Dan Buettner, uno de los mayores referentes mundiales en estudios sobre longevidad y creador del concepto de “zonas azules”, ha lanzado una afirmación que invita a mirar con orgullo al estilo de vida en España: “España está encaminada a ser el país del mundo más longevo para el año 2030, y pasar una semana aquí me ha mostrado por qué”.
Así lo ha compartido recientemente en sus redes sociales tras visitar Sevilla, donde Buettner ha identificado varios de los factores clave que, según él, convierten al modo de vida español en un modelo protector para la salud y la esperanza de vida.
España, líder en longevidad para 2030
Los datos lo confirman. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la esperanza de vida al nacer en España en 2022 era de 80,4 años para los hombres y de 85,7 años para las mujeres. Y se prevé que para el año 2035 estas cifras se eleven a 83,2 y 87,7 respectivamente. Buettner, sin embargo, va más allá de los datos: ha observado en su viaje los pilares culturales y sociales que, en su opinión, explican este fenómeno.

Terrazas de Madrid
Cuatro factores que explican nuestra longevidad
El explorador norteamericano identifica cuatro elementos fundamentales que ha visto presentes en la vida cotidiana española y que, según él, se alinean con los hábitos de las zonas azules —aquellas regiones del mundo donde hay un mayor porcentaje de centenarios—.
1. La falta de soledad. Buettner subraya que, pese al auge de la soledad como “nueva pandemia”, en España se mantiene una vida social activa y conectada. “Las ciudades españolas fomentan la conexión, las personas llenan las cafeterías cada tarde para socializar”, señala. En comparación con otros países, donde las relaciones sociales están más fragmentadas, la cultura española conserva una fuerte presencia comunitaria.

En España, tomar café también es muchas veces un factor de socialización
2. Ciudades pensadas para caminar. Durante su estancia en Sevilla, Buettner quedó impresionado por la accesibilidad urbana y la prioridad que se da al peatón: “Sevilla ha cortado el tráfico en el centro. Todavía puedes deambular por las mismas calles laberínticas que los musulmanes recorrían hace 800 años”. Esta facilidad para moverse a pie no solo favorece la salud física, sino también el bienestar mental.
3. Dieta mediterránea como base. Respecto a la alimentación, el experto afirma que España sigue un patrón que encajaría perfectamente dentro de una zona azul: “El aceite de oliva, el pan de calidad y los abundantes vegetales frescos son un básico de la dieta”, destaca Buettner. Este equilibrio entre tradición gastronómica y salud está detrás del bajo índice de enfermedades cardiovasculares en nuestro país.

Dieta mediterránea
4. Una cultura compartida. Buettner coincidió con la Semana Santa en su visita y capturó escenas que reflejan otro de los factores clave: la identidad cultural y la conexión emocional colectiva. “Durante la Semana Santa, cientos de miles de personas, religiosas o no, llenan las calles para ver cómo varias personas llevan carrozas de dos toneladas por las calles. Incluso en esas muchedumbres en silencio, la gente se conecta”, escribió.
Un estilo de vida que protege
Aunque España aún no forma parte oficial de las “zonas azules” (que incluyen lugares como Okinawa en Japón o Cerdeña en Italia), todo apunta a que podría convertirse en una de ellas muy pronto si se mantiene este estilo de vida. Para Buettner, el equilibrio entre buena alimentación, comunidad, movimiento y tradición convierte a nuestro país en un ejemplo de longevidad sostenible.
Su reflexión final no deja lugar a dudas: “Pasar una semana aquí me ha demostrado por qué España será el país más longevo del mundo”.