“He sacado a cuatro hijos adelante yo solita, irme ha sido la decisión más inteligente que he tomado”: separarse y cambiar de ciudad para cumplir su sueño de ser actriz, a los 64 años

‘Después de los 60’

Al cumplir los 60 y jubilarse, Julia Cortés vio claro que no podía seguir cuidando de la casa y de los suyos si quería ser feliz; se separó, cogió cuatro cosas y se plantó en Madrid para consolidarse como escritora y ganarse la vida como actriz

Julia Cortés.

Julia Cortés.

Cedida

Julia Cortés estaba deseando jubilarse. Lo hizo a los 60, después de casi cuatro décadas como docente, dispuesta a hacer todas las cosas que durante años habían pasado por su cabeza. Sin embargo, se topó con una realidad que todavía sentencia a muchas mujeres al ostracismo social: los quehaceres domésticos y el cuidado de la casa y de los suyos. 

“Todos los días, cuando me acostaba, pensaba que tantas ganas de jubilarme para terminar fregando, limpiando y cocinando, porque ya lo hacía cuando trabajaba, pero entonces al menos sentía un poco la satisfacción profesional; y empecé a darme cuenta de que, o cambiaba la situación, o mi vida iba a ser peor que antes”, explica esta mujer, natural de Badajoz.

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Así fue como Julia decidió tomar cartas en el asunto y decir basta. No fue una decisión premeditada, simplemente las palabras salieron de su boca casi sin pensar, con aquella necesidad imperiosa de querer pasar página. Recuerda ese momento con una claridad abrumadora. “Mi pareja estaba trabajando, fui a ponerle la comida en la mesa y no retiró ni el ordenador de la mesa para que cupiera el plato, ni siquiera me miró, y fue la gota que colmó el vaso; le dije ‘se acabó, hasta aquí hemos llegado’”. A esto le siguieron unos tres meses de convivencia conjunta —“me dijo que si no le pagaba la mitad de la casa, él no se iba”—, y harta de continuar esclavizada en una rutina que ya no quería, Julia decidió coger sus bártulos e irse.

Y no se marchó a otra zona de confort, sino que, ya que daba el paso, iba a hacerlo a lo grande: se presentó en Madrid sin tener a donde ir, dispuesta a empezar una nueva vida y hacer sus ilusiones realidad. No fue fácil, los primeros meses estuvo compartiendo piso con dos chicos jóvenes y no tenía a nadie de su entorno cercano, pero rendirse no estaba (ni está) entre sus planes. “Si me hubiera tenido que quedar en el coche, lo habría hecho; Badajoz no me daba lo que yo quería, Madrid me ofrece las oportunidades que estoy buscando”, manifiesta Julia. Unas expectativas que pasan por convertirse en actriz y que valoren su trabajo como escritora.

Los escritores anónimos no vendemos nada, hasta he pensado en comprarme un carrito y ponerme a vender libros por la calle

Julia Cortés

Y es que lo cierto es que Julia tiene ya nueve libros publicados, entre los que hay poesía, libros juveniles o novelas románticas y eróticas, pero también de su etapa como maestra, docente y especialista en bullying —la Junta de Extremadura le concedió una licencia para investigación e innovación, con la que hizo un plan contra el acoso escolar cuando no se escuchaba hablar tanto del tema—, además de otras especialidades. 

Pero critica que cuesta ganarse la vida con ello. “Los escritores anónimos no vendemos nada, toda la experiencia y conocimiento que tengo no me sirve de nada porque la gente no atiende a alguien que no tiene un escaparate o marketing detrás; hasta he pensado en comprarme un carrito y ponerme a vender libros por la calle, creo en mí y voy a luchar hasta el final, quiero conseguir que mis libros tengan visibilidad”, aclara.

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A sus 64, Julia también tiene claro que quiere desarrollarse como actriz, porque es una de las pulsiones que tiene desde pequeña. Ella misma reconoce que su vocación viene de cuna, pero que el trabajo y las obligaciones domésticas no le permitieron desarrollar esta pasión como le hubiera gustado. Por eso, tras jubilarse, creyó que era el momento: se formó, realizando cursos de teatro y de interpretación; incluso ya se ha subido al escenario para hacer monólogos en algunas salas de Madrid o ha dramatizado algunas de sus propias poesías. “Hay gente que dice que lo hago muy bien, aunque no me sirve de nada porque me muevo en un círculo muy pequeño; pareceré poco modesta, pero sé que lo voy a conseguir”, cuenta.

En ese aspecto, la edad también le va a la contra, fruto del edadismo que todavía impera en la sociedad en general, y en la profesión en concreto. “Me pongo a mirar castings y no hay ni uno para gente de 60 años, hasta cuando buscan a alguien para hacer de madre de un adolescente, ponen a alguien de 35 años, como si no existiéramos”, describe. De momento, también hace alguna actividad como modelo, donde también percibe alguna que otra mirada. “La gente joven te mira como perdonándote la vida, y lo mejor que te puede pasar es hacerte mayor, no entiendo por qué nos dan la espalda”.

Me pongo a mirar castings y no hay ni uno para gente de 60 años, hasta cuando buscan a alguien para hacer de madre de un adolescente, ponen a alguien de 35

Julia Cortés

Pero aparte del deseo y las ganas, también se suma la necesidad, y es que Julia también sufre la crisis actual de la vivienda, que deja en la estacada a un número desolador de familias. Como ella misma cuenta, tras compartir un tiempo, le costó mucho encontrar un piso que quisieran alquilarle con una sola nómina. Llegó a pagar 1.400 euros por una habitación sin ventana durante un año. “Alquilar en Madrid es complicadísimo, es peor que pasar un casting”, lamenta. Al final, gracias a un amigo, pudo acceder a un piso sin amueblar, aunque con una cuota demasiado inflada para sus recursos, por lo que llegar a fin de mes cada vez le es más complicado.

Ahora que lleva unos cuatro años en Madrid, y pese a los baches, esta badajocense defiende que está segura de lo que hizo. “Quiero perseguir mis sueños, porque durante toda la vida he sacado a cuatro hijos adelante yo solita, he trabajado muchísimo, y tras cuidar de todo el mundo pensé que era el momento de cuidarme yo; ha sido la decisión más inteligente que he tomado en toda mi vida, mi cabeza hacía tiempo que me lo estaba diciendo”. Reivindica que quiere que la gente sepa que existe y poder desarrollarse como escritora y actriz, que está “asquerosamente sana” y que tiene mucha energía. “Mis objetivos son que se me lea y que se me vea; si no te ven y no te leen, nunca van a darte una oportunidad”. 

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