Joe Dante recibió en el 2010 un premio Màquina del Temps del festival de Sitges por su indiscutible aportación al cine fantástico. Quince años después, el director de títulos emblemáticos del género como Gremlins, Aullidos o El chip prodigioso, un maestro que ha sabido aunar como nadie el terror y la comedia con ironía y crítica social, acude al certamen para recibir este domingo un Gran Premio Honorífico. “Estoy feliz de estar aquí y es halagador saber que la gente disfruta aún viendo mis películas y de que te premien por ello”, dice el realizador y productor estadounidense, que confiesa estar orgulloso de haber podido “tener una carrera y de estar todavía en activo”.
Una carrera que echó a andar allá por los años setenta de la mano de Roger Corman. “Recuerdo que me invitó a una coca-cola y me dio unos consejos: 'siéntate mucho en el set, no te felicites tras acabar una toma, no vaciles e intenta adivinar lo que vas a saber de lo que vas a hacer y hazlo'. Y también me dijo que había que ser eficiente porque él hacía muchas películas de bajo presupuesto. Fueron sabios consejos. Estoy seguro de que si Roger no me hubiera dado una oportunidad, no estaría aquí ahora”.
El director Joe Dante, en el Festival de Sitges
Durante la conversación con un grupo reducido de periodistas, Dante recuerda que en Gremlins 2 había un personaje basado en Donald Trump y Ted Turner -fundador de la cadena de noticias CNN- llamado Daniel Clamp. “Es un promotor inmobiliario que es el supuesto villano, una combinación de Trump y Turner, ya que tenía que ser dueño de una cadena de cable. Fue escrito para ser el villano, pero el actor John Glover, que lo interpretó, simplemente resaltó su aspecto de niño corpulento y lo hizo bastante simpático. No era la intención, pero funcionó mejor para la película. Pero cualquier cosa que haya contribuido, de cualquier manera, a que Donald Trump se convirtiera en presidente, lo rechazo por completo”.
Sobre su país admite que ahora mismo vive “momentos oscuros” y que “hay mucha timidez, sobre todo en el ámbito empresarial, donde simplemente le dan al tipo lo que quiera para que nos deje en paz. Eso es básicamente lo que quiere que enseñen nuestras universidades: filosofía de derechas. O sea, está frenando a la gente y está frenando la cultura. Este tipo no es un rey. Se cree un rey, pero no lo es. Y no tiene los derechos que dice tener. Y no puede estar sacando a la gente de las calles, ¿sabes?, como en la Alemania del Este. Porque es ilegal. Pero la Corte Suprema le ha dicho que puede hacer lo que quiera. Le acaban de dar inmunidad total para hacer lo que quiera. ¿Qué clase de razonamiento es ese?”, se queja.
La IA es estrictamente plana y no tiene personalidad
“Las películas de terror se basan en el miedo. Eso es lo que gobierna mi país ahora mismo: el miedo. Y me aterra que tenga éxito. Y que la gente se deje llevar y se convierta en una democracia, como Hungría, solo de nombre. Es algo a lo que creo que nos dirigimos”, advierte con gesto serio.
Preguntado sobre cómo cree que la inteligencia artificial podría hacer hoy películas como el éxito de Gremlins, Dante observa: “Lo que hay que recordar sobre la IA es que crea lo que vemos a partir de su vasto repertorio de conocimientos. Pero no es una persona haciendo una película. Es la IA haciendo una película. O sea, puedes hacer una película entera completamente con IA, sin locaciones ni actores reales, y hacer que la gente piense que es real. Pero no tendrá la intención que tendría si la hiciera alguien con un punto de vista. Lo único que la IA no tiene es un punto de vista. Es estrictamente plana y no tiene personalidad”.
Fotograma de 'Gremlins', de Joe Dante
Al respecto, admite que ahora se pueden hacer cosas geniales. “La calidad de los efectos es realmente buena. Cualquier cosa que se te ocurra se puede hacer. Pero cuesta mucho dinero. La IA lo puede hacer con menos dinero. Así que creo que lo que va a pasar es que las cosas que antes se hacían con CGI se harán con IA. Ahora ¿cuánta personalidad se perderá en esa transición?, no lo sé”. Dante explica que le gusta ver películas independientes y que antes del Covid iba con su mujer -presente en la charla- al cine muy a menudo. “Luego, los cines empezaron a cerrar. Ahora hay menos lugares para ir a ver películas en Hollywood. De hecho, solo quedan tres cines, cuando antes había docenas. Y eso es triste. Todo es streaming. Así que puedes verlo todo en tu televisor. Y no es lo mismo que verlo con público porque no tienes la misma reacción que si lo vieras con gente. Pero eso parece ser el futuro”, se lamenta.
Y añade: “Las películas que se están haciendo son más selectivas. Pero la mentalidad de superproducción se ha apoderado tanto que intentar encontrar películas con personalidad es mucho más difícil. Y por eso lo interesante de este festival es que, cuando te metes en el cine de género, a menudo encuentras gente haciendo películas muy originales que solo podrían estar hechas para este público. Mientras que si intentas hacer una película familiar, siempre es una copia de otra. Si intentas hacer una película taquillera de superhéroes, es una copia de otra”.
Me hubiera gustado rodar un western, pero creo que ya me pasó la hora
A sus 78 años, el director confiesa que siempre ha gozado de libertad creativa. De su extensa filmografía no puede elegir una obra favorita. “Mis películas son como mis hijos”. Eso sí, revela que se divirtió mucho rodando El chip prodigioso: “El reparto fue divertidísimo y la idea de que una persona estuviera dentro de otra y hablara con ella durante toda la película, y poder tener a los actores improvisando en pantalla, hizo que fuera muy divertido ir a trabajar todos los días”. “Estoy bastante contento con la mayor parte de lo que he hecho, y tuve que luchar mucho por ello”. Sin embargo, tiene una espina clavada. “Me hubiera gustado rodar un western. Pero creo que ya me pasó la hora”. También ha comentado que no ve una serie de televisión de sus películas, aunque ha recordado que se hizo una precuela animada de 'Gremlins'.
Dante fue el propietario durante mucho tiempo de Rosebud, el mítico trineo de Ciudadano Kane, y lo vendió hace poco por cerca de 13 millones de euros. “Bueno, no me pagaron a mí, pero sí a la casa de subastas. Yo me quedé con algo. Y el recaudador de impuestos se llevó más”. Para finalizar la charla ha bromeado que si se hiciera una película sobre su vida la primera escena tendría que ver precisamente con la icónica película de Orson Welles, y sería con él en su lecho de muerte diciendo: “Gremlins”.



