En uno de sus recientes TikToks, la psicóloga y creadora de contenido Ángela Fernández (@angelaprs.psicologia) lanza una reflexión que ha resonado con muchos usuarios: el dolor que sentimos tras una decepción amorosa o de cualquier otro tipo. La creadora apunta que no siempre está directamente relacionado con lo que la otra persona hizo, sino con lo que nosotros imaginamos sobre ella.
“Muchas veces el sufrimiento emocional que experimentamos tras una decepción no proviene directamente de las acciones de la otra persona, sino de las proyecciones que construimos sobre ella”, explica Ángela. Según ella, idealizamos a personas atribuyéndoles roles que no pidieron: cuidarnos, priorizarnos o incluso sanar heridas que arrastramos desde antes.
El problema surge cuando esa persona actúa de forma diferente a lo que esperábamos. “Cuando no cumple con el papel que nosotros le habíamos asignado, sentimos tristeza, decepción, frustración y abandono”, señala. Y aclara que el dolor no viene necesariamente de una promesa rota, sino de ese “guión que inconscientemente escribimos para esa persona”.
Ángela Fernández
“El sufrimiento emocional proviene de las proyecciones que construimos sobre la otra persona”
Este tipo de decepción, dice, puede ser una oportunidad para mirar hacia adentro: “Nos invita a reflexionar sobre nuestras propias carencias y sobre por qué necesitábamos tanto que esa persona fuera de esa manera específica”.
“Al fin y al cabo, siempre es mucho más fácil culpar al otro que reconocer que muchas de nuestras heridas vienen de una relación no resuelta con nosotros mismos”, sostiene.
Entender esto no significa que el dolor desaparezca, pero sí que puede ayudarnos a recuperar el control emocional. “Permite en muchas ocasiones asumir más responsabilidad con respecto a nuestras emociones y dejar de poner nuestra estabilidad emocional en manos de lo que otras personas pueden hacer o dejar de hacer.”