Nazismo, drama y excentricidades

Newsletter de Historia y Vida

Himmler, María Antonieta y los ladrones de relojes en la edición de esta semana

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Heinrich Himmler inspecciona un campo de prisioneros soviéticos en 1941 

Dominio público

El nazismo estuvo rodeado de represión, imposición por la fuerza y crímenes, pero también de un extraño misticismo impulsado por jerarcas como Heinrich Himmler. Sin embargo, ni la propaganda ni la liturgia permitieron a gran parte de sus cabecillas esquivar la persecución de la posguerra.

Imagen aérea del castillo de Wewelsburg, convertido en centro espiritual del Tercer Reich de la mano de Heinrich Himmler

Vista aérea del castillo de Wewelsburg 

Carsten Steger / CC BY-SA 4.0

El Vaticano de Himmler. Contaban los que conocieron al SS-Reichsführer Heinrich Himmler que en las distancias cortas no solo era educado sino hasta simpático aunque eso resulte contradictorio con su papel en el nazismo. Firme seguidor del ocultismo, Himmler apoyó también creencias que entraban en el terreno del paganismo y, en consonancia con ello, quiso buscar una sede “mágica” para sus reuniones. El castillo de Wewelsburg debía ser su Vaticano.

Prisioneros del campo de concentración de Sachsenhausen, 1938. Portan un triángulo rosa, identificativo de los homosexuales

Prisioneros en Sachsenhausen, con el triángulo rosa que los identifica como homosexuales

NARA

Represión. El proyecto político nazi pasaba por perseguir a varios colectivos, como los judíos, los gitanos o los izquierdistas. Aunque menos conocida, la represión sobre el colectivo homosexual fue igualmente descarnada y afectó según algunas estimaciones a 100.000 personas, que fueron detenidas, de los cuales 15.000 fueron deportadas a campos de concentración.

Eichmann, durante una de las sesiones del juicio en Jerusalén

Eichmann, durante una de las sesiones del juicio en Jerusalén

El secuestro de Eichmann. El hundimiento del nazismo al final de la Segunda Guerra Mundial conllevó la persecución de sus cabezas visibles como ejemplifican los juicios de Nuremberg, pero muchos altos funcionarios lograron escapar. El más importante de los que fueron capturados después de la guerra fue Adolf Eichmann, arquitecto del Holocausto, que fue secuestrado por los servicios secretos israelíes en Argentina en 1960 para ser juzgado en Jerusalén.

Carteles promocionales del consumo de arroz en la Italia fascista.

Carteles promocionales del consumo de arroz en la Italia fascista 

Propias

Otro fracaso para Mussolini. Poco antes del final del nazismo había caído también el fascismo italiano, su régimen hermano no solo por su política sino también por sus excentricidades. Es el caso de la campaña que Mussolini lanzó, por motivos económicos, a favor de que los italianos comieran arroz y en contra ni más ni menos que de la pasta. No es necesario decir que su cruzada fracasó.


Más allá

El mapa que planteaba estados europeos exactamente iguales

El mapa que planteaba estados europeos exactamente iguales

Dominio público

Un mapa disparatado. La cuenta de X Vintage Maps muestra este extravagante mapa elaborado en los años 20 del siglo pasado con la idea de dividir buena parte de Europa en 24 Estados de exactamente las mismas dimensiones con el fin de evitar una nueva guerra mundial tras la que había terminado en 1918. Dos constataciones obvias, ni se pudo evitar la Segunda Guerra Mundial, ni una división de este tipo habría evitado los problemas, más bien al contrario.

En las entrañas del Coliseo. Esta espectacular animación de la cuenta de Youtube dedicada a la ingeniería Deconstructed, muestra la tecnología romana en todo su esplendor, con todos los mecanismos ocultos que hacían del Coliseo el recinto público más extraordinario de la Antigüedad.


Déjà vu

El magnetismo de los relojes. El robo de relojes de alta gama se está convirtiendo en una constante en las grandes concentraciones turísticas. El caso de un ciudadano chino que fue víctima de uno de estos delitos en Barcelona esta misma semana es el último que se ha hecho público aunque con toda probabilidad no será el último, pues se trata de una plaga que se inicia cada temporada con la llegada de visitantes y se extiende por todo el mundo. El robo y posterior venta de estos artículos de lujo constituye un floreciente negocio.

Pero, aunque las motivaciones han sido distintas a lo largo del tiempo, la sustracción de relojes no se puede decir que sea una costumbre contemporánea, sino que tiene una larga historia. Uno de los más espectaculares robos de este tipo tuvo lugar en 1983, cuando desaparecieron más de cien relojes de gran valor histórico –y económico, pues se hablaba de decenas de millones de dólares- del Museo de Arte Islámico de Jerusalén, entre ellos uno que perteneció a María Antonieta. Las autoridades hicieron muy pocos progresos en la investigación, hasta que la confesión en el lecho de muerte del autor del robo permitió recuperar la mayoría de las piezas.

Detalle de ‘María Antonieta con vestido de muselina blanca’, Élisabeth Vigée Le Brun, 1783.

María Antonieta pintada por Élisabeth Vigée Le Brun en 1783 

Dominio público

El de la reina de Francia no es el único reloj de una personalidad política relevante que ha sido sustraído. En los años 80 fue robado también el reloj de bolsillo de Theodore Roosevelt en Buffalo (Estados Unidos), y solo pudo ser recuperado 40 años después cuando estaba a punto de salir a subasta. Circula incluso una historia acerca del rey Faruk de Egipto, según la cual el monarca, conocido por sus inclinaciones cleptómanas, habría robado una pieza de Winston Churchill.

El robo de estos objetos se realizó con discreción, a diferencia de lo que había ocurrido cuando en la Primera Guerra Púnica las legiones romanas llevaron a la capital un reloj de sol expoliado en Sicilia. Fue el primero de estas características expuesto en un lugar público de la capital y, a pesar de que suponía un avance para la población, pronto recibió críticas, pues introducía elementos de control de la vida diaria. Nunca llueve a gusto de todos.

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