El amor no solo enriquece la vida, también puede alargarla. Así lo sostiene el médico y experto en desarrollo personal Mario Alonso Puig, en una interesante reflexión sobre el poder del afecto en la salud física y emocional.
Para el doctor, las conexiones humanas profundas, basadas en la empatía y el interés genuino por el otro, tienen un impacto directo en el bienestar de nuestro organismo.
El doctor explica porque el amor es un factor de longevidad
El amor mejora tu salud y alarga la vida
“Cuando yo siento un interés porque las cosas te vayan bien, por entender lo que te pasa, por ver si puedo ayudarte en algo o puedo hacerte la vida más fácil, esos circuitos de la empatía empiezan a funcionar”, explica Mario Alonso Puig. En cambio, cuando una persona se cierra a los demás, esos mismos circuitos permanecen inactivos. “Mi falta de disposición es lo que cierra los circuitos. Los circuitos están, pero para que yo pueda activarlos tengo que tener una disposición a encontrarme con la otra persona”, añade.
Esta disposición activa la liberación de oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, con efectos altamente beneficiosos para la salud. El dr. Puig señala que su impacto llega incluso a nivel celular: “Fíjate lo que te voy a decir: que los telómeros, que son las estructuras en los extremos de los cromosomas que mantienen la estabilidad del ADN, se alargan. Es decir, se alarga la vida”.
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En su análisis, el experto va más allá de lo emocional y vincula directamente el amor con el sistema inmune. “Una persona que se siente rodeada de gente querida activa lo que se llama el sistema nervioso parasimpático, que potencia que ese sistema inmune actúe donde debe actuar y no donde no debe actuar”.
Y es que para Mario Alonso Puig, no hay duda de que “el aspecto más sutil, yo diría que incluso más bonito de la existencia, está totalmente conectado con la dimensión física”. El amor, entonces, no es solo una emoción: es una herramienta poderosa de salud y longevidad.