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Redondez cálida. Genkan de Naoto Fukasawa para Zanat. Acompañada de espejo y caja. Madera tallada y cepilladaZ.N.
Suspendida. Xylo de Delineo Design para De Castelli. Se inspira en el art nouveau con bandas de metal que caen en cascadaAlberto Parise
Desde Oriente. Origata de Nao Tamura para Porro. Se inspira en el arte de confeccionar kimonos, con una sola hoja de aluminio cortada y ensambladaP.R.
Vidrio. Ollie de Yabu Pushelberg para Glas Italia. Departamento curvo porta objetos y cajón superior, acabado lacado lila brillanteG.I.
Esencial. Folio de Draw Studio para DeCastelli. Hojas de latón cepilladoAlberto Parise
Reciclaje estilizado. A.I. de Philippe Starck para Kartell. Elaborada con cápsulas de café recuperadas y molde de inyecciónK.T.
Pinceladas. Remis de Patricia Urquiola para GlasItalia. Madera revestida de mosaico de azulejos de vidrio coloreadoG.I.

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En los monasterios de la edad media, al verbo consolar se le daba el sentido de “sostener materialmente algo”. De ahí que los franceses adoptaran la palabra console, que luego traspaso el resto de idiomas, para designar una nueva tipología de mueble que se impuso en el siglo XVIII. Era resultado de nuevos estilos de vida donde lo decorativo, lo ornamental y la pompa, cobraban brío. Y esa mesa estrecha y arrimada a la pared, en sí misma profusamente ornamentada, daba sostén a objetos decorativos como jarros, candelabros, esculturas o cerámicas.

En las estancias aristocráticas también se situaba entre ventanales de amplias estancias. Progresivamente popularizada, hasta llegar al siglo XX como significativa presencia en recibidores, con lámpara, figurita y bandeja donde depositar las cartas del día, extraídas del buzón, o las llaves de casa. Estéticamente, sin embargo, prosiguió como réplica abarrocada, con sus volutas, dorados y sobre de mármol, aunque aligerada.

La consola resurge como pieza de mobiliario con excepcionales ejemplares

En nuestra época, en consonancia con la revitalización del decorativismo, las tipologías y lo ecléctico, la consola resurge como pieza de mobiliario con excepcionales ejemplares, que capturan y confortan miradas solo entrar en una casa.

A la consola actual en ocasiones se le añaden cajones, casi invisibles con sistema de apertura de empuje. También participa de ese hogar que explora efectos visuales: desde la rotundidad gráfica a base de planos, al trampantojo con geometría de axonométrica. Junto a la templada madera, la delicada pieza de vidrio, pero inmune gracias a la técnica del templado. O materiales de reciclaje moldeados por inyección a partir de objetos cotidianos desechados, como por ejemplo cápsulas de café. 

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Marta Rodríguez Bosch

La consola también ha sido alcanzada por la Inteligencia Artificial, que respondió cumplidamente al input del diseñador, sus requisitos y gustos, y a la tecnología disponible de la empresa productora.

Hace bien esta tipología de mueble en volver a adueñarse del vestíbulo. Además de brindar buena funcionalidad en zonas de paso o como superficie auxiliar en cualquier estancia. En el recibidor, no obstante, al apoyo material, la consola suma cierto sostén emocional. Es el mueble que nos recibe y nos despide. Lo primero y lo último que vemos al entrar y salir de casa.