El tren continúa siendo uno de los medios de transporte más utilizados en España. Cada día, millones de personas lo emplean para desplazarse al trabajo, acudir a centros educativos o viajar entre pueblos y ciudades, especialmente en aquellas zonas alejadas de los grandes núcleos urbanos.
Pese a su popularidad, la experiencia no siempre resulta cómoda. A diferencia del coche o el autobús, algunos servicios ferroviarios ofrecen menos comodidades: menor disponibilidad de asientos, horarios ajustados y retrasos frecuentes, sobre todo en las líneas que atraviesan áreas con alta densidad de población.
España cuenta con 1.448 estaciones de tren, según datos de Adif. Por ellas circulan diariamente desde servicios de cercanías hasta líneas de alta velocidad. Pero más allá de estas rutas convencionales, también existen alternativas pensadas para quienes buscan algo más que un simple desplazamiento. Para los amantes de los viajes con encanto, experiencias clásicas y escenarios dignos de película, Renfe ofrece una propuesta singular: el Expreso de La Robla, un tren de lujo que puede convertirse en el regalo perfecto estas Navidades.
Expreso de la Robla
Este tren histórico recorre el norte de España en rutas que conectan Bilbao y León, y viceversa, atravesando comunidades como Cistierna, Románico Palentino y Espinosa de los Monteros. Sus itinerarios permiten disfrutar del paisaje sin prisas y visitar enclaves de gran interés cultural, todo ello sin la incomodidad de hacer y deshacer equipaje, ya que el alojamiento está integrado en el propio tren.
El Expreso de La Robla cuenta con vagones —conocidos como coches salón— diseñados para ofrecer una estancia cómoda y acogedora. Dispone de compartimentos con literas y baño privado que dan la sensación de viajar en un tren de época, pero con la ventaja de disponer de las comodidades actuales. A bordo, los viajeros pueden disfrutar de desayunos, comidas y cenas incluidas durante todo el trayecto.
Expreso de la Robla
La atención también forma parte de la experiencia: el equipo del tren ofrece un servicio cercano y personalizado, incluso con asistencia de guías en español, inglés, francés y alemán. Y, como era de esperar, el precio refleja el nivel de comodidad y lujo. Según la web oficial de Renfe, una habitación estándar para un viaje de tres días y dos noches cuesta alrededor de 1.300 euros, mientras que la ruta de seis días y cinco noches asciende a unos 1.700 euros.
Durante el viaje, los pasajeros pueden contemplar los paisajes del norte a través de los amplios ventanales, saborear la gastronomía local y sumergirse en la cultura e historia de cada parada. Una propuesta pensada para transformar un simple trayecto en una experiencia inolvidable.


