En épocas de frío, de cambios de temperatura o en invierno, es común que las personas experimenten más resfriados, moquero y molestias nasales. Aunque muchos atribuyen estos síntomas al simple hecho de estar enfermos, hay factores menos obvios que pueden influir en cómo el cuerpo responde a los agentes patógenos. Uno de los factores es el papel de los vellos del cuerpo, especialmente los nasales, una defensa natural contra los gérmenes y virus. Cuando se cortan o alteran estos mecanismos de protección, como los pelos de la nariz, puede hacer que el cuerpo reaccione de forma inesperada, como, por ejemplo, aumentando el moqueo.

Primer plano del hombre arrancando vellos nasales
Esther Gómez, enfermera y divulgadora científica y sanitaria, ha explicado en el pódcast Animales Humanos, como el frío y la perdida de los vellos nasales puede afectar a nuestra salud respiratoria. Según ella, estos vellos son fundamentales para evitar que los gérmenes lleguen a nuestras vías respiratorias, funcionando como una barrera protectora. “Esos pelitos están ahí por algo, son maravillosos y buenos y son flexibles, que es lo que pasa con el frío, que se hacen tiesos y entonces ya no funcionan tan bien”, cuenta.
Aunque los vellos nasales no sean algo de lo que habitualmente se hable, juegan un papel crucial en la defensa del organismo. Al retirar estos pelos, ya sea de forma intencionada o accidental, el cuerpo pierde una barrera natural que lo protege de partículas, polvo y microorganismos que podrían generar infecciones. Ante esta ausencia de protección, el cuerpo intenta reaccionar de manera inmediata, produciendo más moco para intentar atrapar y eliminar cualquier agente extraño antes de que llegue más profundo en las vías respiratorias.
Funcionan como una barrera para que los bichos que intentan subir no puedan entrar
“El cuerpo activa el segundo mecanismo, que es el moqueo, que tú dices: No, no, es que he empezado a moquear, me estoy poniendo malo. No, es que tu cuerpo detecta que hay frío, detecta que los pelitos no funcionan y empieza a generar moco para que todo eso baje y que no puedan subir los bichos”, explica.
Gómez ha alertado sobre los riesgos de alterar estos mecanismos naturales y cómo, en muchas ocasiones, las personas pueden malinterpretar estos síntomas iniciales, pensando que ya están enfermos. “Todavía no te has puesto malo, cuando si lo haces es cuando el bicho se ha saltado todos esos mecanismos”, cuenta. Por tanto, lo que realmente ocurre, es una respuesta defensiva del cuerpo. Además, la enfermera añade que es fundamental cuidar la nariz y nuestras defensas naturales, como una manera efectiva de prevenir resfriados y otras afecciones respiratorias, especialmente en épocas del frío o mayor exposición a agentes patógenos.

Mujer con catarro
Los pelos de la nariz están ahí por algo, y en este caso es para protegernos
Por tanto, los vellos nasales actúan como un filtro natural que puede proteger nuestro organismo de diversas partículas presentes en el aire. Su principal función es filtrar el polvo, polen y otros agentes contaminantes que están en el aire y que pueden colarse en las vías respiratorias causando problemas de salud. Gracias a esta función, muchas impurezas quedan atrapadas antes de llegar a los órganos.
¿Crecen los pelos de la nariz con la edad?
A medida que envejecemos, los cambios hormonales, especialmente los relacionados con la testosterona, pueden estimular el crecimiento del vello en diferentes partes del cuerpo, incluidos los conductos nasales. Este fenómeno es común en los hombres, pero también puede ocurrir en las mujeres, aunque en menos medida. Con los años, el vello nasal puede volverse más grueso y prominente, aunque también incluye la genética, pero no es recomendable quitárselo, sí recortarlo. Sin embargo, es importante hacerlo con precaución, evitando cualquier color, sangrado o, incluso, infecciones, ya que la nariz es una zona altamente vascularizada e interconectada con el cerebro.