El consumo diario de kombucha enriquecida con fibra podría contribuir a mejorar la salud intestinal y favorecer la regulación del metabolismo, según una investigación del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) en Nutrición, impulsada por la Comunidad de Madrid.
El estudio analizó los efectos de esta bebida de té fermentado en un grupo de voluntarios que, durante seis semanas, tomó 250 mililitros diarios entre las comidas principales. Además del consumo de esta kombucha probiótica combinada con inulina prebiótica (fibra), los participantes siguieron una alimentación saludable, realizaron actividad física y limitaron ciertos alimentos que pudieran interferir con los resultados.
Los investigadores observaron una mejora general en la microbiota intestinal, con un aumento de bacterias beneficiosas y una disminución de aquellas asociadas a procesos inflamatorios. También se detectó una reducción significativa en los niveles de grasas en sangre, lo que sugiere un posible efecto positivo sobre el metabolismo de los lípidos.
Estos resultados coinciden con estudios previos en animales, en los que se observó que la kombucha ayudó a reducir los triglicéridos, retrasó la absorción del colesterol LDL (el malo) y aumentó el HDL, considerado beneficioso para la salud cardiovascular.
También se detectó una reducción significativa en los niveles de grasas en sangre, lo que sugiere un posible efecto positivo sobre el metabolismo de los lípidos
La entidad investigativa madrileña anunció que ampliaría su línea de trabajo, para profundizar en los mecanismos moleculares que explican cómo determinados alimentos pueden modular la microbiota y, con ello, influir en el metabolismo.


