Todavía hoy, aunque cueste creerlo, la información acerca de la menopausia y sus efectos, ni es suficiente, ni llega hasta donde debería hacerlo, es decir, a las mujeres de más de 60 años. Esta afirmación, hecha desde la intuición, se apoya en las opiniones que expertos como doctora Karen Tang (Estados Unidos, Filadelfia, 1979) pronuncian al respecto. La ginecóloga y cirujana especializada en salud reproductiva asegura a La Vanguardia que, en la actualidad, “hay muchas mujeres mayores a las que les da vergüenza hacer comentarios en las redes sociales acerca de algunos síntomas de la menopausia como, por ejemplo, el dolor durante las relaciones sexuales o las pérdidas de orina”.
El problema es que ese temor a la exposición pública, para muchas, es motivo suficiente para no acudir a la consulta médica, lo que a su vez trae consigo la falta de un tratamiento que podría aliviar muchos de esos síntomas. Esta situación es una de las motivaciones que llevó a la doctora a escribir su primer libro, No es histeria (Diana, 2025). Aunque en apariencia podría considerarse una guía de salud reproductiva, lo cierto es que, tal y como ella misma nos cuenta, también es una suerte de manifiesto reivindicativo sobre el lugar que les corresponde a las mujeres desde el punto de vista de la salud.
Aún hay muchas mujeres mayores a las que les da vergüenza hacer comentarios sobre síntomas de la menopausia
Tang, reconocida internacionalmente por su labor en salud reproductiva. Se formó en la Universidad de Chicago y en la Universidad de Columbia, donde obtuvo su título en Medicina y un máster en Salud Pública. Completó su especialización en obstetricia y ginecología en la Escuela de Medicina de Harvard y su formación en cirugía ginecológica mínimamente invasiva en Legacy Health, en Oregón. Reparte su tiempo entre la práctica clínica, la docencia, la divulgación en redes, y ahora, también como escritora.
El título del libro que acaba de publicar es de lo más sugerente. A estas alturas, ¿todavía tildan de histéricas a las mujeres cuando comentan aspectos relacionados con la salud femenina?
Absolutamente. Quizá no se utilizan exactamente esas mismas palabras, pero sin duda, cuando una mujer se queja por tener sofocos, dolor menstrual o molestias como, por ejemplo, sequedad vaginal, no es raro que este tipo de protestas se atribuyan a la salud mental más que a una cuestión física.
¿Se trata de una guía de la salud o de una obra con tintes reivindicativos?
Probablemente sea ambas cosas. Cuando lo escribí quería que fuera una guía para que la gente pudiera entender mejor su cuerpo, en especial, para que las mujeres de todas las edades, desde las adolescentes, hasta aquellas que ya han entrado en la menopausia pudieran encontrar respuestas a muchas de las preguntas que se hacen en relación con la salud reproductiva. Cuenta tanto capítulos prácticos como teóricos. Entre los primeros, incluí algunos muy útiles, como es el que prepara a las mujeres para ir a la consulta del médico, para saber qué preguntas hacer, entender los síntomas… En definitiva, para que la cita con el médico sea más útil. Mi objetivo, al menos uno de ellos, era conseguir que la vida de las pacientes mejorara de alguna forma, y que al salir de la consulta sintieran que habían sido escuchadas y entendidas. Además, junto a esta especie de manual, he incluido una parte científica, y también una explicación histórica para que la lectora pueda entender mejor de dónde vienen muchas de las actitudes propias y ajenas respecto a las patologías femeninas.
Cuando una mujer se queja por tener sofocos, dolor menstrual o sequedad vaginal, no es raro que este tipo de protestas se atribuyan a la salud mental más que a una cuestión física
Un libro, por tanto, para mujeres. Pero ¿también para el personal sanitario?
Mi esperanza es que la lectura de este libro pueda resultar reveladora para muchos médicos y personal sanitario. Que les sirva para acercarse un poco más a los pacientes, y así entenderlos mejor, lo cual, en última instancia, revertirá en un mejor cuidado.
Dice que su libro trata de dar respuesta a las preguntas de las mujeres. En el caso de las mayores de 60 años, ¿qué nivel de conocimiento cree que tienen de su salud reproductiva?
En las redes sociales he detectado cómo la mayoría de las mujeres no tienen ningún problema en hablar de ciertos temas como la menstruación. Sin embargo, a las generaciones de mujeres más mayores les cuesta mucho hacer comentarios acerca de asuntos como, por ejemplo, el dolor durante las relaciones sexuales o las pérdidas de orina… Me da la impresión, de que les da vergüenza.
Hay problemas de la salud íntima sénior que se dan por normales...
Muchas de esas mujeres piensan que problemas como las pérdidas de orina son normales, así que, deciden no acudir al médico, simplemente, se ponen una compresa. Pero esto es un error, olvidan, o ignoran que existen tratamientos para ello. Por otro lado, actualmente, se está hablando mucho sobre la menopausia y sus síntomas. Esto, está ayudando mucho a que las mujeres se sientan más cómodas con sus cuerpos, y con sus problemas de salud. Creo que todo esto está cambiando, pero todavía queda mucho por hacer. No estoy segura de si esta situación es distinta en Europa, pero lo que sí sé es que, en general, en Estados Unidos las mujeres todavía se sienten cohibidas, y les cuesta mucho ir a las consultas médicas por estos temas.
Y cuando por fin deciden acudir, ¿cuáles son las principales preocupaciones que suele escuchar en su consulta?
En general, las mujeres que rondan los 60 años lo que quieren es seguir siendo activas, es decir, que los síntomas de la menopausia no les impidan continuar haciendo lo que les gusta. Sienten los cambios provocados por la menopausia, pero muchas veces, no saben qué hacer con ellos. El problema es que muchas de ellas creen que esos síntomas, como los despistes, la pérdida de masa muscular, los sofocos, el aumento de peso, el dolor en las articulaciones… no tienen ningún tratamiento, creen que es algo por lo que hay que pasar, y que no podemos hacer nada al respecto. Sin embargo, no es así.
Entonces, tenemos dos problemas: la falta de conocimiento y una actitud equivocada…
Cierto. Es muy importante concienciar a las personas para que sepan qué es la menopausia y cuáles son los síntomas asociados a ella. Recordemos que hace unos años, prácticamente los únicos síntomas que se relacionaban con la menopausia eran los sofocos, los sudores nocturnos y la sequedad vaginal. Hoy, sin embargo, ya se han establecido conexiones entre la bajada de estrógenos y el insomnio, problemas en la piel, falta de concentración, o el aumento de peso. Es más, cada día los investigadores descubren nuevos síntomas que tienen su origen en la menopausia.
El problema es que muchas mujeres creen que los síntomas de la menopausia, los sofocos o el aumento de peso no tienen ningún tratamiento
Uno de esos síntomas tan frecuentes es la sequedad vaginal. ¿Cree que se le presta suficiente atención?
En absoluto. Además, la mayoría de las mujeres, no solo se conforman con la situación, también son bastante reacias a usar el estrógeno vaginal. Sin embargo, es uno de los tratamientos más eficaces para reducir tanto la sequedad vaginal, como otros muchos síntomas de la menopausia, y no tiene apenas riesgos para la salud. Por eso, para mí es muy importante mostrar a la gente que los síntomas de la menopausia se pueden tratar, y que, además, los tratamientos como, por ejemplo, el estrógeno vaginal, son muy efectivos.
En cuanto a la incontinencia urinaria, ¿también cuenta con tratamientos tan eficaces?
Por supuesto. La terapia de suelo pélvico es muy útil para muchos tipos de incontinencia urinaria y pérdidas. Además, no tiene apenas riesgos, ayuda a fortalecer el suelo pélvico y el control de la vejiga. De modo que si no quieres medicación o cirugía, esta es una buena manera natural de tratar la incontinencia. Aunque no es la única, hay muchas más, como, por ejemplo, la colocación de anillos en la vagina o una inyección en torno a la uretra. En cualquier caso, más allá de los tipos de tratamientos, lo más importante es que las mujeres sepan que no tienen por qué conformarse, que existen muchas opciones para solucionarlo, y que no deberían sentir vergüenza para ir a hablar con el médico.
La colocación de anillos en la vagina o una inyección en torno a la uretra son algunos tratamientos contra la incontinencia urinaria
Además de los síntomas físicos, ¿cree que la salud mental también necesita más presencia en las consultas ginecológicas?
Creo que la salud mental es incluso más importante que la física, ya que, tiene un papel muy relevante en el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La gente suele olvidar la importancia de sentirse bien en lo emocional, y lo cierto es que puede llegar a influir en la salud general. Además, todo el mundo se merece sentirse bien con su propio cuerpo.