La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, consciente de que su credibilidad pasa por la respuesta europea ante el asedio de Gaza, esta vez no ha dilatado los tiempos. Una semana después de su importante discurso sobre el estado de la Unión ante la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, la conservadora alemana llevó su presión política sobre Israel a la reunión semanal del Colegio de Comisarios, que aprobó formalmente el plan de sanciones de la líder comunitaria.
Como estaba previsto, la Comisión Europea adoptó la propuesta de suspender la parte comercial del Acuerdo de Asociación con Israel, sancionar a dos ministros extremistas israelíes y a los colonos violentos, y paralizar la asignación de ayudas bilaterales. Ahora la pelota pasa al tejado de los estados miembros. El Ejecutivo comunitario solamente tiene las manos libres para congelar en solitario este último punto sobre los fondos bilaterales, que suponen como máximo 32 millones de euros.
Kallas no ve un cambio de posiciones en el Consejo, donde de momento no hay una mayoría cualificada
Para el resto, la Comisión no tiene competencias exclusivas y necesita el aval del Consejo de la UE. En el caso de las sanciones a los ministros de extrema derecha y a los colonos violentos, se requiere la unanimidad al ser un asunto de matiz político. En cambio, para paralizar parcialmente el acuerdo de asociación con Israel –lo que realmente puede hacer daño a Israel porque supone poner en pausa sus preferencias comerciales– se requiere una mayoría cualificada de los estados miembros. Es decir, 15 de los 27 países del bloque comunitario que sumen por lo menos el 65% de la población.
Pese a estas limitaciones, la decisión de Bruselas ayer es lo más lejos que ha llegado Europa con Israel desde el ataque de Hamas del 7 de octubre del 2023. “Lamentamos tener que dar este paso. Sin embargo, creemos que es adecuado y proporcionado, dada la crisis humanitaria que se vive actualmente en Gaza”, sostuvo el comisario de Comercio, Maros Sefcovic. El Gobierno israelí respondió con más amenazas, formuladas por su ministro de Exteriores, Gideon Saar, quien avisó de que no se quedarían de brazos cruzados. “Las medidas contra Israel serán respondidas en consecuencia, y esperamos no tener que recurrir a ellas”, escribió.
El ministro de Exteriores israelí amenaza con responder con medidas “en consecuencia”
Sin embargo, según fuentes consultadas por este diario, el giro de la Comisión no ha generado un cambio de actitud inmediato entre los socios comunitarios y sigue habiendo pesos importantes del tablero europeo –como Alemania e Italia– reticentes a suspender parcialmente el acuerdo comercial con Israel. La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, de momento tampoco ve movimiento en las posiciones de los países, consecuente con la que nota en la opinión pública de los estados miembros.
De forma paradójica, sería más fácil lograr la unanimidad para las sanciones a los ministros extremistas y a los colonos violentos, algo que Roma ya ve con buenos ojos. Se trata de los ministros Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir, seleccionados porque, según fuentes comunitarias, pertenecen a movimientos de extrema derecha israelí y en las reuniones gubernamentales son los que más han incitado a la violencia sobre Gaza. De aprobarse las sanciones, se les aplicará una congelación de activos, se les prohibirá el suministro de fondos o recursos económicos que les puedan beneficiar y también se les aplicará una prohibición de viajar a la UE.
Las sanciones europeas se aplicarían solo sobre el 37% de las exportacionesde Israel a la UE
El caso de la suspensión parcial en materia comercial del Acuerdo de Asociación tiene más letra pequeña. De lograrse la mayoría cualificada del Consejo de la UE, el bloqueo no se llevaría a cabo de forma automática, sino que entrarían en vigor en un plazo de 30 días después de haberlo notificado formalmente al denominado Consejo de Asociación, que es el órgano que gestiona y supervisa el funcionamiento del acuerdo entre la UE e Israel. Este plazo es habitual para advertir a los mercados, pero Bruselas también quiere dejar una puerta abierta al diálogo.
El impacto económico de estas medidas, sin embargo, es limitado. El bloque comunitario es el principal socio comercial de Israel, pero solo el 37% de las exportaciones de Israel a la UE gozan de ventajas comerciales que otorga el Acuerdo de Asociación. El resto, el 63%, cuenta con los aranceles por defecto de la Organización Mundial del Comercio (OMC). En el 2024, las importaciones europeas de productos israelíes fueron de 15.900 millones, principalmente de maquinaria y componentes de transporte y productos químicos.
Para el resto de las importaciones de Israel, se aplicarán los mismos aranceles que al resto de países
“En la práctica, esto significa que las importaciones procedentes de Israel perderán el acceso preferencial al mercado de la UE y que a estas mercancías se les aplicarán los aranceles que se aplican a cualquier otro país con el que la UE no tenga un acuerdo de libre comercio”, resumió Sefcovic. Según los cálculos comunitarios, esto significaría que las exportaciones israelíes tendrían que pagar una cantidad adicional de 227 millones de euros en aranceles al año.