¿Qué le espera a la flotilla en el último tramo de su viaje a Gaza?

El conflicto de Oriente Medio

Más de 50 embarcaciones buscan romper el bloqueo naval de Israel y entregar ayuda en la franja

El 'Furor' zarpa de Cartagena para apoyar a la flotilla de ayuda a Gaza

¿Qué le espera a la flotilla en el último tramo de su viaje a Gaza?
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La Flotilla Global encara su tramo final hacia Gaza bajo máxima tensión

El convoy de embarcaciones de la Flotilla Global Sumud (GSF, por sus siglas en inglés) encara el último tramo de su travesía de Barcelona a Gaza, donde su objetivo es entregar ayuda humanitaria. Los 51 barcos se encuentran en la costa de la isla griega de Creta: a partir de ahora entran en “zona amarilla”, hasta llegar a las inmediaciones de la franja, bloqueada por tierra, mar y aire por las fuerzas israelíes y donde la organización asegura que “el riesgo es extremo”.

La Flotilla Global encara su tramo final hacia Gaza bajo máxima tensión

La patrullera Furor , enviada por España en apoyo de la Flotilla oficina de prensa de la armada española / Reuters

El ataque con drones, que lanzaron bombas aturdidoras sobre los navíos la noche del martes, provocó la reacción de los gobiernos italiano y español, que decidieron enviar barcos militares de escolta. “Esperamos una escalada de presiones a partir de este momento”, asegura a La Vanguardia Lluís de Moner, originario de Menorca y participante en la iniciativa, que viaja en el velero Inana .

Según él, la presencia de drones de vigilancia israelíes “ha sido constante desde que zarpamos de Túnez”. Denuncia amenazas a la tripulación por parte de la autoridades israelíes, como “llamadas a los voluntarios alemanes para desanimarlos, llamadas amenazadoras a los capitanes de barco, o noticias falsas de que cada noche nos van a atacar”.

Italia propone descargar la ayuda en Chipre, pero la organización se niega a desviar su rumbo

Tras el ataque con drones en aguas internacionales, Roma desplegó una fragata y anunció el envío de otro navío. “Hemos enviado un barco y otro está en camino, preparado para cualquier eventualidad”, declaró el ministro de Defensa, Guido Crosetto. Los italianos propusieron, como plan alternativo, descargar la ayuda en Chipre y entregarla al Patriarcado Latino de Jerusalén, que se encargaría de distribuirla en la ciudad de Gaza, una idea que Israel respaldó. Pero la delegación italiana de la Flotilla rechazó el plan de inmediato e insistió en que su objetivo es romper el bloqueo y entregar directamente la ayuda humanitaria a la población bajo asedio.

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Desde Nueva York, donde participa en la Asamblea General de la ONU, Pedro Sánchez confirmó que la Armada española se sumará a la misión. “El Gobierno de España exige que se cumpla el derecho internacional y que se respete el derecho de sus ciudadanos a navegar en el Mediterráneo en condiciones seguras”, dijo el presidente antes de anunciar que el envío de “un buque desde Cartagena con todos los recursos necesarios por si es preciso asistir a la Flotilla y llevar a cabo una operación de rescate”.

Anoche, el ministro de Asuntos Exteriores griego, Giorgos Gerapetritis, garantizó la “navegación segura” de los barcos que se encuentran actualmente en sus aguas internacionales.

Israel no ve problema en la presencia de buques españoles e italianos pero niega que un rescate sea necesario

A pesar del movimiento de ambos países, Israel no considera problemático el envío de buques europeos, y, aunque consideró que no habrá necesidad de una operación de rescate, reiteró que ningún barco entrará en Gaza, “una zona de combate activa”. “Entendemos por las declaraciones de sus gobiernos (España e Italia) que estos barcos están destinados a una misión de rescate en caso de necesidad. Estamos bastante seguros de que no será necesario, por lo que no vemos ningún problema en que haya barcos cerca”, dijo en una rueda de prensa el director general de Exteriores israelí, Eden Bar Tal, en Jerusalén.

Los voluntarios son conscientes, sin embargo, de la posibilidad de que no lleguen a puerto. El velero Madleen ya intentó la misma empresa a principios del pasado junio, pero terminó con todos los tripulantes –entre los que se encontraba la activista Greta Thunberg, que participa en la Flotilla por segunda vez– apresados y deportados desde Israel. “En caso de ser interceptados, seguiremos el mismo protocolo [que en la misión anterior], que pasa por no colaborar [con las autoridades israelíes], y en todo momento mantener la postura menos violenta posible”, dice De Moner.

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Un escenario similar podría repetirse, esta vez a una escala mucho mayor debido al gran número de navíos involucrados. En el caso de que llegaran a las costas del enclave palestino, la entrega de ayuda “se haría en coordinación con oenegés y hospitales de confianza”, asegura De Moner. El plan específico no ha sido revelado por la organización, que quiere “evitar que el Gobierno israelí conozca los detalles”. “Solo puedo decir que no tocaremos tierra”, explica el voluntario, por temor a que el ejército israelí bombardee la flota mientras los voluntarios se encuentran fuera de las embarcaciones.

Sin embargo, la misión continúa a pesar de las pocas posibilidades de éxito, en dirección a la franja, donde más de 65.000 personas han muerto tras dos años de guerra, en lo que algunos países –entre ellos España–, consideran un genocidio contra la población palestina.

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