Además de apostar como nadie por la reintroducción de la variedad Pedro Ximénez de los Montes de Málaga, desaparecida después de la devastadora plaga de la filoxera, Victoria Ordóñez ha seguido trabajando en su nueva andadura por la también autóctona uva moscatel, una variedad que conoce bien y que ha trabajado a lo largo de su trayectoria profesional. Lo ha hecho seleccionando viñedos de la Alta Axarquía malagueña a casi 1.000 metros de altitud, en el Parque Natural de Sierra Tejeda.
La comarca de la Axarquía está situada al este de Málaga y, aunque es colindante con los Montes de Málaga, su origen es algo posterior pues proviene del complejo alpujárride, que data del Paleozoico. En la Axarquía predominan los esquistos (pizarra), salpicados de cuarzo blanco. Son suelos de tipo metamórfico muy erosionables, y pobres en materia orgánica. La filosofía de la bodega pasa por “elaborar vinos de calidad en una zona vitivinícola histórica y actualmente casi extinguida, con criterios de sostenibilidad: los Montes de Málaga”.
Victoria Ordóñez catando en su sala de barricas
Vinculada al mundo del vino desde su infancia, el padre de Victoria, José María Ordóñez, fue pionero en la distribución de vinos de alta gama en la provincia de Málaga, comenzando su actividad a finales de los años 50. Aunque la carrera profesional de Victoria se encaminó por otros derroteros, es doctora en Medicina. En 2004 decidió incorporarse al sector vitivinícola compaginando su nueva labor con la gestión sanitaria.
Confiesa que todo lo que sabe que se lo debe al enólogo austríaco Alois Kracher, con el que trabajó codo con codo hasta su fallecimiento en 2007. Fue entonces cuando Victoria Ordóñez decidió dar un giro a su carrera, centrándose exclusivamente en el apasionante mundo del vino.
Desde esta bodega familiar aseguran que la uva moscatel es una de las variedades más emblemáticas de Málaga, y que es conocida por su capacidad para “producir vinos de una calidad excepcional”. Los vinos de uva moscatel en Málaga tienen una larga tradición, siendo cultivados en la región desde tiempos fenicios. Esta variedad es clave en la producción de algunos de los vinos más característicos de la provincia. Añaden que “reflejan tanto la riqueza del terruño malagueño como la dedicación de los viticultores locales”. También se apunta que “son muy apreciados por su frescura, intensidad aromática y dulzura natural”.
Viñas en Benamargosa
Trabajan en parcelas de secano con viñas muy antiguas. La topografía abrupta y las técnicas de cultivo ancestrales califican este trabajo como viticultura heroica, con rendimientos muy bajos (por debajo de los 2.000 kilos de uvas por hectárea). Los viñedos de Fuente Blas, en la Axarquía, están constituidos por varios roales de viñas en torno a una fuente natural. Su superficie está entre las 0,64 y las 1,04 hectáreas, con una pendiente de entre un 65 y un 68%.
Están situados en Los Romanes, en la Alta Axarquía, a una altitud superior a los 800 metros sobre el nivel del mar. Son viñas que se plantaron a finales del siglo XIX, con un marco de plantación de 3.000 cepas por hectárea y formación en vaso. Dicen que “el suelo, único en el mundo, contribuye a la singularidad de los vinos producidos”.
Hay demasiados tópicos no justos asociados a los vinos mediterráneos, como una supuesta calidez y elevado alcohol”
Bodega Victoria Ordóñez e Hijos arrancó con la vendimia 2015. Desde entonces ha ido ampliando el volumen de producción y desarrollando nuevos proyectos enológicos. Victoria Ordóñez considera que los vinos del Mediterráneo, como los suyos, son muy heterogéneos, y que “hay demasiados tópicos no justos asociados a los vinos mediterráneos, como una supuesta calidez y elevado alcohol”.
Como principal desafío del sector, por encima del cambio climático y de las amenazas arancelarias de Donald Trump, Victoria Ordóñez sitúa la lucha contra las campañas antialcohólicas que demonizan el consumo de vino. A la vez, afirma que su zona, Málaga, es una región con una geografía montañosa, un hecho habitual en muchos lugares del Mediterráneo a pesar de que muchos creen que “solo es de sol y playa”.
Vendimia en los viñedos de Victoria Ordóñez
La primera cosecha de vinos secos de barrica Monticara salió de bodega en noviembre de 2016. Es el primer moscatel seco fermentado en barrica que se elaboró en la provincia de Málaga. Desde la bodega se recuerda que la uva moscatel de Málaga es una de las variedades autóctonas de la DOP Sierra de Málaga.
Su origen se remonta a la llegada de los fenicios a la costa de Málaga, por el siglo IX a. C (cuando se fundó la ciudad de Málaga). Aunque, tradicionalmente, se ha vinificado como vino dulce, recientemente, ya iniciado el siglo XXI, se empezó a vinificar como vino seco tranquilo.
Victoria Ordóñez afirma que elabora Monticara de manera artesanal, sin levaduras seleccionadas, pero bajo un estricto control. El mosto se obtiene por gravedad, sin prensar la uva, “ya que es el mosto más fino, más limpio y delicado”. Tras la fermentación alcohólica, mediante movimientos de bazuqueo manual todas las semanas a lo largo de diez meses, se realiza una crianza sobre sus lías finas. En bodega las uvas pasan por mesa de selección, y se despalilla sin estrujado. Se hace maceración en prensa a baja temperatura.
Monticara se obtiene a partir del mosto yema. Se fermenta lentamente a temperatura controlada en barrica de roble francés de gran formato. La estabilización se practica por frío. Su elaboradora manifiesta que “es un vino muy delicado, pero con mucho carácter”.
Trabajando en Bodega Victoria Ordóñez e Hijos
El joven Monticara 2024 de Victoria Ordóñez es un preciso y varietal moscatel que transita por la senda de la elegancia y no de la opulencia. Es de color amarillo pajizo pálido, nítido y brillante. En fase olfativa es aromático (sin ser exuberante ni dejar de ser elegante). Exhibe notas de fruta blanca con algo de tropicalidad (lichi), con toques florales (de fragantes rosas). En fase gustativa es ligero, fresco, cítrico y con una buena acidez, con sequedad y un puntito amargo final. La madera está integradísima en el vino.
Destaca por su buen equilibrio. De hecho, Victoria Ordóñez considera que “el buen vino va de equilibrio”. Y asegura que “los vinos de moscatel de Málaga son ideales para aquellos que buscan un vino con personalidad, lleno de historia y sabor”. Esta elaboradora malagueña asegura que Monticara es un vino que “envejece muy bien”. De hecho, afirman que puede degustarse hasta 2030.
Según Bodega Victoria Ordóñez e Hijos
Los vinos blancos malagueños son ideales para maridar con platos ligeros y frescos
Los vinos blancos malagueños, se afirma desde la bodega de Victoria Ordóñez, son ideales para maridar con platos ligeros y frescos, como mariscos, pescados y ensaladas. Y añaden que “la frescura y acidez de estos vinos los convierten en compañeros perfectos para disfrutar en un almuerzo en la terraza, acompañados de tapas locales como boquerones fritos, pescadito frito o una ensalada malagueña”. Y también apuntan que la versatilidad de estos vinos los convierte en “una opción excelente” para diversas ocasiones y estilos de comida.
A Victoria Ordóñez le gusta armonizarlo con una receta andaluza tradicional, el ajoblanco malagueño (con almendra cruda, ajo, miga de pan de hogaza duro, agua fresca, opcionalmente con leche de almendras, aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal), o bien con propuestas de cocina nipona como el sashimi o el sushi.
Victoria Ordóñez en una cata de sus vinos
De Monticara apuntan que es un blanco para acompañar a todo tipo de platos, aunque hacen notar que “marida particularmente bien con pescados, mariscos, arroces y platos especiados de la cocina asiática y mexicana”. Pero por su carácter, puede acompañar también carnes blancas y rojas a la brasa.
Victoria Ordóñez e Hijos cuenta con tienda virtual y está abierta al enoturismo. Reciben grupos formados por un mínimo de seis personas bajo reserva previa. Ofrecen conocer su viñedo en el Parque Natural Montes de Málaga, y “enamorarse” del paisaje, del terruño y degustar sus vinos rodeados de cepas centenarias y olivos milenarios. Proponen degustar diversos vinos acompañados de aperitivos fríos.
Monticara 2024, de Bodega Victoria Ordóñez e Hijos
DOP Sierra de Málaga
Variedades de uva: moscatel
Precio: 29 €
