Los pacientes con trastorno de salud mental van el doble a la consulta del médico

Medicina

Trastornos de ansiedad y del estado de ánimo representan la mitad de los diagnósticos

La prescripción de antidepresivos se multiplicó por cuatro en Catalunya entre el 2010 y el 2019

Michele De Prisco, Eduard Vieta, Vincenzo Olivo y Diego Hidalgo-Mazzei, miembros del equipo investigador

Michele De Prisco, Eduard Vieta, Vincenzo Olivo y Diego Hidalgo-Mazzei, miembros del equipo investigador 

Francisco Avia / Clínic

Los pacientes que tienen un trastorno mental acuden el doble de veces al médico de cabecera que el resto de la población, tienen menos recursos económicos y presentan comorbilidades. Son conclusiones de la primera gran cohorte poblacional para entender la situación de la salud mental en Catalunya.

La creación de esta primera gran base de datos ha sido liderada por el hospital Clínic-Idibaps, con la participación de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Catalunya (Aquas). Se trata de una radiografía precisa que supone una herramienta relevante para comprender la salud mental en Catalunya y mejorar la atención a las personas afectadas.

“Los resultados permiten identificar áreas prioritarias de intervención, optimizar la asignación de recursos y diseñar estrategias de tratamiento más relevantes”, apuntan los autores del estudio, publicado en European Psiquiatry. Además, “su enfoque poblacional facilita la extrapolación de los resultados a otras regiones con sistemas de salud similares”, añaden.

La cohorte Padris-Presto es una completa base de datos sobre la salud mental al estilo de las empleadas en los países escandinavos. Y los resultados no son muy diferentes en cuanto a utilización de fármacos, prevalencia de enfermedades o tratamiento de la salud mental en la atención primaria, según Eduard Vieta, jefe del servicio de Psiquiatría y Psicología del Clínic.

El estudio abarca las 473.812 personas que accedieron a servicios de salud mental públicos en Catalunya en el periodo 2010-2019 junto a una muestra de 947.698 personas (el doble) sin diagnóstico psiquiátrico, con una edad mediana de 41,58 años. Los datos muestran una espera de entre 3 y 4 meses para poder acceder a los servicios especializados desde la atención primaria, circunstancia que condiciona decisivamente el proceso de tratamiento y que puede explicar el incremento de las prescripciones de fármacos, un 400% del 2010 al 2019 cuando la cifra de consultas por motivos de salud mental en la primaria en este periodo creció un 101%.

“No es que sean prescripciones incorrectas –los antidepresivos están indicados más allá de la depresión sino que podrían mejorarse con un mejor acceso a los especialistas y una mejor disponibilidad de psicoterapia”, argumenta Vieta. “Pero esto tiene un coste porque el tiempo del profesional tiene un coste, y es más fácil recetar un antidepresivo”, precisa.

En su opinión, la prescripción casi siempre es correcta pero es necesario encontrar una solución para que los casos no suficientemente graves puedan ser manejados en la primaria y dejar vía libre para que los especialistas puedan atender los casos graves. “El aumento de la prescripción está relacionado con el aumento de la queja de la población porque ve que la psiquiatría resuelve cosas. La gente ha perdido un poco el miedo al psiquiatra y al dentista”, bromea Vieta.

En la década estudiada, previa a la pandemia, se realizaron en Catalunya 1,5 millones de diagnósticos de trastornos mentales, la mayoría por trastorno de ansiedad (31,38%) y trastornos del estado de ánimo (depresión, trastorno bipolar, que representan un 18,83%). En tercer lugar figura el trastorno por consumo de sustancias.

Producto de estos diagnósticos se realizaron más de 67 millones de prescripciones, ha detallado el investigador Michele De Prisco. El 23,43% de las indicaciones son de antidepresivos, el 23,73% de benzodiacepinas, el 13,65% de antipsicóticos y el 0,01% de litio.

Las personas con trastornos mentales presentan mayor vulnerabilidad económica (un 76% con ingresos de menos de 18.000 euros anuales, frente a un 61% de la población control) y más comorbilidades físicas asociadas, lo que sugiere un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias o diabetes. La prevalencia del tabaquismo asciende al 48,6%, cuando en el resto de la población estudiada se establecía en el 37,2%.

Todo ello conduce a las personas con trastorno mental a un uso más intensivo de los servicios sanitarios. Durante la década analizada, el conjunto del a cohorte registró 76 millones de visitas a la atención primaria y cerca de 9,3 millones a los servicios especializados en salud mental.

De las consultas en la primaria, 39,2 millones corresponden al grupo control y 37 millones al de pacientes con trastorno mental. Es decir, este grupo presenta un promedio de 8,1 visitas al año, el doble que la población sin diagnóstico mental.

Los investigadores están trabajando en el desarrollo de una app para apoyar a los médicos de familia en las consultas sobre salud mental y optimizar el abordaje en función del a gravedad de cada caso. “Se pretenden dar más opciones, que no todo sea prescripción o derivación. La gran mayoría de las consultas son por motivos que se pueden tratar adecuadamente con herramientas o fármacos en la primaria, sin necesidad de derivaciones: insomnio, ansiedad, estrés del día a día, depresiones leves”, explica Diego Hidalgo-Mazzei. La aplicación será probada el año que viene en 12 CAP catalanes.

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