No es un mito: cuanto más tardamos en reservar las vacaciones, más caras nos salen. En muchas ocasiones he escuchado que no es verdad, que el precio es el mismo y que ya habrá tiempo de hacer reservas cuando llegue el momento… Pero si eres de los que prefieren planificar con antelación, tienes la posibilidad y quieres que te salga mucho más barato, esta es tu mejor opción.
Y esto está confirmado por Toni Raurich, director de eBooking.com, la plataforma española de reservas turísticas en línea con más de 25 años de trayectoria: “Es posible ahorrar hasta un 30% en las vacaciones si se reservan con antelación”, asegura el experto.
Además, reservar tarde cuesta muchísimo más. La demanda turística se dispara en verano y los precios suben a diario. Las oportunidades para encontrar una auténtica ‘ganga’ disminuyen de forma exponencial. Pero hay algunos trucos básicos para conseguir unas vacaciones a buen precio, y se resumen en flexibilidad, mucha comparación y, sobre todo, y lo más importante: anticipación.
El verano es uno de los momentos más caros del año para viajar, y cada día que pasa puede suponer una subida en las tarifas, por lo que es fundamental adelantarse. “Los precios de los alojamientos son dinámicos: conforme crece la ocupación, también lo hacen las tarifas. Por eso, reservar con dos o tres meses de antelación puede suponer un ahorro de hasta un 30%”, explica Raurich.

Viajera
El experto advierte que, además, en plena temporada alta es muy difícil que aparezcan ofertas de última hora, al contrario de lo que muchos piensan. En ocasiones hay quien dice que, si reservas en el último momento, te puede salir muy barato, pero eso no es del todo cierto.
Un consejo que puedes seguir es que, si aún no tienes claras las fechas, una opción recomendable es buscar alojamientos con cancelación gratuita, que permiten asegurarse un buen precio sin penalización en caso de cambio de planes. De este modo, puedes encontrar el alojamiento a buen precio y, si finalmente no puedes ir, lo modificas.
Otro de los factores importantes es la flexibilidad: no es lo mismo viajar a principios de junio que en pleno agosto. También es mejor buscar destinos que no sean tan concurridos o que estén de moda. Se puede optar por zonas rurales frente a las clásicas playas, o evitar los fines de semana, lo que puede marcar una gran diferencia en el precio final.

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“Incluso en plena temporada alta hay importantes variaciones entre unos días y otros. Mover el viaje un par de días puede traducirse en un ahorro notable”, destaca el experto. Y añade: “La flexibilidad es una de las mejores herramientas para abaratar las vacaciones”.
Buscar, filtrar y comparar es otro paso fundamental. Un viajero que reserva con tiempo y es flexible tiene más opciones donde elegir y puede comparar con más calma entre alojamientos que se ajusten a su tipo de viaje, presupuesto y necesidades.
Además, cabe destacar que, ya sean hoteles, apartamentos, casas rurales o campings, cada formato tiene sus ventajas, y es importante tener en cuenta no solo el precio, sino también la ubicación, los servicios incluidos, la puntuación de otros usuarios o el régimen de comidas.
“A veces es mejor pagar un poco más por un hotel con desayuno incluido o en una ubicación más céntrica que tener que asumir costes extra en transporte o restauración”, señala Raurich. Desde eBooking.com también recomiendan prestar atención a las comisiones que aplican algunas plataformas intermediarias, ya que pueden encarecer el precio final.