Un extenso estudio internacional ha descubierto una alteración semanal del ritmo cardíaco en uno de los trastornos del sueño más comunes pero infradiagnosticados del mundo, la apnea. Los investigadores han acuñado el término de “apnea social” para describir el aumento constante y significativo de la gravedad de la apnea obstructiva del sueño (AOS) que se produce durante el fin de semana, probablemente debido al hecho de trasnochar, al consumo de alcohol, de tabaco y a dormir hasta tarde, entre otros cambios en la rutina.
La investigación, publicada en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, analizó datos de más de 70.000 personas en todo el mundo y detectó un aumento de los trastornos respiratorios durante el sueño coincidiendo con el fin de semana.
El estudio encontró que los participantes tenían un 18% más probabilidades de tener apnea de moderada a severa los sábados en comparación con los miércoles.
Dormir más perjudica
45 minutos extras elevan el riesgo de padecer una apnea más grave en un 47%
Los investigadores -de la Universidad de Flinders (Australia)- observaron que los cambios en los horarios de sueño empeoraban la apnea. Así, dormir 45 minutos extras o más los fines de semana elevó el riesgo de padecer una apnea más grave en un 47%. Y los hombres tenían más probabilidad de verse afectados que las mujeres (21% versus 9%), y los menores de 60 también tenían más riesgo que los de más edad.
El profesor Danny Eckert, especialista en salud del sueño y autor principal del artículo, admite que “aún no sabemos exactamente por qué, pero el consumo de alcohol, un sueño más ligero y un uso menos constante de terapias para apnea obstructiva seguramente influyan”.

El tratamiento más habitual para la apnea obstructiva son las máscaras que facilitan oxígeno a presión
“La apnea del sueño ya es un importante problema de salud pública, pero nuestros hallazgos sugieren que su verdadero impacto puede estar subestimado porque la mayoría de las pruebas de diagnóstico clínico se realizan en una sola noche, generalmente entre semana, evitando el efecto que ahora llamamos apnea social”, comentó Lucía Pinilla, la primera autora del estudio, al presentar sus resultados.
Y subrayó que ese efecto fin de semana no es baladí, porque puede aumentar el riesgo de sufrir graves problemas de salud como enfermedades cardíacas, depresión, demencia, fatiga extrema y accidentes de tráfico o de otro tipo.
El impacto de la apnea puede estar subestimado porque las pruebas de diagnóstico se realizan en una sola noche
Los especialistas ya habían detectado una variabilidad estacional de la apnea, que tiende a empeorar durante el verano y el invierno respecto a la primavera o el otoño. El aumento estival se relaciona con las temperaturas más altas, que provocan más interrupciones del sueño y un sueño más ligero. En el caso del invierno, se cree que la apnea empeora porque se duerme más.
Por todo ello, los investigadores creen que los médicos deberían evaluar el sueño de sus pacientes durante varias noches antes de diagnosticar la gravedad de la apnea.
Y para quienes la sufren, su consejo es que mantengan una rutina de sueño regular, con el mismo horario para dormir entre semana y los fines de semana.