¿Vale la pena elegir en el supermercado los productos con proteína añadida?
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¿El pan de kamut es realmente más saludable que el pan integral de trigo común?
Algunos alimentos del supermercado ofrecen versiones con proteína extra
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¿Siempre es mejor elegir los productos en el supermercado que dicen tener proteína añadida en lugar de los normales? (Iván Morales, lector)
Hola, Iván
No, no necesariamente son mejores ni más saludables. Es más, me aventuraría a decir que ni siquiera son siempre una buena opción para aumentar la proteína total de nuestra dieta.
Vamos a analizar los motivos.
1) Quizás no necesites más proteína. Esta situación es más frecuente de lo que creemos dado que la mayoría de la población cubre sobradamente sus requerimientos. Es cierto que algunas personas pueden verse beneficiadas de este aumento de proteína en casos muy concretos (hipertrofia, clínica...) pero no es algo que podamos recomendar para población general.
Actualmente existe una gran moda y una gran presión para aumentar la ingesta de este nutriente, pero no siempre es necesario.
2) Algunos de estos alimentos no siempre son más saludables. En ocasiones, junto con esa adición de proteína podemos encontrar la incorporación de otros ingredientes menos interesantes como azúcares o edulcorantes, algo muy típico en barritas, geles o postres proteicos. Que algo sea high protein no lo convierte en más saludable.
3) Puede que no sea una herramienta conveniente o a buen precio. En ocasiones el precio que se paga por estos alimentos enriquecidos no se corresponde con la diferenciación que aportan. ¿Vale la pena pagar casi el doble por 2-3 g más de proteína? Seguramente no.
En muchas ocasiones, cuando planteamos dietas con más cantidad de proteína que solemos recurrir a alimentos que son fuentes natural de proteínas sin ningún tipo de modificación, como el huevo, la legumbre, el pescado en conserva, la soja texturizada... Productos que no solo nos van a aportar más cantidad de proteína, sino muchos otros nutrientes asociados.
Cuando nos decantamos por un alimento enriquecido que tiene más cantidad de proteína, para que valga la pena tiene que tener una composición muy diferencial. Algunos ejemplos pueden ser los panes proteicos, la pasta de legumbre o los pates con proteína vegetal. Son formulaciones que sí que cambian drásticamente la cantidad aportada de proteína frente al alimento de referencia, que en un inicio únicamente tendría harinas de cereales o féculas de patata.
En definitiva, la gran mayoría de opciones de esta familia de alimentos no serían las más idóneas para aumentar la proteína de la dieta, pero tampoco podemos generalizar y decir que todas son inútiles. Eso sí, el abordaje más recomendable sería aumentar proteína a partir de alimentos saludables completos y no estos productos fortificados.
Zumo verde
¿Los zumos naturales pierden vitaminas si no se beben al momento? (Jesús Rodríguez, lector)
Hola, Jesús
Sí, las vitaminas se pierden desde el momento en el que la fruta se expone al aire, pero en una cantidad muchísimo menor de lo que se cree.
La fruta tiene antioxidantes, uno de los más famosos es la vitamina C, y estos compuestos se oxidan por nosotros, es decir, estas moléculas se “sacrifican” y en contacto con el oxígeno o radicales libres cambian su composición y “paran la bala” por nuestra parte.
Al cortar la fruta, pelarla o exprimirla la exponemos al aire, y progresivamente se va oxidando, pero únicamente las partes que están en contacto con el aire. De igual manera que cuando partimos una manzana solo se oxida la parte superficial, lo mismo nos sucede con los zumos: únicamente la superficie la que recibe esa oxidación.
Además, esa superficie si no está en movimiento representa tan solo una finísima capa de todo el volumen total de zumo. Así que prácticamente es una cantidad muy poco reseñable. Incluso pasando varios minutos, el contenido apenas cambia salvo que el zumo resultante se esté agitando constantemente, lo cual no suele ser lo más común.
Así que esos zumos y esos smoothies siguen aportando prácticamente la totalidad de vitaminas que la fruta fresca. Eso sí, recordemos que al exprimirlos y retirar la pulpa perdemos mucha fibra, su digestión es más rápida y sacian mucho menos. De ahí que siempre prioricemos fruta fresca.