Quién es Joel Haas, el hombre que ha comido en 1000 restaurantes con estrellas Michelin: “Tengo como regla llevar siempre ropa interior limpia”
Curiosidades
La propia Guía Roja ha premiado su hazaña, convirtiendo por primera vez a un comensal en protagonista
Se trata de un gesto inédito para una institución que tradicionalmente ha premiado a quienes cocinan, no a quienes comen
Joel Hass, influencer gastronómico
No es chef, ni sumiller, ni inspector de la Guía Michelin. No ha montado un restaurante, ni falta que le hace. El estadounidense Joel Haas se ha ganado un lugar en la historia de la alta gastronomía haciendo lo que muchos sueñan y casi nadie logra: sentarse, cuchillo en mano, a comer en mil restaurantes con estrella Michelin. Una cifra que da vértigo, también si pensamos en lo que significa digerir todos los platos que la hazaña conlleva.
Dueño del perfil High Speed Dining (con más de 1,2 M seguidores en TikTok y 430 K en Instagram), Haas no narra crónicas culinarias en sus cuentas, ni escribe odas a la complejidad técnica de un plato. Su estilo es otro: vídeos cortos, montaje acelerado, expresiones de placer caricaturesco, y una capacidad admirable para seguir tragando sin perder la sonrisa en cámara. En sus vídeos no hay ni crítica, ni reflexión. Lo que sí se nota que hay es hambre de likes.
Un 'influencer' premiado por la industria
Haas no narra crónicas culinarias. Su estilo es otro: vídeos cortos, montaje acelerado y expresiones de placer caricaturesco
Su historia comenzó en 2019, cuando dio inicio a su singular reto de comer cada día en un restaurante con estrella. Desde entonces su recorrido abarca más de 26 estados de EE.UU., con maratones culinarios en Nueva York, Florida, Toronto, etc. Hass asegura haber pagado siempre sus cuentas y, además, dice que como cliente le gusta dejar propinas generosas.
Su mesa número mil no podía ser cualquier mesa: fue -el pasado 12 julio- la del Inn at Little Washington, del chef autodidacta Patrick O’Connell (tres estrellas y una verde) en Washington. Allí lo recibió el mismísimo Bibendum (el famoso muñeco Michelin) con iPad en mano para mostrarle un videomensaje del director global de la Guía Roja, Gwendal Poullennec.
La razón responde a que, por primera vez en su historia, Michelin ha decidido celebrar la hazaña de Hass de forma oficial con un vídeo propio que han publicado en sus redes sociales, convirtiendo al comensal en protagonista. Un gesto inédito para una institución que tradicionalmente ha premiado a quienes cocinan, no a quienes comen.
“¿Tienes algún ritual antes de ir a un restaurante?”, le preguntan en el vídeo. “Tengo como regla llevar ropa interior limpia. Me gusta sentarme fresco a la mesa”, responde Hass a la cámara sin inmutarse.
En tiempos donde la experiencia parece pesar más que el conocimiento y la viralidad más que el discurso, la historia de Hass cambia las reglas del juego: se ha convertido en el primer foodie profesional galardonado por la misma industria. Esa que, hasta hace poco, solo miraba hacia la cocina. ¿Seguirá estando, como dice Michelin, la estrella solo en el plato?