Las bromas entre compañeros de rodaje se convirtieron en parte de la rutina diaria mientras se grababan las películas de El señor de los anillos. Orlando Bloom, que dio vida al elfo Legolas, explicó en la Fan Expo de Chicago cómo esa dinámica terminó girando en torno a él.
En aquella charla recogida por Entertainment Weekly recordó que el ambiente era siempre distendido y que los comentarios se repetían hasta convertirle en el objetivo principal de las chanzas de sus compañeros.
Protagonista de las bromas
Viggo Mortensen convirtió el aspecto de Bloom en motivo recurrente de chistes
El actor contó que esa fijación tenía una razón concreta: “Era el blanco de la mayoría de las bromas, porque nunca me ensuciaba”. Y añadió que a Viggo Mortensen le gustaba bromear con ese detalle: “A Viggo le encantaba hablar de mi bonito pelo, mi cara, manos y uñas limpias”. Bloom señaló que esa costumbre se instaló desde el inicio y que todos se lo tomaban como parte del juego.
Más allá de esas burlas, Bloom rememoró otra faceta de la convivencia con el resto del reparto, las jornadas de surf en Nueva Zelanda. Aseguró que su aprendizaje en ese deporte vino de la mano de Elijah Wood, Sean Astin, Dominic Monaghan y Billy Boyd: “Aprendí a surfear con los hobbits”. Recordó que su primera propuesta fue distinta, ya que pensaba en motos o bicicletas de montaña, pero Billy Boyd fue tajante al descartar ambas y quedarse con el surf.

Cabañas, barbacoas y planes sencillos marcaron la convivencia del grupo
El actor detalló que organizaban planes sencillos para acompañar esas salidas, como alquilar una cabaña y preparar una barbacoa. Tal y como explicó, todo giraba en torno a pasar tiempo juntos y probar cosas nuevas: “Alquilábamos una pequeña cabaña, preparábamos una barbacoa y simplemente íbamos a surfear y cosas así. Era realmente mágico”.
Al pensar en aquellos días, Bloom subrayó que la juventud del grupo marcó el tono de la experiencia. Con apenas veinte años, la convivencia generó un vínculo estrecho con el resto del reparto, algo que le dejó un recuerdo duradero: “Tenía 20 o 21 años; todos éramos jóvenes. Nos divertimos mucho. Éramos una familia de amigos”. Así quedó claro que aquel rodaje le dejó grabado el recuerdo de unas bromas y unas sesiones de surf que fueron tan importantes como la propia grabación de la película.