A primera vista, conducir un taxi puede parecer una profesión estable y rentable. Sin embargo, detrás del volante se esconde una realidad mucho más compleja. Licencias que rozan los 300.000 euros, jornadas de hasta 14 horas diarias y unos ingresos que en invierno apenas alcanzan los 1.000 euros mensuales dibujan un panorama poco alentador. Mientras tanto, plataformas como Uber o Cabify operan con tarifas libres, alterando las reglas del juego y alimentando una competencia que muchos taxistas consideran desleal.
En uno de sus vídeos más recientes, el creador de contenido, Adrián G.Martín, habla con varios taxistas residentes en las Islas Baleares para conocer de primera mano sus impactantes testimonios. Muchos aman su trabajo, pero reflejan la crudeza y la dureza de una profesión cuyo sacrificio e inestabilidad cada vez atrae menos a las nuevas generaciones.
Mucha gente prefiere invertir en una casa en vez de en la licencia, lo consideran más seguro
Aunque en una época de mucho trabajo como es verano los taxis pueden facturar una buena cantidad de dinero al mes, lo cierto es que hay muchas variantes que hacen que esa cifra no acabe siendo tan rentable. En primer lugar, los taxistas explican que, mientras que hace 18 años una licencia de taxi costaba 175.000 euros, hoy puede llegar a costar entre 300.000 y 350.000 euros. Por ello, se necesitan entre 10 y 15 años para amortizar la inversión, siempre y cuando todo vaya bien. “Mucha gente prefiere invertir en una casa, lo consideran más seguro”, explica Sebastián, que lleva más de 18 años siendo taxista en las Islas Baleares.

En verano, el volumen de trabajo es desorbitado
Mucha gente se inicia en el mundo del taxi en busca de libertad, menos jefes y horarios más flexibles, y aunque esto es lo que se cree idealmente, la realidad es diferente. Cierto es que eres tu propio jefe, pero la cantidad de horas a las que te ves obligado a trabajar en algunas épocas supera con creces a las que harías en cualquier otro trabajo normativo.
Aunque en invierno las jornadas de trabajo son menores, pues la demanda de los taxis es, evidentemente, menor, especialmente en un lugar tan turístico como son las Islas Baleares, en verano las jornadas pueden alcanzar hasta las 14 horas diarias. “De abril a octubre no tienes ni un solo día libre, si no, no llegas”, explica Alberto.
Si eres simpático y te lo curras, puedes sacar 60 euros al día solo en propinas
Por ello, los ingresos son mucho mayores en verano, cuando pueden alcanzar los 2.400 limpios al mes, para compensar así los de verano, que en muchas ocasiones no llegan a los 1.000. Aunque en bruto la cantidad es mucho mayor, pues como explica Lion, hay meses en los que puedes facturar hasta 7.000 euros, “trabajas 12, 13 y hasta 14 horas al día y luego, quitando gasolina, seguridad social e impuestos, te quedas en nada”.
Además, las propinas también juegan un papel importante: “Si eres simpático y te lo curras, puedes sacar 60 euros al día solo en propinas”, asegura Alberto.

La guerra de los taxistas contra las VTC es ya todo un clásico
Aún y así, a todo esto hay que restarle los costes y gastos que supone llevar un taxi, que no son pocos. Los taxistas aseguran que solo el seguro ya puede costar entre 2.000 y 5.000 euros anuales, además de las reparaciones, el mantenimiento y el desgaste por hacer más de 100.000 kms al año. Además, muchas veces tienen que lidiar con que las aseguradoras no los quieran por el simple hecho de ser taxistas, teniendo que pagar así precios abusivos.
Otro de los grandes problemas con los que tienen que lidiar los taxistas cada día es con el intrusismo por parte de las VTC. Ellos aseguran que les hacen competencia desleal, pues no tienen las mismas restricciones ni tarifas. “Ellos cobran lo que quieren, según la demanda. Nosotros tenemos tarifas fijas que no podemos cambiar”, asegura Sebastián.
“No hay control, no hay inspecciones, las VTC hacen lo que quieren”
Además, aunque en teoría está prohibido que paren en la calle, muchos lo hacen igual, por lo que los taxistas denuncian que hay una falta de control y supervisión muy grande por parte de las autoridades. Para colmo, muchas VTC de Madrid se trasladan en verano a lugares como Mallorca para operar, algo que enfada más si cabe a los taxistas. “No hay control, no hay inspecciones, hacen lo que quieren”, afirma Sebastián.

Las protestas contra las VTC por parte de los taxistas son cada vez más habituales
Los taxistas explican que, aunque el taxi no está en riesgo de desaparecer, sí que puede adentrarse en una profunda crisis si no se adapta. Además de todos los problemas latentes, hay también una gran preocupación por los coches autónomos y el avance de la tecnología, que no se sabe cómo puede acabar afectando.
Las nuevas generaciones ven el taxi como algo que ya no es tan rentable como antes, además del riesgo de accidentes que supone y el gran sacrificio que conlleva. Por ello, el futuro es incierto, y tan solo el tiempo dirá hacia dónde acaba yendo la industria del taxi.