Luz en la oscuridad: apaga y vámonos

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El apagón ha copado las noticias, y lo que te rondaré morena. Por suerte, nos lo tomamos con filosofía y buen humor los más, aunque también se han visto escenas propias de otras épocas no tan lejanas

Mujer acompañada de una vela durante un apagón

Mujer acompañada de una vela durante un apagón

AlpgirayKelem

Sin duda, la actualidad de esta semana ha estado marcada por el apagón del pasado lunes, y que me perdonen los amantes del fútbol. Unas horas sin electricidad que, más allá de los inconvenientes prácticos de todo tipo a los que tuvimos que hacer frente, demostraron -una vez más- lo dependientes y, sobre todo, lo vulnerables que nos volvemos cuando nos faltan alguna de esas cosas que damos por sentado que siempre estarán allí, como darle a un interruptor y que se encienda la bombilla. La palabra caos estuvo en boca de muchos, y los más osados incluso se atrevieron a comparar la situación vivida durante unas horas, con la que sufrimos durante la pandemia de covid durante meses. Apaga y vámonos.

Sí que es cierto que, por momentos, revivimos parte de aquella solidaridad que floreció con el virus y que se marchitó a paso raudo cuando este fue pasto de las vacunas. Las terrazas de los bares llenas y gente haciendo corros alrededor de un aparato de radio de pilas fueron habituales. Tal vez porque confiábamos en que el apagón no iba a ser permanente, la mayoría nos lo tomamos con relajada filosofía y, por suerte, bastante buen humor, pues tampoco hubo para tanto, aunque eso lo sabemos ahora, que se ha hecho la luz -de nuevo- en nuestras vidas.

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La terraza de un bar de la Diagonal de Barcelona a rebosar, el pasado lunes 

Àlex Garcia / Propias

Como suele ser habitual en estos casos -y como muestra del agudo ingenio español, muy español, que se crece ante la adversidad- no faltaron las fakenews sobre las posibles causas, en un sinfín de motivos a cuál más imposible. Servidor, incluso escuchó a una señora asegurar que eso era que Trump había hecho alguna cosa... mala, por supuesto. Los menos se acordaron del kit de supervivencia que un mes antes la UE había recomendado que todos tuviéramos en casa y que, por lo visto, tanto vale para una guerra como para un apagón. Pero muchos pensaron que eso del kit era para aficionados, y decidieron prepararse para lo peor, por lo que decidieron arrasar -pasando antes por caja y pagando en efectivo- los supermercados, cuyas estanterías quedaron vacías, como en los mejores (peores, mucho peores) primeros días de la pandemia. 

Y nos quedamos sin conexión a internet, cosa que no sucedió durante la pandemia y gracias a lo cual pudimos seguir viéndonos sin estar los unos con los otros. Pero a pesar de que solo fueron unas horas, lo llevamos rematadamente mal. El ciberespacio se quedó a oscuras y mudo durante unas horas y uno no se puede dejar de preguntar qué hubiera sucedido si el apagón digital hubiera durado días, meses o por siempre. Lo dicho, apaga y vámonos.

· Revista de prensa. Así contaron el apagón los medios internacionales. Medios de todo el mundo destacan el fallo en la red eléctrica que afectó a la península Ibérica y parte del sur de Francia.

· El ciberataque que no fue. En los primeros momentos, después del cero energético, la posibilidad de que la red eléctrica hubiera sufrido un ataque informático era una de las que se barajaba como posible causa. Poco a poco, este fue un suflé que fue bajando.

· Alimentos. A estas alturas, todo el mundo ya habrá puesto en orden su nevera y su congelador, y habrá tirado aquellos alimentos que se echaron a perder por falta de refrigeración. Aquellos que no lo hagan hecho, aquí tienen unos consejos al respecto.

Y ADEMÁS

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Álvaro Vizcaíno. FOTO ANA JIMENEZ

Propias

· Superviviente. En 2014, este empresario aficionado al surf sobrevivió durante más de 48 horas malherido -se partió la cadera, el brazo y varios huesos- y a la deriva después de precipitarse por un acantilado; desde entonces comparte la lección de vida que aprendió.

· Cuidadores y maestros a tiempo completo. A ser padre y madre se aprende cada día a base de sacrificio, fracasos y errores. Pero lo importante es saber pedir ayuda e incorporar la culpa de un modo más amable.

ENTREVISTA

Sin florituras ni tecnicismos, con un lenguaje muy directo, Ovidie anécdotas íntimas en 'La carne es triste'

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· Ovidie. Escritora y directora de cine: “Estoy viviendo mi mejor vida desde que dejé el sexo”. La autora de documentales como Pornocracia o Las putas no existen publica La carne está triste, un texto que nace de su “ira hacia las imposiciones sexuales a las que nos sometemos como mujeres heterosexuales”

INSPIRACIONES PARA EL PRÓXIMO APAGÓN

· Hablar con uno mismo. Lejos de ser un signo de locura, hablar en voz alta con uno mismo es una práctica saludable con múltiples ventajas cognitivas y emocionales. Estos son 7 beneficios de hacerlo, según un psicólogo.

· Leer. Mientras haya luz de día, la lectura permite reducir el estrés, mejorar la concentración y fomenta la plasticidad cerebral. Neurólogos y psicólogos recomiendan los libros como alternativa para desconectar y reducir la sobrecarga informativa generada por la hiperconexión a las redes sociales y el uso constante de dispositivos.

· Superar el miedo. Dos áreas cerebrales son las encargadas de aprender a suprimir los miedos desadaptativos, un hallazgo que podría derivar en tratamientos para las fobias y la ansiedad.

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