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Descubiertos cinco panes de comunión de hace 1.300 años carbonizados con la imagen del 'Cristo labrador' en el sur de Anatolia 

Arqueología

Una de las piezas encontradas en el yacimiento de Topraktepe tenía una inscripción en griego

Uno de los panes carbonizados descubiertos, con la figura del 'Cristo labrador'

Gobernación de Karaman

Ermenek es una ciudad del sur de Anatolia situada a casi 1.300 metros sobre el nivel del mar, entre las escarpadas colinas y altas montañas de la provincia de Karaman (Turquía). Rodeada de bosques y agua, sus habitantes se dedican actualmente a la cría de ovejas, el cultivo de frutas y la explotación de las minas de lignito.

La historia de este enclave se remonta hasta el año 5000 antes de Cristo, cuando un grupo humano prehistórico se asentó en la cueva de Maraspolli para aprovechar los recursos naturales que ofrecía el estrecho y fértil valle por donde transcurre el río Ermenek, de color esmeralda.

La antigua ciudad de Irenópolis

En esa región se encuentra el yacimiento arqueológico de Topraktepe, el lugar donde se levantaba la antigua Irenópolis, fundada por Cayo Julio Antíoco IV Epiphanes. Recientes excavaciones en el sitio han permitido a los arqueólogos descubrir cinco panes carbonizados que datan de los siglos VII y VIII después de Cristo, incluyendo uno con una representación de Cristo y una inscripción griega que significa “Con nuestro agradecimiento al Bendito Jesús”.

A diferencia de la imaginería tradicional del Pantocrátor (‘todopoderoso’), que representa a Cristo como gobernante y salvador, este pan representa a un “campesino” o “sembrador”, simbolizando la conexión entre la fe cristiana, el trabajo y la fertilidad agrícola, explican los investigadores.

El edificio excavado en el yacimiento de Topraktepe donde se encontraron los panes 

Gobernación de Karaman

Los panes restantes presentan marcas en forma de cruz, lo que sugiere su posible uso en los primeros rituales cristianos como pan eucarístico o de comunión. Su excepcional conservación, pese a que han estado carbonizados durante más de 1.300 años, los convierte en parte de los ejemplos más notables de pan litúrgico hallados en Anatolia.

Irenópolis, una ciudad ubicada en la región histórica de Isauria, tuvo importancia eclesiástica bajo el Patriarcado de Constantinopla. Aunque gran parte de la vida cotidiana del lugar sigue siendo desconocida, los trabajos de Topraktepe, bajo la dirección del Museo Karaman, proporcionan evidencia tangible de las prácticas cristianas primitivas.

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Estos panes revelan, según los expertos, no solo costumbres rituales, sino también la integración simbólica de la espiritualidad en la vida cotidiana, destacando cómo las comunidades conectaban el sustento con la fe.

“A diferencia de los grandes centros urbanos como Constantinopla, estos yacimientos provinciales permiten explorar las variaciones locales en el culto, lo que demuestra que la devoción en la Anatolia bizantina temprana estaba íntimamente ligada a la vida rural y la agricultura”, indican en un comunicado de la Gobernación de Karaman.

Otro de los panes bizantinos carbonizados que han sido descubiertos

Gobernación de Karaman

El pan era un alimento básico y un símbolo cultural en la antigua Anatolia. Desde los que se hacían durante el neolítico en Çatalhöyük, hace más de 8.600 años, hasta el producto de época medieval, que seguían siendo clave en la vida cotidiana, la economía y los rituales.

La pieza más llamativa hallada ahora, con el motivo del ‘Cristo agricultor’, refleja el significado espiritual atribuido al trabajo en el campo. “En una sociedad que dependía de los cultivos para su supervivencia, representar a Cristo como sembrador o trabajador simbolizaba la bendición divina sobre el trabajo de la comunidad’, dicen.

Interior de uno de los edificios excavados 

Gobernación de Karaman

La inscripción griega enfatiza la gratitud, sugiriendo que el pan no era simplemente un sustento físico, sino un objeto sagrado dentro del culto. Los demás ejemplares, adornados con la cruz de Malta, se corresponden con prácticas conocidas de la liturgia bizantina temprana, donde el pan solía ser estampado con cruces o abreviaturas antes de ser consagrado en la Eucaristía.

El pan eucarístico representa el cuerpo de Cristo en la Sagrada Comunión. En la práctica ortodoxa oriental, se utilizaba comúnmente pan con levadura, que simbolizaba la vida, la resurrección y la plenitud espiritual, mientras que la Iglesia occidental solía emplear hostias sin levadura. El pan también podía servir como antidoron, pan bendecido pero no consagrado que se distribuía después de la liturgia.

“La supervivencia del pan eucarístico de los siglos VII y VIII es extremadamente escasa, lo que convierte a los panes de Topraktepe en una ventana única al culto cristiano primitivo. Un análisis detallado de estos artefactos podría revelar información sobre las técnicas de horneado, los ingredientes y el simbolismo religioso en las comunidades bizantinas provinciales”, concluyen los arqueólogos.