“Hay que cerrarle la puerta a la vejez cuando llama demasiado pronto, lo peor es decirnos a nosotras mismas ‘¿para qué, si ya soy mayor?’”: crear un pódcast a los 70 años para mostrar otra manera de envejecer

'Después de los 60'

Paloma Simón y Caridad Martín se reinventan con 'Setentásticas', un espacio ideado por y para mujeres longevas que reivindican el deseo, la voz propia y la curiosidad con independencia de los dictámenes que se le puedan asumir al paso del tiempo

Paloma Simón y Caridad Martín, creadoras del pódcast 'Setentásticas'.

Paloma Simón y Caridad Martín, creadoras del pódcast 'Setentásticas'.

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“Hay días que se me olvida que tengo 70 años. Me emociono con una idea y me lanzo como si tuviera 30. Luego recuerdo que debo bajar un poco el entusiasmo… Pero solo un poco”. Lo dice Paloma Simón Maestroarena con una de esas sonrisas que han decidido plantarle cara al paso del tiempo. Madre, abuela, curiosa insaciable y, desde hace unos meses, podcaster. Porque a llegada la séptima década, asegura, también se puede empezar algo nuevo. Especialmente si es en buena compañía, y con una brújula clara: no envejecer como lo hicieron sus madres ni sus abuelas. Hacerlo como mujeres que se niegan a ser invisibles.

El detonante fue un verso de Luis Cernuda que la sacudió. Ese que dice que “hay un momento en la vida en el que el tiempo nos alcanza.” A Paloma, ese momento, la cogió bien despierta. “La belleza de esas palabras me puso en contacto con algo que muchas veces esquivamos, y es que el tiempo, tarde o temprano, nos alcanza a todos. Y que a partir de los 70, los planes no pueden ser los mismos. No puedes proyectarte a diez años vista como a los 40. Pero eso no significa que no haya caminos. Solo que son otros”. Así fue como comprendió que el doctorado que tenía en mente podía esperar —“iba a terminarlo a los 80, y me pareció demasiado”— y en su lugar le nació una pregunta más poderosa: ¿cómo podemos envejecer sin miedo?

Estamos inventando una nueva manera de envejecer porque la anterior ya no nos sirve

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La respuesta llegó en forma de conversación, de amistad y de micrófonos. Junto a su amiga de toda la vida, Caridad Martín —apodada Cuca—, Paloma puso en marcha Setentásticas, un pódcast creado por y para mujeres mayores de 60 que rechazan el relato tradicional del envejecimiento. “Nosotras no tenemos hoja de ruta, estamos inventando una nueva manera de envejecer porque la anterior ya no nos sirve”, resume. Y así, cada miércoles, una nueva invitada. Cada episodio, una nueva pista sobre cómo afrontar esta etapa aparentemente incierta, sin sacrificar el deseo y el sentido.

Además, las entrevistadas que reciben son de lo más variadas. Desde mujeres que a los 70 han iniciado nuevas carreras hasta otras que siguen trabajando con pasión, así como muchas que, sin grandes titulares, sostienen el mundo a fuerza de cuidados, perseverancia y dignidad. “Lo más bonito es ver que ninguna ha perdido la curiosidad. Envejecer es una faena —dice riendo— pero ellas no se rinden”. Y en ese espejo, Paloma y Cuca también se han descubierto capaces de más de lo que creían: “Yo me he sorprendido a mí misma. Tuvimos la idea, nos empeñamos y lo conseguimos. La presentación fue un éxito. Vinieron casi 80 personas. Fue increíble”.

Nuestra generación no puede contar con el mismo sistema de cuidados que tuvieron nuestras madres, nuestros hijos no van a poder tenernos en casa

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Todo lo anterior bebe de que, para Paloma, la curiosidad es un motor vital: “Me fascinan cosas que no entiendo del todo, como la inteligencia artificial. Me he comprado libros, leo, pregunto, investigo. No quiero quedarme atrás. Entiendo solo una parte pequeña, pero eso me basta para seguir aprendiendo”. Esa actitud, dice, ha sido algo decisivo a la hora de no rendirse. Porque los aprendizajes siguen, y “lo que he aprendido de mí es que tengo tesón. Que, cuando me empeño, lo hago”. Eso sí, nunca sola, ya que no cree en “ese rollo individualista de ‘si quieres, puedes’”. “Si quieres, pide ayuda, rodéate bien y ten perseverancia. Así, sí se puede”, argumenta.

Uno de esos grandes aprendizajes, dice, ha sido aceptar que este envejecimiento no puede ser solitario: “Nuestra generación no puede contar con el mismo sistema de cuidados que tuvieron nuestras madres. Nuestros hijos no van a poder tenernos en casa como hicimos nosotras. No porque no nos quieran, sino porque el mundo ha cambiado.” Aún conserva a su madre, que con 95 años necesita atención y “pasa largas temporadas conmigo y con mi marido, pero yo sé que mis hijos no van a poder hacer eso; ni siquiera tienen casas grandes o tiempo suficiente y por eso necesitamos reinventar también cómo nos cuidamos entre nosotras”.

La presentación del pódcast 'Setentásticas'.

La presentación del pódcast 'Setentásticas'.

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El pódcast, en ese sentido, también abre espacio a profesionales jóvenes —sexólogas, abogadas, fisioterapeutas— que las ayudan a ellas y a todos sus oyentes a encontrar el modo mirar con lucidez y herramientas el cuerpo que cambia, la mente que duda e incluso los derechos que se diluyen con la edad. “Queremos hablar de todo. De lo que no se ve. De lo que se deteriora, pero también de lo que se transforma. Y sobre todo de cómo seguir habitando nuestro cuerpo con deseo, con dignidad, con sentido”.

La clave, insiste, está en no caer en el autoedadismo. En esa trampa interior que susurra que ya no hay nada que hacer. “A veces, lo peor no es lo que nos dice la sociedad, sino lo que nos decimos nosotras mismas. Esa frase de: ‘¿Para qué? Sí ya soy mayor’. Hay que cerrarle la puerta a la vejez cuando llama demasiado pronto. Como decía Clint Eastwood: cuando llamó, yo no le abrí”.

Vivimos en una sociedad donde parece que solo cuenta lo que haces, y si ya no trabajas es como si no existieras

Paloma Simón70 años

Pero claro que existe la invisibilidad. No lo niega, puesto que la ha sentido. No tanto en el espejo, sino en la mirada de los demás más allá de lo superficial. En el banco que no te presta, en la compañía telefónica que te infantiliza o en el silencio que rodea a quienes no trabajan ni producen. “Vivimos en una sociedad donde parece que solo cuenta lo que haces. Y si ya no trabajas, es como si no existieras”, señala. Y a eso, Paloma responde con una voz cada vez más fuerte en el mundo del podcasting.

Curiosamente, su herramienta para vencer esa invisibilidad ha sido una de las cosas que más le ha costado: la tecnología. “No soy nativa digital, pero tampoco soy tonta”, bromea. “Una de las cosas más duras ha sido lo técnico. Los micrófonos, las plataformas, la edición... Ha sido un quebradero de cabeza. Pero aprendimos. Porque otra cosa que hacemos muy bien es pedir ayuda. Esa es la clave: no tener miedo de decir ‘esto no lo sé, ¿me ayudas?’”, expone.

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En esa tarea, es inevitable subrayar que la amistad ha sido un motor imprescindible. Con Cuca comparten la vida desde hace décadas. Hijos, nietos, veranos, risas, proyectos. “Cuando pensé en hacer el pódcast, supe que no quería hacerlo sola. A estas alturas, lo que se hace, se hace juntas”, se explica. Porque esa complicidad no solo ha sostenido el proyecto, sino que ha dado lugar a un proceso creativo compartido que, desde su prisma, tiene algo de milagroso: “Nos entendemos sin hablar. Compartimos el mismo entusiasmo, las mismas preocupaciones, los mismos miedos. Y también las mismas ganas de aprender”.

¿Y qué le diría la Paloma de hoy a una mujer de 60 que siente que se ha vuelto invisible? “Que pida ayuda. Que no se encierre. Que se rodee de gente curiosa. Que no se rinda. Que la vida después de los 60 también es vida, y a veces una muy buena”. Y en su consejo matiza: “Busca a alguien. Conéctate. No te quedes sola. La soledad es la enfermedad número uno al envejecer. Pero hay muchísimas cosas por hacer, solo que hay que hacerlas en compañía”.

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Con una mirada crítica, también pide que las instituciones se sumen a este cambio: “La pirámide demográfica está cambiando. Necesitamos políticas públicas que reconozcan los derechos de las personas mayores. No podemos permitir que las residencias sigan siendo un aparcamiento que espera la muerte. Hay otra forma de envejecer. Digna, activa, lúcida”. Por eso, aplaude proyectos como el que coordina la ONU junto a universidades europeas para estudiar los modelos de envejecimiento en distintos países, puesto que “no se trata de que los jóvenes tengan menos, sino de que todos tengamos más; más derechos, más apoyo, más comunidad”. “No es una lucha generacional. Vamos juntos”, concluye.

Con los 70 cumplidos, la voz de Paloma, como el verso que la sacudió, sigue resonando entre consignas sonoras. Con la convicción de que el tiempo nos alcanza, pero no por eso hay que dejar de caminar. Como ella misma dice, citando al Hamlet de Shakespeare para cerrar el círculo: “Qué tiempos tan difíciles me han tocado... Pero no importa. Hagámoslo juntos”. Es esa su manera de abrazar el envejecer. Sin pavor, y con compañía. 

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