Incluir alimentos anhelados dentro de una dieta equilibrada ayuda a reducir los antojos a largo plazo y favorece la pérdida de peso sostenida. Un ensayo clínico realizado por investigadores de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign demostró que los participantes que incorporaron sus antojos —dulces, comida rápida, carbohidratos y otros alimentos ricos en grasa— dentro de un plan de alimentación controlado, lograron mejores resultados que aquellos que los evitaban por completo.
El estudio incluyó a 30 personas con obesidad y comorbilidades como hipertensión y diabetes, de entre 18 y 75 años. Al cabo de 12 meses, 24 participantes habían perdido en promedio un 7,9% de su peso inicial. Durante el segundo año, dedicado al mantenimiento, 20 continuaron en el programa y, aunque algunos recuperaron parte del peso, la pérdida media se mantuvo en un 6,7%.
Comidas completas y equilibradas
El estudio contradice la teoría de las “células grasas hambrientas”, que sugiere que la pérdida de grasa induce antojos intensos
“Si tienes muchos antojos es muy difícil perder peso y aunque logres adelgazar, si los antojos regresan, es probable que también vuelva el peso perdido”, explicó Manabu T. Nakamura, profesor de nutrición y coautor del estudio junto con la estudiante de posgrado Nouf W. Alfouzan.

Incluir alimentos anhelados dentro de una dieta equilibrada ayuda a reducir los antojos a largo plazo
Una de las claves del éxito fue la “estrategia de inclusión”: permitir pequeñas porciones de alimentos deseados dentro de una comida completa y equilibrada. Según los datos, quienes adoptaron esta táctica con regularidad lograron una mayor reducción del peso corporal y experimentaron menos antojos, especialmente de dulces y comidas grasas.
Para medir el impacto, los investigadores emplearon encuestas sobre la frecuencia e intensidad de los antojos cada seis meses y usaron básculas Wi-Fi para registrar el peso diario. Las personas que perdieron más del 5% de su peso inicial mostraron caídas sostenidas en sus niveles de antojos, mientras que quienes perdieron menos no experimentaron esos beneficios.
Además, el estudio contradice la teoría de las “células grasas hambrientas”, que sugiere que la pérdida de grasa induce antojos intensos. “Mientras te mantengas en un peso saludable, tus antojos seguirán siendo bajos”, afirmó Nakamura.
La investigación concluye que, más allá de la fuerza de voluntad, la constancia en los horarios, las porciones y el patrón alimentario es esencial para evitar recaídas. El estudio fue publicado en la revista Physiology and Behavior.