El vino de la semana: El Grifo 250 aniversario Malvasía Lías 2018

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Con uvas de malvasía volcánica nacidas en un bello paisaje casi lunar, este conmemorativo blanco lanzaroteño cuenta con una etiqueta obra del artista Ildefonso Aguilar

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Malvasia Lias 2018 250 aniversario

Malvasia Lias 2018 250 aniversario

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Para conmemorar su 250 aniversario, la bodega El Grifo ha elaborado un vino único, fruto de la cuidadosa selección de parcelas en Tinajo, una de las zonas más frescas de Lanzarote. Nace en un bello lugar de paisaje lunar peinado por los vientos, “casi de otro planeta” afirman desde esta bodega canaria. Aseguran que quien prueba este vino “lo recuerda eternamente, porque cada gota significa Lanzarote, el llamado viñedo de lo imposible con sus vientos alisios, la escasez de lluvia y la imposibilidad de mecanización”. 

Califican como “indómita” a la naturaleza de Lanzarote. Añaden que “el fuego, el viento y la roca crean unas condiciones extremas de las que nacen unos vinos con un marcado carácter y personalidad, con los que descubrimos el alma de una tierra y un clima únicos en el mundo”.

Fermín Otamendi, copropietario de El Grifo, asegura que “es un gran orgullo y satisfacción, así como una responsabilidad, celebrar estos 250 años de trayectoria”. Recuerda que “hemos llegado hasta aquí gracias al esfuerzo y tesón de quienes nos precedieron, y no nos ha ido del todo mal”. La innovación está en su ADN. Desde 1775, cuando se construyó el lagar cubierto, El Grifo ha permanecido activo de manera ininterrumpida “demostrando una resiliencia ultra notable”. La bodega cumple 250 años, siendo la más antigua de Canarias, y una de las diez más longevas de España. Manifiestan que “250 años es una fecha absolutamente memorable porque significa haber sobrevivido a todo”.

Las vides crecen en un bello lugar de paisaje lunar peinado por los vientos alisios

Las vides crecen en un bello lugar de paisaje casi lunar peinado por los vientos alisios 

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Aseguran que las cepas de malvasía volcánica, prefiloxéricas y con una edad media de 60 años, plantadas en suelos volcánicos, aportan “un carácter inconfundible” a la malvasía volcánica. Estas condiciones que califican como excepcionales permiten que la uva conserve una acidez equilibrada y desarrolle un perfil aromático singular. De la cosecha de 2018 han producido una edición limitada de 12.600 botellas. Quiere ser “un reflejo de nuestra tradición e innovación en la elaboración de vinos”.

El artista Ildefonso Aguilar, discípulo destacado de César Manrique, es el autor de la obra pictórica creada especialmente para esta ocasión. Su cuadro, ‘Bajo el Volcán’, se ha adaptado para la etiqueta de esta edición única. La obra, se afirma, “captura magistralmente la esencia de Lanzarote: su luz, su paisaje volcánico, su temperatura, su olor y el sonido que emana de este entorno incomparable. Un homenaje visual y sensorial a la isla que nos vio nacer hace 250 años”. 

Aguilar siempre ha demostrado un férreo compromiso con preservar la riqueza de la isla. Refleja su conexión con el paisaje de la isla de una forma única. Su obra se ha incorporado a la colección privada de El Grifo.

Ildefonso Aguilar, el creador de la obra que ilustra la etiqueta del 250 aniversario

Ildefonso Aguilar, el creador de la obra que ilustra la etiqueta del 250 aniversario 

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Las latitudes bajas, el clima casi desértico con lluvias escasas, los vientos alisios constantes y la imposible mecanización, hacen de El Grifo “el viñedo de lo imposible”. Se puede clasificar el clima de Lanzarote como desértico, según el índice de Lang, hiperárido, según el índice de Martonne, y mediterráneo semiárido subtropical, según la clasificación de Papadakis.

Prácticamente todas las labores en El Grifo, una bodega fundadora de la DO Lanzarote, son manuales. La complejidad para elaborar los vinos en la isla se remonta a la erupción de 1730-1736 en la zona central, la más fértil, que quedó cubierta por la lava y la arena volcánica. Poco tiempo después comenzaron a plantarse la viña y árboles frutales, bien apartando las arenas o bien haciendo chabocos (en Lanzarote se emplea esta palabra específicamente para designar una cavidad u oquedad en la lava, donde suelen plantarse árboles frutales, particularmente higueras), hasta alcanzar la tierra vegetal.

Viñedo de malvasía volcánica de El Grifo

Viñedo de malvasía volcánica de El Grifo 

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La filoxera, que asoló las vides en el último tercio del siglo XIX en Europa, no alcanzó a Canarias. Precisamente su ausencia permite plantar las vides con pie franco, sin necesidad de portainjertos, como se hizo siempre. En la búsqueda por cumplir tres fases de sostenibilidad (social, ecológica y económica), El Grifo comenzó a trabajar con la viticultura integrada y, posteriormente, pasó a la viticultura ecológica.

Conscientes de que “la salud del suelo afecta directamente al valor nutricional y a la calidad de la uva, clave para poder conseguir una buena maduración, sanidad, y estados fenológicos idóneos”, en el año 2022 iniciaron la adaptación a una viticultura regenerativa, donde “se busca priorizar la regeneración y restauración de los ecosistemas, basándose en la mejora del suelo”. Este año todas las prácticas agrícolas, como el abonado, los productos fitosanitarios contra las plagas de la viña y la erradicación de malas hierbas ya se ajustan a la legislación ecológica en 75 hectáreas.

Es un gran orgullo y satisfacción, así como una responsabilidad, celebrar estos 250 años de trayectoria”

Fermín Otamendi
Fermín OtamendiCopropietario

Actualmente, el 60% de la energía que precisa la bodega procede de placas fotovoltaicas. El agua es depurada y reutilizada. Se ha instalado el sistema llamado oresteo, que recoge el carbónico que durante la fermentación producen los vinos, y no se emite a la atmósfera, sino que se almacena y reutiliza. La directora técnica de Bodegas El Grifo es Elisa Ludeña, con Sara Rodríguez como responsable de calidad. El asesor enológico es Xabier Kamio, el bodeguero el veterano Vicente Lemes de León y la técnica de campo Patricia Pacheco. Clara García Pérez es la Sales Manager, e Iván Díaz el responsable de comunicación y eventos.

La uva de este blanco de malvasía volcánica 100% elaborada con trabajo de lías procede de una selección meticulosa de parcelas ubicadas en la zona del municipio de Tinajo, de cepas prefiloxéricas. Dicen desde El Grifo que no existió duda alguna al elegir la uva. Debía ser malvasía volcánica, variedad mayoritaria y que representa “de manera incuestionable” la idiosincrasia de Lanzarote, tanto por sus cualidades organolépticas como por su adaptación a las condiciones extremas de la isla. 

Aseguran que “si alguien cierra los ojos y repara en el frescor, la mineralidad y la salinidad de este vino en particular, la añada 2018, viajará con el paladar y los sentidos al corazón de la isla”. Y “percibirá en boca y en nariz su magnético territorio y también el acervo cultural y la tradición vitivinícola que defienden sus gentes desde 1775”. Expresa el singular territorio de Lanzarote. La del 2018 fue una añada “bastante buena en cuanto a la calidad y también a la cantidad”, según la bodega.

El Grifo está abierto al negocio enoturístico. Reciben unas 70.000 visitas al año.

El Grifo está abierto al negocio enoturístico. Reciben unas 70.000 visitas al año 

Álvaro Fernández Prieto

La uva del 250 aniversario Malvasía Lías 2018 procede de cuatro viticultoras de Tinajo. Se vendimió a mano el 2 de agosto del 2018 en cajas de 18 kilos, que reposaron en una cámara climatizada hasta el día siguiente, para prensarlas sin despalillar. El mosto, tras un desfangado estático de 24 horas, inició la fermentación alcohólica con sus propias levaduras. Una vez finalizada, se introdujo un 30% de la partida en barrica de roble francés de 500 litros, destinando la otra parte a depósito de acero inoxidable. Se mantuvieron las lías en suspensión durante 28 meses. En las barricas el bazuqueo se realizó de forma manual. Se practicó un coupage de ambas crianzas, y posteriormente se clarificó. Fue embotellado en 2021 con 13º de alcohol y 2,7 gramos de azúcares por litro para continuar la crianza en botella (en torno a 12 meses más).

250 aniversario Malvasía Lías 2018 es de color amarillo pajizo, con reflejos verdosos, nítido y brillante. Y con lágrimas ligeramente marcadas en la pared de la copa. En fase olfativa muestra complejidad con carácter aromático, y con recuerdos de las levaduras y un toque tostado y de fósforo que recuerda la crianza de parte del vino en madera. En fase gustativa exhibe notas de fruta de hueso algo licorosa, y un toque de almendra algo amarga. 

Destaca muy especialmente por su fantástica acidez, aunque con una sensación táctil glicérica por el trabajo realizado con las lías. Es envolvente, afilado, sápido, fresco y con una más que interesante nota salina final. Un gran vino poliédrico con un especial potencial de guarda.

Ramón Parera, uno de los 142 proveedores de El Grifo

Ramón Parera, uno de los 142 proveedores de El Grifo 

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Según esta bodega lanzaroteña, “cautiva al paladar por su volumen, paso largo, untuoso y acidez final natural muy marcada. El final es persistente”. Recomiendan armonizarlo codo tipo de carnes, pescados, arroces y quesos. Fermín Otamendi, copropietario de El Grifo, destaca la versatilidad gastronómica de la malvasía volcánica. Le gusta maridar este blanco con un atún salvaje de paso a la plancha, con unas papas arrugadas canarias. A Sara Rodríguez, adjunta a la enóloga en el departamento técnico, lo prefiere acompañando un plato de carne de ternera (chuletón a la piedra), o bien con un pescado graso cono un rodaballo o un pez espada con salsa verde. Se aconseja una temperatura de servicio de 10ºC.

El Grifo ha pertenecido a tres familias. Primero a los Ribera, después a los De Castro y, desde 1880, a la familia actual, descendiente de Manuel García Durán. Hoy por hoy, están al frente los hermanos Fermín y Juan José Otamendi, la cuarta generación.

Juan José y Fermín Otamendi, propietarios de El Grifo

Los hermanos Juan José y Fermín Otamendi, propietarios de El Grifo 

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Elaboran unas 300.000 botellas anuales. Un 66% de sus ventas se concentran en las Islas Canarias (33% en Lanzarote y el resto en las otras islas). Entre su tienda online y el negocio enoturística comercializan el 22% de sus botellas. En la Península venden un 9%. Sólo exportan un 3% de su producción. Alemania, Bélgica e Italia son sus principales mercados internacionales. Cuentan con 50 hectáreas de viñedos a los que suman la producción de 142 pequeños viticultores. Uno de sus proveedores más destacados es Ramón Parera, que cultiva 5,5 hectáreas en su finca del Tablero. Fue constructor y después restaurador. Ahora se cumple un cuarto de siglo desde que se dedica en cuerpo y alma a la viticultura. Es hoy su gran pasión.

El Grifo está abierto al negocio enoturístico. Reciben unas 70.000 visitas al año. Ofrecen experiencias para dar a conocer su historia y su legado, e incluso cuentan con un museo. Con ‘El Grifo Wine Lovers’ proponen un recorrido de 120 minutos para disfrutar de una cata de cuatro vinos bajo un chaboco centenario, pasear por los viñedos, descubrir el hotel de insectos de la bodega o visitar en exclusiva la casa y biblioteca familiar. Por su parte, ‘Viaje al mundo de El Grifo’ es una visita guiada por los paisajes singulares y los viñedos que termina con la cata de tres vinos referentes de la bodega. Su wine bar cuenta con una carta que celebra la riqueza de los productos locales y sus referencias vinícolas. En la terraza o en el interior, se puede degustar una amplia selección de los vinos de la bodega.

Museo de El Grifo

Museo de El Grifo 

Javier Sánchez

En línea con una apuesta firme por el enoturismo de calidad y su compromiso con la isla y su conservación, El Grifo adquirió el Caserío de Mozaga, ahora Hotel El Grifo. Situado a tan solo unos kilómetros de distancia de la bodega, en San Bartolomé, y construido a finales del siglo XVIII, está catalogado como Patrimonio Histórico de Lanzarote. Caserío de Mozaga ha permanecido habitado de forma ininterrumpida hasta 1998, cuando inició la actividad como hotel. Tiene 12 habitaciones, incluidas tres suites, y un restaurante.

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