Benidorm ha perdido uno de sus emblemas más icónicos y entrañables. Este jueves, la ciudad alicantina despertaba sin una de las figuras más míticas de su paisaje urbano: la paella gigante del restaurante Aitona.
Este símbolo de la cultura popular local, que estuvo en pie durante más de medio siglo, fue retirada el miércoles pasado de la calle Ruzafa, donde se había convertido en un punto de referencia tanto para turistas como para vecinos.
Todo un símbolo de la ciudad de Benidorm
Retirada la paella gigante tras 56 años
La paella, que llevaba 56 años en su emplazamiento, fue retirada por operarios debido al cambio de actividad del negocio. Lo que comenzó como un simple reclamo turístico se transformó en un elemento tan característico que los visitantes no podían resistirse a fotografiarla y compartirla en redes sociales. Según informa el periódico local Información, la retirada causó sorpresa y consternación entre los transeúntes, que se preguntaban qué sucedería con este peculiar monumento.
Pero aquí no acaba todo. Fuentes municipales han confirmado a Información que la paella gigante ha sido cedida al Ayuntamiento de Benidorm, que se encargará de restaurarla y buscarle una nueva ubicación para que continúe siendo parte del patrimonio de la ciudad. Aunque ya no ocupará el lugar que tuvo en el restaurante Aitona, se asegurará su conservación.
Se instaló dos años después de abrir el restaurante
¿Cuál es el origen de esta paella gigante?
El restaurante Aitona tiene sus orígenes en los años 50, cuando Jaime Pérez Sales, un joven camarero de la ciudad, adquirió un pequeño negocio en la misma calle. En 1965, abrió el Aitona definitivo, y dos años después instaló la famosa paella gigante. La figura del arroz gigante, que no fue pensada inicialmente como un emblema, se convirtió en una seña de identidad de Benidorm, una especie de monumento kitsch que, con su encanto peculiar, se ganó el cariño de todos.
A pesar de las críticas de algunos por su apariencia “hortera”, la paella gigante se ganó un lugar en el corazón de los benidormenses, que han lamentado su partida en redes sociales. La retirada marca el fin de una era, pero la paella gigante seguirá viva en la memoria de la ciudad, y con un futuro en manos del ayuntamiento.

