Los adultos tienen un gran sentimiento de culpa por el tiempo excesivo que pasan en las redes sociales, y en concreto en Instagram. Muchos de ellos se consideran “adictos” a la aplicación, y eso complica su capacidad para controlar el uso de esta plataforma y aumenta su malestar consigo mismos. Pero en realidad no es para tanto. Un estudio publicado en Scientific Reports concluye que el uso intensivo de Instagram no se puede calificar de “adictivo” cuando no cumple los criterios clínicos establecidos para ello. Esto es, que provoque síntomas patológicos de alteración del control, el ansia y la dependencia. Por ejemplo, un síndrome de abstinencia por falta de consumo, cambios de estado de ánimo, conflicto con otras actividades y consumo peligroso o arriesgado. Un porcentaje muy limitado de adultos cumple alguno de estos requisitos.
La investigación, sin embargo, tiene limitaciones. La principal es que la muestra está conformada por personas mayores de edad, con una media de 44 años. Es decir, no participan jóvenes, adolescentes y niños, los grupos de edad que otras investigaciones señalan como más vulnerables al riesgo de adicción. De entre las más de 1.000 personas estadounidenses que forman parte del estudio, un 18% considera que es adicta a Instagram. No obstante, sólo el 2% satisface los requisitos que clínicamente se asocian a la adicción.
Un uso frecuente o intensivo no implica necesariamente una patología adictiva
Los autores del estudio exploran los hábitos que erróneamente se denominan “adicciones comportamentales”, señala la profesora de psicología Natalia Martín-María, en declaraciones recogidas por SMC (Science Media Centre España). El hábito pasar mucho tiempo en redes sociales se encaja a menudo en este tipo de conductas, como también las compras compulsivas por internet o el uso de videojuegos. Pero si estos comportamientos no nos crean problemas de abstinencia (ante la falta o la prohibición de acceso a las redes) o afectan a nuestro día a día no son más que eso: hábitos. Hábitos nocivos, tal vez. Pero no se pueden considerar adicciones.
“En psicología, un comportamiento empieza a ser problemático cuando nos crea sufrimiento o afecta a nuestro día a día (trabajo o estudios, relaciones, familia…). En las adicciones (con sustancia) sabemos que la propia conciencia de tener un problema puede no llegar nunca o hacerlo tras mucho tiempo; en cuanto al uso de las nuevas tecnologías, no hay todavía un posicionamiento claro al respecto”, señala Martín-María.
“No podemos confundir a la sociedad con lo que es un hábito y una adicción”, advierte a SMC Esther Rincón, investigadora principal del grupo de investigación Psycho-Technology. “Un hábito se puede llegar a convertir en una adicción cuando aparece la necesidad. Es decir, cuando un día que no puedo hacer scrolling en mis redes sociales me genera malestar: inquietud, irritabilidad o disforia. Necesito hacer esto para encontrarme bien”. Cuando ocurre eso tenemos que empezar a mirar qué está pasando...”
Los investigadores señalan que la sobreestimación que hacen los adultos de su nivel de adicción a Instagram surge probablemente de la errónea calificación que hacen los medios de comunicación del uso de las redes sociales. Es decir, muchas informaciones clasifican como “adictivas” conductas que no lo son. Aunque varios estudios han abordado la prevalencia de las adicciones a estas plataformas, la mayoría se basan en muestras de conveniencia de estudiantes universitarios o en participantes que experimentan otras adicciones o trastornos psiquiátricos. Eso no implica, advierte el estudio, que el uso excesivo de redes sociales presente asociaciones neurológicas similares al abuso de sustancias como el alcohol o las drogas.
Sería altamente recomendable poder replicar este estudio con una muestra de jóvenes y adolescentes, desde los 12 años hasta los 30 años
Los adolescentes son más vulnerables a los riesgos de las redes sociales
El estudio también cuestiona la validez de la etiqueta de “adicción” por otro motivo: aunque el uso frecuente de las redes sociales está vinculado a impactos en la salud tanto positivos como negativos, la mayoría de los análisis se centran sólo en los efectos nocivos. De este modo, los resultados adversos pueden estar sobrerrepresentados en los estudios científicos, dado que evalúan únicamente los aspectos problemáticos de las redes. De hecho, usuarios de Facebook que revelaron conflictos vitales y falta de control (dos síntomas de adicción) también informaron de impactos positivos del uso de esta red social, como pueda ser el hecho de entrar en contacto con personas importantes de su pasado a las que habían pedido la pista.
“Sería altamente recomendable poder replicar este estudio con una muestra de jóvenes y adolescentes, desde los 12 años (edad a la que de media tienen su primer móvil) hasta los 30 años. Esta es la población que más uso suele hacer de plataformas del estilo de Instagram y que, por tanto, se sitúa como más vulnerable a presentar una utilización excesiva e inadecuada de ellas, sin llegar a ser del todo conscientes del tiempo que les dedican y de si su uso es intencionado (con un propósito) o meramente accidental (al realizar scroll constante de vídeos que les llegan sin pararse a pensar si ese contenido es o no deseado)”, observa la profesora de psicología de la UAM Natalia Martín-María.
“Es interesante leer estudios de este tipo para ver si efectivamente estamos en esta situación o la profecía autocumplida, “sí soy adicto”, resumen Rincón. “Decir que una persona es adicta es una cosa seria (...) Pero las redes sociales tienen componentes que son potencialmente adictivos, como por ejemplo el scrolling infinito, por lo que hay que tener mucho cuidado. Tenemos casos, algunos muy graves. Y, además, en población infanto-juvenil estamos teniendo casos bastante importantes de fracaso escolar y problemática familiar. No hay que demonizarlas, porque las redes sociales tienen funciones muy importantes para la sociedad, pero sí tomarlas con cautela, no infravalorarlas e instruir a la sociedad en qué señales tenemos que tener en cuenta”, concluye.


