Todos los esfuerzos de la administración Trump por hacer descarrilar el tren del caso Epstein resultan en vano. El convoy sigue su curso. El asunto no hace más que crecer con la aparición de informaciones que apuntan directamente al líder de Estados Unidos, mientras las encuestas ya confirman una ruptura de votantes republicanos con el presidente.
Según publicó este miércoles The Wall Street Journal, cuando el Departamento de Justicia, en un equipo formado por fiscales y expertos del FBI, revisó hace unos meses lo que la fiscal general Pam Bondi calificó de “camión lleno de documentos” relacionados con el depredador sexual Jeffrey Epstein, los funcionarios descubrieron que el nombre de Donald Trump aparecía múltiples veces en esos papeles. La información no especifica en que contexto se le cita.
El pasado mayo, Bondi y su segundo, Todd Blanche, alertaron al presidente en una reunión en la Casa Blanca que su nombre aparecía en los archivos de Epstein. También le dijeron que salían otras muchas otras personas de perfil alto. El Journal aclaró que ser nombrado en esos papeles no es una señal de mala conducta.
Esas fuentes indicaron al diario que se trató de una reunión rutinaria en la que se abordaron numerosas cuestiones y que la aparición de Trump no fue el foco. Le explicaron que entre los hallazgos había, según los funcionarios, rumores sin confirmar sobre mucha gente, incluido el presidente, que había tenido relaciones o contactos con el influyente financiero, que se suicidó en una cárcel de Nueva York el verano del 2019, a la espera de un nuevo juicio.
Uno de los que revisó ese material aseguró que contenía cientos de nombres. Y le dijeron al presidente que no tenían previsto desvelar más documentos vinculados a esa investigación sobre este delincuente (cumplió condena de 13 meses en el 2008 y quedó inscrito como criminal sexual), porque había pornografía infantil e información personal de las víctimas.
Bondi explicó públicamente en febrero que no hallaron nada de lo que esperaban
Sucede que la propia Bondi explicó públicamente en febrero, cuando se sacaron algunos papeles con la consiguiente decepción de los seguidores de Trump, que no hallaron nada de lo que esperaban, que la lista de clientes “está ahora sobre mi mesa para revisión”. Pero hace dos semanas aún creció más la crisis en el movimiento MAGA porque la fiscal general negó la existencia de la lista y ratificó que no existía prueba alguna que apuntara que Epstein no se suicidó. Ni existía más material susceptible de ser difundido.
Es decir, que en contra de la teoría conspirativa tan al gusto del trumpismo, que la convirtió en su piedra angular, no había demócratas implicados en un supuesto chantaje del financiero, ni nadie le silenció. Esto ha provocado un cisma entre las bases del presidente como nunca se había visto.
Trump respondió la semana pasada a una periodista que Bondi no le había informado de que él saliera en esa lista.
“Esta es otra historia falsa como la que previamente sacó The Wall Street Journal”, respondió Steven Cheung, director de comunicación de la Casa Blanca, a preguntas de ese diario.
Cheung hacía referencia a que el Journal informó hace justo una semana que Trump envió en el 2003 una carta obscena de felicitación a Epstein, por su 50 cumpleaños. Su texto iba enmarcado en en el dibujo de una mujer desnuda, con la firma “Donald” en el pubis. Trump replicó que esa carta no la escribió él y presentó una demanda en la que solicita 10.000 millones de dólares a la cabecera y su dueños, Rupert Murdoch (dueño de la Fox, canal esencial en la carrera política del presidente) en concepto de daños.
La carta de Trump formaría parte de un álbum con una docena más de textos de otros amigos, que recopiló Ghislaine Maxwell, la asociada de Epstein que ahora cumple una condena de 20 años como conseguidota de menores para su amigo.
Resulta curioso que el Departamento de Justicia, tras asegurar que en el recuso de apelación estaría a favor de que se mantuviera esa pena, comunicó este lunes que sus cargos trataran de reunirse con Maxwell. El cambio de posición se ha producido una vez que se ha conocido esa supuesta misiva. Corren suspicacias sobre la finalidad de ese encuentro. El abogado de Maxwell no esconde que persigue el perdón, la conmutación del castigo o una reducción.

Una valla publicitaria en Times Square exige la publicación de los archivos de Epstein, con Donald Trump en el punto de mira
“El hecho es que Trump echó a Epstein de su club (en Mar-a-Lago) por ser un pervertido. Esto no es más que la continuación de las falsas historias inventadas por los demócratas y los medios liberales, como el escándalo de Rusia de Obama, en el que el presidente tenía razón”, insistió Cheung en respuesta al WSJ y haciendo referencia a la falsedad de que el expresidente conspiró en el 2016 en contra del candidato republicano, conjura ahora bandera de Trump en su intento por apagar el furor del caso Epstein.
El abogado de Maxwell no esconde que persigue el perdón
Las palabras de Cheung eran prácticamente un calco de las que sacó un día antes ante la información de la CNN de que Epstein asistió en 1993 a la boda de Trump con Marla Maples, su segunda esposa. El canal desveló esta noticia a partir del hallazgo de fotos que ilustran las más dos décadas de amistad entre los dos.
Además de esta nueva exclusiva del Journal, Trump se enfrentó este miércoles a más disgustos por este asunto que no tiene trazas de apagarse a pesar de que el Mike Johnson, presidente de la Cámara Baja, ha mandado a los legisladores de vacaciones hasta septiembre para evitar que se vote la petición para desclasificar estos documentos.
Sin embargo, el comité de supervisión de la Cámara, con mayoría republicana, aprobó y emitió una citación para tomar declaración a Maxwell. Se ha programado para el 11 de agosto y tendría lugar en la prisión de Florida donde cumple la condena.
Una vez que salió la carta del Journal, y además de la demanda judicial, Trump ordenó que se desclasificaran documentos de los testimonios en el gran jurado contra Epstein y Maxwell. Pero esto depende de los jueces, que no parecen estar por la labor puesto que es algo muy excepcional. Es un proceso largo que solo aportaría una cantidad pequeña de documentos, mientras que el FBI acumula muchos más material y más relevante sobre el núcleo del caso.
El tribunal de Nueva York ya solicitó el martes más información a Bondi sobre esta petición. Este miércoles, el tribunal de Florida que juzgó por primera vez a Epstein denegó ese requerimiento justificado por “circunstancias especiales”.
La juez Robin Rosenberg indicó que “tengo las manos atadas”. Sostuvo que, aunque el gobierno crea que se dan esas circunstancias especiales, no hay excepciones al secreto del gran jurado.