Las relaciones sentimentales se acaban. Pueden durar una semana, un mes, un año o incluso 40. Llega un punto en el que uno de los miembros de la pareja (o los dos) decide que no quiere continuar con el vínculo.
El fin de la relación puede darse de manera amistosa, acabando bien por ambas partes. Eso es lo ideal. No obstante, el problema llega cuando hay acusaciones cruzadas y graves, sobre todo habiendo hijos de por medio.
La psicóloga Silvia Congost es una especialista en relaciones de pareja que ofrece sus consejos a través de las redes sociales. En esta ocasión, ha hablado sobre la posibilidad de ser amigos cuando el vínculo sentimental se rompe.
“Pretender ser 'amigos' después de separarnos no es recomendable. Por supuesto si hay hijos es importantísimo tener una relación cordial, respetuosa y beneficiosa para los pequeños y si además nos llevamos fenomenal y no hay sufrimiento por ninguna parte pues mejor que mejor”, afirma con rotundidad Congost.
Por qué la amistad no suele ser posible tras la ruptura
Después explica el motivo por el que la amistad no suele ser viable: ”La realidad es que cuando hay una separación suele ser porque lo decide uno y para que el otro pueda asimilarlo y pasar página sin autoengañarse ni quedar atrapado en la esperanza, la amistad no suele ser posible”.
