Raquel Hernández es abogada, vive en Madrid y se fijó en Cirilo a través de Facebook. ¿El motivo? Le llamó la atención su nombre: su padre se llama igual. Pronto descubrió que no lo quería adoptar nadie porque era negro, atigrado y corpulento. La gente se dejaba llevar por la primera impresión, por una imagen a primera vista repleta de estereotipos. Pero su historia desmonta prejuicios.
¿Ciri es su primer perro propio?
Exacto. Cuando vivia en Salamanca con la familia, mis abuelos tenian animales, una pequeña Arca de Noé. Pero Ciri es mi primer perro.
¿Su padre se llama Cirilo, y ese fue el clic de todo, verdad?
En Facebook me llamó la atención ver que un perro se llamaba como mi padre. No es un nombre habitual. Digamos que esa fue mi puerta de entrada, lo que me despertó interés. Me hizo mucha gracia el nombre, me parecía una señal. Pero como es un perro negro y atigrado, y potente, fuerte, un Staffordshire, nadie quería adoptarlo.
Ciri es un perro muy dulce y amable, pero estaba ya casi a punto de ser sacrificado porque nadie se interesaba por él
El perro estaba en una perrera de Canarias, no lo podía ir a ver…
En aquel momento teníamos cuatro gatitos. Recuerdo que les escribí a los de la página de Facebook, formulando un millón de preguntas, quería conocer la situación concreta del perro. Siempre hago muchas preguntas, supongo que se me nota que soy abogada. Cirilo entonces tan solo tenía tres meses.
Le aseguraron que era un perro muy bueno y sociable.
Sí, me lo garantizaron. Y también les pregunté si se llevaba bien con gatos. Y me dejaron tranquila con un sí rotundo.
Sin embargo, la gente se dejaba llevar por la primera impresión...
A pesar de todo eso, de su imagen exterior, resulta que es un perro muy dulce y amable. Pero algunas veces la vida puede llegar a ser muy cruel… Estaba ya casi a punto de ser sacrificado, porque nadie se interesaba por él.
Tenías una cierta prevención, un poco de miedo, porque solo lo habías visto en fotos.
Claro, y no tenía ni idea de qué carácter tendría cuando lo tuviera delante de mí. Pero el 21 de marzo del año 2021 Ciri aterrizaba por fin en el aeropuerto de Madrid, y yo me fui a buscarlo convencida de que el perro entraría en mi coche. Y efectivamente, entró perfecto.
¿En cuánto entró en tu casa, fue todo bien?
Me lo llevé a casa y el perro se reveló enseguida encantador, un amor. Ahora bien, en cuanto Ciri fue detectado por mis cuatro gatos, la cosa empezó a ponerse divertida…

Raquel Hernández y Cirilo.
¿Qué pasó?
Los cuatro gatos juntos, como si se tratara de un escuadrón militar, fueron avanzando lentamente hacia el perro para mostrarle quienes eran ellos. Avanzaron despacito y el perro se escondió en un rincón. Los gatos no estaban para nada asustados. Lejos de eso, fueron a olerle, con todo el valor del mundo. Cuatro gatos juntos avanzando daban su impresión, parecían un ejército, con un general al frente, el gato blanco, Manolito.
Una de las gatas, Ambar, había convivido anteriormente con un pitbull…
Sí, y fue precisamente ella la que se encargó, desde el primer momento, de educar a Ciri. Mi gatita Ambar solía darle a Ciri golpes con su pata y a veces incluso cabezazos. La gata era la que ostentaba el poder, sin ningún lugar a dudas.
Cuando llegamos a casa, los cuatro gatos juntos fueron avanzando lentamente hacia el perro, como si se tratara de un escuadrón militar para mostrarle quienes eran ellos
Pero los gatos y el perro se integraron bien.
Sí, no paran de jugar juntos, se lo pasan bomba. Y es que Ciri es un perro muy dulce. Su presencia oscura impone bastante y da algo de miedo, pero es un trozo de pan, un verdadero angelito.
Cuando sacas a pasear por el barrio a Ciri, resulta que se ha convertido en el “capo” de una banda de bichones malteses…
La estampa es muy divertida… Quince perritos blanquitos, muy pequeños, y resulta que todos les temen a los perros grandes, pero no a Ciri, porque es el más tranquilo de todos ellos. Ciri está protegido por los pequeños.
Es interesante de analizar a nivel de percepciones...
Sí. Cirilo, a nivel de apariencia, de estricta imagen, es grande y oscuro, y si no lo conoces impone. Pero es muy dulce y cariñoso. Por lo tanto, una cosa es el aspecto y otra muy distinta el carácter, la personalidad. Una lección para huir de los estereotipos y los prejuicios, sin duda.
En ese grupito del barrio, resulta que el que realmente domina es un chihuahua que no pesa más de dos quilos. Las apariencias engañan.
Los perros no tienen conciencia de sus tamaños, se rigen tan solo por el carácter y la personalidad.
Ciri es un perro superequilibrado…
Muy tranquilo, la verdad. Yo siempre digo que es mi maestro de serenidad. Cuando me altero, enseguida él me mira y me baja las revoluciones, no soporta los conflictos.