El consumo de pollo es uno de los más recomendados, precisamente por las proteínas que contiene. Saber elegir el mejor género, además, también puede ser de mucha utilidad para tratar de llevar un dieta saludable y lo más equilibrada posible.
Existen, sin embargo, una serie de instrucciones previas fundamentales antes de la consumición de este alimento, y que tienen que ver con la seguridad alimentaria. Así se ha desprendido de la explicación de la ingeniera en alimentos Mariana Zapién, que ha puesto el foco en los errores más frecuentes que cometemos durante el proceso de preparación del pollo.
“Reglas para cocinar pollo de manera segura”, ha comenzado la experta en alimentación, al tiempo que explicaba cinco consejos fundamentales que, según ha explicado, reducen “muchísimo el riesgo de intoxicaciones alimentarias”.
¿Qué pasos se deben de seguir antes de consumir pollo?
Además de elegir el mejor pollo en el supermercado, el consumidor debe de seguir una serie de instrucciones para evitar enfermedades derivadas del producto. En primer lugar, es fundamental el proceso de refrigerado, donde el producto se conservará a cuatro grados o menos. “Esa es la temperatura en la que bacterias como salmonella o campylobacter no se multiplican rápidamente”, ha explicado Zapién.
Esto no es todo. Y es que el pollo, al igual que el resto de alimentos, debe ser cortado con utensilios individuales para evitar la contaminación cruzada. “Designa utensilios solo para carnes crudas porque una sola gota de jugo de pollo contaminado puede enfermarte”, ha explicado la experta en alimentación.
Por supuesto, después de la manipulación de los alimentos es importante lavarse bien las manos, en especial si es pollo crudo. “Lava tus manos al menos 20 segundos con agua y jabón. Si tocas otros utensilios o alimentos sin hacerlo puedes propagar bacterias sin darte cuenta”.
¿Qué otros consejos ha explicado la ingeniera en alimentos?
En esta misma línea, también es importante lavar y desinfectar todos los utensilios que hayan entrado en contacto con el pollo crudo. Al igual que nuestras manos, los cuchillos y tablas también pueden almacenar microorganismos perjudiciales para nuestra salud. “Lava con agua caliente y jabón todo lo que el pollo crudo tocó. Luego desinfecta”, ha señalado Zapién.
En última instancia, y antes de disfrutar de un buen plato de pollo, la experta ha lanzado una advertencia: no se debe lavar el pollo antes de cocinarlo. Y es que, según ha explicado en otras ocasiones, “lavar el pollo crudo solo riega bacterias en tu cocina. ¡No sirve! El agua no mata bacterias, la cocción sí”, ha concluido Zapién.