El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
Las relaciones personales son las más complicadas de gestionar en este sentido, en especial cuando una de las dos partes no actúa igual que la otra. Un apunte que ha destacado la sexóloga y divulgadora mental Mónica Branni, quien comparte habitualmente sus conocimientos a través de las redes sociales. Mediante un vídeo publicado en TikTok, la experta debatía la necesidad de entrar en sintonía con nuestros compañeros.
“Cuando estamos en una relación lo más fácil es que efectivamente la otra persona no nos entienda y nosotras y nosotros tampoco entendamos a la otra persona. Y esto se debe a que tenemos una historia de vida con complicadísima y completamente diferente. Por ejemplo, hay personas que tienen un estilo de apego ansioso que se relacionan con personas que tienen un estilo de apego evitativo o que responden muy bien a demandas emocionales”, exponía.
“Y personas que son más pragmáticas y aportan soluciones más prácticas, más problem solving. Por muy buenas intenciones que haya de cubrir las necesidades de nuestra pareja y de ser soporte para alguien, lo más probable es que la forma y el estilo con el que nosotras y nosotros mostramos amor, soporte, atención, seguridad, no sea exactamente el que necesita la otra persona”, añadía, recalcando la importancia de encontrar un punto en común.
Encontrar la misma frecuencia
“Por ejemplo, si la forma que tengo yo de recibir seguridad es a través de algunas palabras o frases como, por ejemplo, eres importante, no me voy a ir de un día para otro, quizás para la otra persona su forma de transmitir seguridad es siendo proactivamente una persona que organiza planes, que el día menos esperado me trae un regalo, con enormes probabilidades yo siga sintiéndome desatendida desde el lado de la seguridad emocional”, insistía.
“Ninguno de nosotros viene con un manual de instrucciones, pero podríamos estar escribiendo nuestro propio manual de instrucciones para darle pistas concretas y claras a la otra persona. Así nuestras necesidades se ven cubiertas y la otra persona aprende de verdad a sintonizarse con nuestro universo emocional. ¿Cómo se hace? Lo primero sería describiendo una situación que nos genera malestar. Cuando creo que estás absorta en tus pensamientos, yo me siento ansiosa”, recomendaba.