El queso es uno de los productos más consumidos en España. Según datos del Ministerio de Agricultura, los españoles consumimos más de 400 millones de kilos de queso al año. Por lo general, el queso se relaciona directamente con el consumo de calcio por el hecho de ser lácteo; aunque lo cierto es que su valor nutricional es mucho más completo.
Los quesos constituyen una fuente muy importante de proteína, grasa y vitaminas minerales, si bien su aporte nutricional varía según las características de cada queso. De las más de 150 variedades que hay en España, 26 cuentan con el sello de Denominación de Origen Protegida (DOP), lo que indica la amplia diversidad de tipos de queso que podemos encontrar.
Sobre esto habla la nutricionista Andrea Calderón en el programa Saber Vivir de TVE. La experta revela en qué nos podemos fijar para intuir cuál será el valor nutricional de cada clase de queso, tal y como vemos en un vídeo publicado en el perfil de Instagram del programa.
¿Cómo saber qué tipo de queso tiene más nutrientes?
A pesar de las ventajas nutricionales del queso, sigue habiendo personas reticentes a su consumo pensando que es un aporte excesivo de grasa y que no tiene beneficios para nuestro organismo. Nada más lejos de la realidad. La nutricionista Andrea Calderón explica que fijarnos en el aspecto estético del queso y en su sabor es una manera de anticipar la cantidad de nutrientes que nos puede aportar.
“El propio sabor del queso nos va a dar una pista de la concentración de nutrientes que tiene. Cuanto más curado sea un queso, menos agua tiene”, comienza explicando la experta. La disminución en la cantidad de agua implica una mayor concentración de nutrientes en una misma ración.
De hecho, Calderón afirma que el queso curado puede tener “el triple de proteína, y cinco o seis veces más de calcio y de vitamina D”. Ahora bien, al igual que aumentan estos valores, cabe tener en cuenta que también aumenta la cantidad que ingerimos de grasas y sal, lo que hace necesario moderar su consumo. “La ración que vamos a tener que tomar, cuanto más curado sea el queso, será más pequeña”, comenta Andrea.
La relación entre la lactosa y la curación del queso
El consumo de queso se vuelve imposible para todas aquellas personas que sufren intolerancia a la lactosa, un porcentaje que seguirá aumentando. Según Eugenio Freire, especialista del Centro Médico de Enfermedades Digestivas, en 2030, más del 70% de los españoles podría sufrir esta intolerancia, aunque no en el mismo grado. La dificultad para digerir el queso también es otro de los factores que podemos intuir en función del tipo de producto que comamos.
En otro fragmento del mismo programa, Andrea Calderón revela que, cuanto más curado sea el queso, más fácil es de digerir. Los quesos curados se someten a un proceso de fermentación durante más tiempo, y esto hace que “los microorganismos (procedentes de la fermentación) digieren la lactosa, reduciendo su cantidad final. Cuanto más grasa y más curado sea el queso, menos lactosa tiene”, tal y como explica la nutricionista.
Más allá de la intolerancia a la lactosa, el consumo de queso curado es más recomendable también para las personas a las que les cueste más trabajo digerirlo. La clave, por tanto, no está en erradicar el consumo de queso curado, sino en moderar su cantidad para aprovechar al máximo los beneficios de sus nutrientes sin elevar, también, la cantidad de grasas y sal que ingerimos.
Además, la Organización Interprofesional Láctea refiere otros beneficios asociados al consumo moderado de queso, como la reducción de la presión arterial, el fortalecimiento de los huesos o la reducción del riesgo de sufrir hipertensión.


