Sandra Moñino se ha convertido en una de las profesionales en dietética y nutrición más influyentes de nuestro país. La autora del libro Adiós a la inflamación ha conquistado el corazón de miles de personas, con las que ha construido una comunidad fiel de más de 863.000 seguidores, gracias a sus consejos enfocados en la alimentación.
Este martes, 25 de marzo, la experta en nutrición hablaba de manera clara y contundente sobre uno de los temas que más quebraderos de cabeza produce en la población: el hambre emocional y el hambre real. Dos conceptos que están ligados a la supervivencia y que suelen confundirse.
Para poder desarrollar una relación saludable con la comida es fundamental saber diferenciar el hambre real del emocional. Por ello, la nutricionista especializada en inflamación desvelaba en el popular podcast Con jengibre y limón el mejor truco para conseguirlo. ''Llega ese momento en el que has tenido un mal día en el trabajo y llegamos devorando la nevera. Aquí es importante diferenciar entre el hambre emocional y el hambre real. ¿Cómo podemos saber si lo que tenemos es hambre o hambre por ansiedad'', comenzaba diciendo la periodista María Pérez.
La experta aseguraba que existen muchos trucos para este asunto, pero que la clave está en saber reconocer cuando nuestro organismo nos está pidiendo cualquier tipo de comida por necesidad. En este caso, estaríamos hablando de hambre real. ''Si tu abres la nevera y te comerías tanto un tomate, un pepino, una zanahoria o un bollicao, va a llegar un momento que digas esto es hambre real'', explicaba.

Mujer abriendo la nevera
Además, la experta en nutrición aconsejaba a los oyentes no retrasar las comidas si notamos que nuestro organismo nos está pidiendo alimentos. ''Si tienes hambre, come, adelanta tus comidas. Hay mucha gente que dice 'acabo de comer, pero vuelvo a tener hambre a las dos horas', pero eso es hambre de verdad porque me ruge la tripa. Si te apetece comer cualquier cosa, es hambre. Adelanta tus comidas y come lo que te haga falta'', explicaba.
Sin embargo, Sandra Moñino aclaraba que no siempre que tenemos hambre es por necesidad, sino por antojo. ''A veces nos apetece algo en concreto, tú dices 'no me apetece ni un pepino ni un tomate, me apetece una ensaladilla rusa o una tortilla de patata. En estos casos, normalmente será hambre emocional'', detallaba.