Guillermo Rodríguez, nutricionista: “El secreto para vencer los antojos de azúcar está en recordar que su placer dura apenas cinco segundos, mientras que los verdaderos placeres pueden acompañarnos toda la vida”

Azúcar

El consumo excesivo de azúcar puede parecer inofensivo, pero a medio y largo plazo afecta seriamente a la salud

Guillermo Rodríguez, nutricionista

Guillermo Rodríguez, nutricionista

Las vacaciones de verano llegan a su fin y, con ellas, también se acaban las comidas abundantes y esos pequeños placeres propios de la temporada, muchos de ellos cargados de azúcar. Refrescos, helados, chocolates o ultraprocesados suelen convertirse en protagonistas del verano y, al llegar septiembre, muchas personas intentan dejarlos atrás y equilibrar su dieta con opciones más saludables.

El consumo excesivo de azúcar puede parecer inofensivo, pero a medio y largo plazo afecta seriamente a la salud. Más allá del placer momentáneo, favorece el aumento de peso, la resistencia a la insulina y el riesgo de diabetes tipo 2, además de problemas cardiovasculares, daño en el hígado y caries. También provoca altibajos de energía y ánimo, fomenta la ansiedad y reduce la saciedad, lo que impulsa a comer más. En definitiva, el azúcar ofrece una gratificación inmediata que pronto desaparece, dejando tras de sí consecuencias negativas que se acumulan con el tiempo.

helado

Helado

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Por ello, el secreto para evitarlo está en ser conscientes de que el placer que produce en nuestro cuerpo es efímero y que serán los hábitos saludables los que de verdad nos aporten bienestar a largo plazo. El nutricionista Guillermo Rodríguez lo explica en uno de sus últimos vídeos publicados en redes sociales: “El azúcar nos engaña porque el placer solo dura cinco segundos, lo que tarda un bocado en llegar a la garganta. Después desaparece. Si fuese un placer real, seguiría una vez tragado, pero lo único que ocurre es que necesitamos otra cucharada para volver a sentir esa sensación, entrando en un círculo vicioso”.

Si fuese un placer real, seguiría una vez tragado, pero lo único que ocurre es que necesitamos otra cucharada para volver a sentir esa sensación

Guillermo Rodríguez, nutricionista

Frente a esta falsa recompensa, el nutricionista destaca que los verdaderos placeres son aquellos que permanecen en el tiempo: “Tener una pareja con la que compartes tu vida, un perro que te recibe cada día, un cuadro bonito en la entrada de tu casa… eso sí es placer duradero. El azúcar, en cambio, solo te deja la necesidad de volver a buscarlo, aumentando el daño en tu cuerpo”.

Algunas de las recomendaciones de los expertos para evitar los impulsos de comer azúcar pasan por mantener horarios regulares de comida y no saltarse ninguna ingesta, optar por carbohidratos de absorción lenta como frutas, avena o legumbres y acompañarlos de proteínas y grasas saludables que aporten mayor saciedad. También señalan la importancia de dormir lo suficiente, ya que la falta de descanso incrementa los antojos, y de gestionar el estrés con ejercicio, meditación o respiración consciente. 

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Mantenerse hidratado, no tener productos azucarados a mano y recurrir a alternativas más naturales, como infusiones con canela, fruta fresca o un pequeño trozo de chocolate negro, son otras claves que ayudan a reducir esa necesidad de dulce.

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