El índice de la sardina: cómo el pescado enlatado es capaz de predecir una crisis económica
Consumo
Los precios y el consumo de los alimentos son potentes indicadores económicos
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Lata de sardinas
Comer nunca es sólo comer: detrás de la manzana en el frutero, de los huevos en su cartón y de la caballa sobre el plato hay una cadena productiva que refleja su funcionamiento en la economía nacional. Es por esta razón que la economía, en su labor de tratar de entender el comportamiento de consumo humano, se fija en determinados productos alimentarios para pronosticar, entre otras cosas, crisis y menguas del poder adquisitivo de un país.
Es famoso el llamado índice Big Mac, creado por la revista The Economist, que valora el poder de una moneda en comparación con el dólar, basada en la teoría del poder de paridad adquisitivo, en la que el dólar debe poder adquirir los mismos bienes en todos los países. De lo contrario, la moneda comparada, que está representada en la hamburguesa de la famosa cadena estadounidense, estará sobrevalorada o subvalorada.
El famoso índice Big Mac fue creado por la revista The Economist
En Alemania, donde el döner kebab es uno de los iconos de la comida rápida nacional, se habla de la dönerflación: el aumento de céntimos del bocadillo turco en tierras germanas se extrapola a la inflación económica de los precios de los alimentos. Así, mientras que la media del precio del döner kebab en Alemania se mantuvo en los 4€ entre 2016 y 2019, hoy ese pan de pita relleno de ensalada y de las virutas afeitadas de un cuerpo de carne troncocónico ya alcanza los 7€.
De la misma forma, en Nueva York se habla del pizza principle, que conecta dos ítems esenciales de la ciudad: el precio de la pizza y la de un billete de metro. Eric M. Bram, según informó The New York Times el 18 de julio de 1980, acuñó esta suerte de teoría económica en la que sostenía que el precio de un corte de pizza y el de un viaje de metro eran más o menos el mismo desde 1960. Hoy, un trayecto en el veloz metro de Nueva York cuesta 2,90 dólares y los cortes de pizza corren entre el módico 1,50 dólares hasta los 4 o 5 dólares, así que una media aproximada le seguiría dando la razón a Bram.
El 'pizza principle' conecta dos ítems esenciales de la ciudad: el precio de la pizza y el de un billete de metro
A todos ellos, recientemente, se les ha sumado las sardinas enlatadas. Después de la época en la que se las consideró como girl dinner por ser una comida rápida y saludable, actualmente este pescado rico en omega 3 es fuente de preocupación. Las vistosas latas de sardinas y otros pescados y mariscos en lata de Portugal, España e Italia, hicieron furor en redes sociales de Estados Unidos por evocar unas imágenes de costa nostálgicas y aspiracionales, así como de una cultura gastronómica distinta y más elevada. No obstante, el precio moderado de las conservas de pescado, más bajo que el pescado fresco en Estados Unidos, y su potencial duradero indica algo más: el crecimiento de su consumo es un indicativo de pesimismo económico, es decir, de recesión. Así lo aseguraba la economista alimentaria Amelia Finaret para la CNN, que explicaba que esas dos cualidades, tanto la larga caducidad como la conveniencia en precio y uso, son dos factores de compra principales en los supermercados durante tiempos de crisis económica.