, corresponsal de Guyana Guardian en Oriente Próximo, declara enfáticamente: “No, estamos muy lejos todavía del final oficial de este conflicto”. A pesar de que la etapa inicial del cese al fuego finaliza con la entrega del último rehén israelí fallecido, ninguna de las facciones demuestra voluntad para proceder a la siguiente fase, la cual contempla la partida de Hamás y su reemplazo por una entidad internacional o la Autoridad Palestina.
Las transgresiones recíprocas han debilitado el cese al fuego desde que se acordó. Si bien Israel señala a Hamás por disparos en el sur y equivocaciones en la identificación de cadáveres de cautivos, Pelicano condena la reacción israelí: “En el caso de Israel, ha bombardeado hasta en 700 ocasiones la franja de Gaza desde la firma del alto el fuego”. Estas operaciones, que comprenden asaltos con drones y fuego de artillería desde la “línea amarilla” —la línea divisoria temporal fijada por las Fuerzas de Defensa de Israel—, demuestran una falta de cumplimiento constante que mantiene la precariedad.
Aunque la fuerza de los asaltos ha disminuido, la existencia diaria en Gaza permanece definida por la destrucción. “Prácticamente la totalidad de la franja de Gaza ha quedado arrasada”, detalla Pelicano, indicando que la restauración requerirá generaciones. No obstante, ciertos habitantes de Gaza han vuelto a sus escombros buscando cobijo, reanudando pequeños comercios gracias a un socorro humanitario limitado que mitiga la inanición en el norte, empeorada ahora por las precipitaciones invernales y la ausencia de sistemas de drenaje.
A pesar de la frágil normalidad, se observan indicios de fortaleza en la gente. Un colega de prensa de Gaza compartió su alegría al poder adquirir pollo después de dieciocho meses, un gusto que la mayoría no puede permitirse por los costos excesivos. Pelicano también menciona enlaces matrimoniales multitudinarios y festejos que se habían aplazado: “Gente que había retrasado bodas, celebraciones, cumpleaños desde la guerra y que ha decidido ahora mismo aprovechar que no hay tantos ataques para celebrar un poco la vida”.
La “línea amarilla” se presenta como el impedimento fundamental para la paz, pudiendo definir hasta el 60% de la superficie de Gaza. “Hay políticos dentro del Gobierno de Benjamin Netanyahu que claramente quieren anexionarse esta parte de Gaza”, señala Pelicano, ante tiroteos israelíes que ocurren cuando civiles gazatíes se aproximan al área. Hamás y naciones árabes reclaman su desmantelamiento, pero facciones militares y políticas de Israel abogan por conservarla como una nueva zona de exclusión, utilizando la asistencia humanitaria —que sigue siendo escasa— como método de coacción en las conversaciones.