La lista de alimentos y bebidas considerados poco saludables es de lo más variada. Sin embargo, el nutricionista Pablo Ojeda tiene muy claro qué es lo peor que se puede tomar: los refrescos azucarados. En su paso por el programa ‘Las Mañanas KISS’, el experto indicó que es habitual tener miedo a la grasa, a los carbohidratos o al colesterol pero, en su opinión como profesional, “realmente el azúcar en exceso es el peor”.
A este respecto, el nutricionista añade un importante apunte, y es que los refrescos a menudo pueden llevar los azúcares camuflados con otros sinónimos. Por ello, si una persona busca la palabra azúcar en la etiqueta de los ingredientes y no la encuentra, puede creer que puede tomar esa bebida sin mesura. Pero nada más lejos de la realidad, pues Pablo Ojeda asegura que existen aproximadamente entre 50-60 nombres diferentes para camuflar el azúcar. “Aunque ponga miel o ponga azúcar integral o ponga azúcar moreno, sigue siendo azúcar”, reitera.

Para el nutricionista Pablo Ojeda, los refrescos azucarados son lo peor que se puede tomar.
Otros términos que pueden leerse como sustitutivos de la palabra azúcar son sacarosa, fructosa, glucosa, jarabe de maíz, jarabe de agave, panela, xilitol o dextrina, entre otros muchos. Atendiendo a esta advertencia del nutricionista Pablo Ojeda, se torna fundamental limitar el consumo de refrescos. Y no es el único experto en la materia que se posiciona en contra de estas bebidas.
Los refrescos y bebidas azucaradas aumentan el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles
La Asociación Médica Mundial (AMM) emitió en 2019 una declaración sobre el consumo de bebidas azucaradas y de azúcares libres. En el documento, la entidad recuerda que un nivel alto de consumo de azúcares libres se asocia con las enfermedades no transmisibles, por su relación con la obesidad y con una mala alimentación.
“El consumo excesivo de azúcares libres, en particular en forma de bebidas azucaradas, amenaza la calidad de los nutrientes de la dieta al contribuir a la densidad energética general, pero sin agregar nutrientes específicos”, anotan desde la AMM. Y esto puede derivar en “un aumento de peso no saludable”, al tiempo que “incrementa el riesgo de enfermedad dental, obesidad y enfermedades no transmisibles”.

La OMS recomienda limitar el consumo de azúcares libres, como los presentes en los refrescos.
Matizan que las bebidas azucaradas son todo tipo de bebidas que contienen azúcares libres (monosacáridos y disacáridos), incluidas las gaseosas, jugos de frutas o verduras y concentrados líquidos y en polvo, agua con sabor, bebidas energéticas y para deportistas, té y café listos para consumo y leche con sabor.
Cabe destacar, a este respecto, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los azúcares libres son aquellos que los fabricantes, cocineros o consumidores añaden a los alimentos y las bebidas. De este tipo de azúcares, el organismo recomienda ingerir menos de un 10% de las necesidades energéticas totales, siendo ideal reducirlos a menos del 5%, una proporción que equivaldría a menos de un vaso de 250 mililitros de bebida azucarada al día.

El consumo de azúcares libres deriva en obesidad y otras enfermedades no transmisibles.
Por su parte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recogen que beber frecuentemente bebidas azucaradas se asocia con ganancia de peso, obesidad, diabetes tipo dos, enfermedades del corazón, del hígado y de los riñones, así como gota y artritis.