Hace unos 15 años todo indicaba que este abulense de 60 años haría carrera como ingeniero. Sin embargo, el destino, la casualidad o quizá la fuerza de un deseo muy personal, hizo que Luis Gutiérrez abandonara las oficinas de una gran multinacional informática por los viñedos, las bodegas y el vino de nuestro país.
Su historia es la de una de esas personas que ha sabido hacer de su pasión su profesión, y llevarla a lo más alto. Y es que, Luis Gutiérrez es el “hombre Parker” en España, o, dicho de otro modo, es el catador y crítico de vinos españoles y sudamericanos (especialmente, Argentina y Chile) para The Wine Advocate, revista creada por Robert Parker y referencia mundial en crítica de vinos. Sus puntuaciones son esperadas por medio mundo. De hecho, aunque él no lo comparta, sus valoraciones tienen el poder de encumbrar un vino o hundirlo en lo más profundo.
Además de viajar constantemente para conocer a fondo las regiones que cubre con su trabajo de crítico (España, Chile, Argentina y Jura), también ocupa parte de su tiempo como escritor. Su último libro, Los Nuevos Viñadores (2017, Editorial Planeta), recoge una selección de catorce perfiles de viñadores repartidos por toda la geografía vitícola española.
La vida da muchas vueltas, pero la suya dio un giro de 180º. ¿Cómo se pasa de ingeniero a catador de vinos?
Pues como tantas cosas fue una casualidad. Conocí a Víctor de la Serna en un foro de discusión de vinos online en la segunda mitad de los 90. Con él, creamos elmundovino.com, solo como un hobby, catando a ciegas 20 vinos todas las semanas y escribiendo artículos diarios. Hicimos un libro, The Finest Wines of Rioja and Northwest Spain, que se publicó en Inglaterra, Estados Unidos y Japón. Esto me llevó a recibir el Premio Nacional de Gastronomía a la labor periodística —y yo era un ingeniero trabajando en Tetra Pak—, después a empezar a colaborar con Jancis Robinson en 2011, y de ahí, a The Wine Advocate. En ese momento, dejé mi trabajo de oficina.
Al comenzar, todos necesitamos consejos. A usted, ¿quién se los dio?
Mariano García. Yo era un chaval aficionado al vino, con una afición loca. Mariano me dijo que tenía que probar cuantos más vinos y más variados mejor, de todas las zonas, estilos y precios. Es lo que hay que hacer. Viajar, leer y gastar, en vinos y viajes.
El mundo se divide en dos tipos de personas: las que compran vino y las que no
Ahora que es usted el veterano, ¿qué consejos da al que comienza en el mundo de la cata?
Lo mismo que me dijo a mí Mariano, probar cuanto más mejor, variado, de todas las zonas, estilos y precios. Viajar, conocer gente, hablar con ellos, pisar muchos viñedos, comprar vino para entender el valor de una botella… El mundo se divide en dos tipos de personas: las que compran vino y las que no. Eso lo explica todo.
En 2013 se unió a The Wine Advocate, la publicación de crítica de vinos más influyente del mundo. ¿Cuál es el mejor recuerdo de aquella época?
Pues, obviamente, estar al lado de Robert Parker (creador de The Wine Advocate), pues en los primeros años él todavía estaba con nosotros. Él era la inspiración, independientemente del gusto de cada uno. Él era un abogado loco por el vino, y yo un ingeniero loco por el vino…
Gutiérrez es catador y crítico.
Desde entonces, ha ido creciendo como catador. En su opinión, ¿qué es lo más importante para hacer una buena crítica?
La experiencia y la humildad. Cuanto más aprendes, más te das cuenta de que no sabes nada. Este mundo es fascinante e inabarcable. Cada día aprendes algo y te cuestionas lo que pensabas que ya sabías.
¿Y para ser un buen crítico de vinos? ¿Qué cualidades no pueden faltar?
Pasión. Es la palabra clave. Sin eso, no funciona.
Sus puntuaciones son muy influyentes. ¿Alguna vez se ha arrepentido de dar una buena puntuación?
La verdad es que no. Esto es solo una opinión, no es dogma de fe, ni verdad absoluta. Puedes estar más o menos de acuerdo, no es más que eso.
Este mundo es fascinante e inabarcable, cada día aprendes algo y te cuestionas lo que pensabas que ya sabías
Pero, su opinión puede encumbrar un vino o una bodega…
Yo me siento muy afortunado de poder contar lo que está pasando en mis regiones. He visto surgir y crecer muchos de los proyectos que ahora mismo están en el top mundial. Ellos lo hacen, yo solo lo cuento.
Por el contrario, una crítica negativa puede hundir una bodega…
No creo que las críticas hundan nada. Si acaso debería ayudar a mejorar. Si las cosas se hunden, normalmente hay múltiples razones.
No sería el primero que recibiera presiones para dar una crítica positiva. ¿Alguna vez le ha ocurrido?
Pues no, lo único es que mucha gente quiere que cate sus vinos, que es un elogio, pero, obviamente, no puedo catarlo todo.
¿Los vinos caros se llevan las puntuaciones más altas?
La verdad es que debería haber una correlación entre precio y calidad, pero no siempre es así. El precio no lo es todo.
En sus notas, también suele aportar contexto cultural e histórico sobre las bodegas y las regiones, ¿tiene predilección por alguna de la geografía española?
Me gusta la diversidad, me da mucho placer encontrar cosas nuevas en las que veo potencial y seguir los proyectos a lo largo de los años. Los ejemplos de Priorat, Bierzo, Canarias, Galicia, Gredos o el Mediterráneo son apasionantes.
Mucha gente quiere que cate sus vinos, y es un elogio, pero, obviamente, no puedo catarlo todo
Pasemos a la mesa… ¿El vino se toma solo o con comida?
El vino es parte integral de la gastronomía. En el tiempo de nuestros abuelos era alimento. Hoy es paisaje, tradición, placer… y gastronomía.
¿Es “pecado” tomar vino tinto con pescado o blanco con carne?
No. El gusto es muy personal y depende de muchas cosas. Y en el vino hay pocas —o ninguna— reglas fijas. Hay que dejar que cada uno disfrute del vino como le guste.
Por último, ¿qué consejos daría a alguien que está empezando a sentir interés por el mundo del vino?
Lo más importante es llegar a aprender lo que te gusta. Formar tu propio gusto y opinión. En primer lugar, averiguar si un vino te gusta o no; después, si te gusta más o menos. Y más adelante, si te gusta más o menos que otro. Identificar cuál te gusta dependiendo de la ocasión, la comida, la temperatura o la época del año, o con quién lo vas a compartir. No hace falta complicarse. Pero si te pica el bicho de verdad, te vas a meter en un mundo fascinante, del cual no hay salida… Nunca se para de aprender y disfrutar.




