Hace una semana, una conocida revista del corazón publicó en exclusiva que la creadora de contenido María Pombo está embarazada nuevamente y que, si todo sale bien, se convertirá en madre de una familia numerosa dentro de cinco meses.
El artículo del medio rosa hizo saltar todas las alarmas y, horas después, la empresaria compartió un vídeo en su cuenta oficial de Instagram para confirmar la noticia. En la pieza, aparecía junto a sus hijos y su marido, Pablo Castellano, en la playa, presumiendo de barriguita de embarazada.
Días más tarde, la influencer realizó una sesión de 'preguntas y respuestas' en sus redes sociales para explicar que está embarazada de cuatro meses, por lo que todavía le queda un largo camino por delante.
En el mismo juego, confesó que ya sabía el sexo y el nombre de su bebé. También mencionó que no habían grabado un vídeo de sus seres queridos reaccionando a la noticia, ya que todos sabían que estaban buscando ampliar la familia.
Ayer por la tarde, la joven de 30 años decidió no esperar más (y así evitar el riesgo de posibles filtraciones) y compartió el vídeo de la ceremonia de revelación de género que había celebrado junto a su familia más cercana.
En esta ocasión, lejos de dar una gran fiesta con globos y comida, fue con los suyos a una heladería callejera, donde Martín y Vega, sus hijos, tenían que pedir un helado rosa si era niña y uno azul si era niño, siempre aconsejados por Marta Pombo, la única que conocía el secreto. Tal como se puede ver en el post, los niños aparecieron con un helado de fresa, lo que dejó en shock a los padres. ''Qué felicidad. Deseando conocerte, Mariana'', escribió la amiga de Tomás Páramo, desvelando el nombre escogido para la bebé.
Papín acertó con su pronóstico
Antes de publicar el vídeo de la revelación, María compartió otro en el que sus familiares se mojaban y decían qué querían y qué creían que sería el bebé. Mientras que la gran mayoría de los presentes, incluidos los padres, apostaba a que iba a ser un niño, Papín, el futuro abuelo, se mostró muy confiado de que sería una niña otra vez.
El empresario estaba tan seguro que realizó una apuesta junto a Pablo Castellano. Si finalmente era niño, el joven recibiría 1.000 euros de su suegro y, si era niña, sería el patriarca quien ganaría tal cantidad. Como era de esperar, este trato desató las risas en el grupo y generó decenas de comentarios en la red.