Broto Lisboa, así es el nuevo restaurante del chef que abandonó la opulencia del Ritz a favor del confort

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El chef portugués Pedro Pena Bastos renunció a la estrella Michelin para abrir un espacio donde ofrece una cocina mucho más íntima y menos vestida de gala 

Ha elegido el vibrante barrio de Chiado para su nuevo establecimiento, donde usa técnicas de alta cocina a favor del sabor 

Broto

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En el Chiado, uno de los barrios más bohemios y vibrantes de Lisboa, acaba de brotar algo nuevo. Se trata de Broto, un restaurante cuyo nombre (brote en portugués) conecta metafóricamente con el momento que vive su chef. Hablamos de Pedro Pena Bastos, jurado del programa Masterchef Portugal, quien venía de reinar en el comedor más imponente de Lisboa -el de Cura, en el hotel Ritz, con una estrella Michelin a la que ha renunciado-,  para entregarse a una cocina más íntima, directa y mucho menos vestida de gala. 

Ese cambio de tono se refleja también en el nuevo espacio, con paredes de terracota, mesas de madera, lámparas de barro y una atmósfera cálida. En Broto no hay manteles de hilo ni coreografías de servicio, pero de la alta cocina de la que llega Pena Bastos sí quedan las técnicas y la atención al detalle. “Algunas elaboraciones requieren del mismo equipo de personas que en un estrella Michelin, pero aquí juegan a favor del confort”, dice Pena Bastos. 

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El calamar con avellana y caviar Oscietra 

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El arroz de tamboril con marisco

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La carta también habla ese lenguaje. Arranca con entrantes que se comen con las manos, sigue con platos que se presentan en el centro de la mesa y recupera algunos hits personales de Pena Bastos, como el calamar con avellana y caviar Oscietra. El arroz de tamboril con marisco o el cerdo alentejano muestran el lado más abundante y portugués, mientras que los postres -como el de higos, hibiscos y yogurt- conectan con la memoria popular sin renunciar a la delicadeza. Lo que se impone, en general, es la sensación de estar en un lugar donde se come bien sin solemnidad, donde la técnica está al servicio del sabor y no al revés.

Algunas elaboraciones requieren del mismo equipo de personas que en un estrella Michelin, pero aquí juegan a favor del confort

Pedro Pena Bastos Chef de Broto 

Broto se inscribe en una tendencia más amplia: la casualización de la alta cocina, como algunos ya han denominado el fenómeno. Cada vez más chefs, desde Copenhague hasta Barcelona, apuestan por formatos más cercanos, sin menús interminables ni precios prohibitivos. Pena Bastos lo hace en Lisboa con un precio medio de 40-50 euros por persona, un lujo contenido que abre la experiencia a un público más amplio que el que llenaba el Ritz.

Más que un restaurante de autor, Broto es un proyecto personal que habla de raíces, memoria y libertad. El paso de Pedro Pena Bastos por Cura le dio prestigio, pero también le agotó. Aquí parece haber encontrado el aire que le faltaba: un lugar donde su cocina baja a la tierra para a ser más disfrutable.

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